miércoles, 26 de agosto de 2015

MANUSCRITOS HEBREOS ILUSTRADOS (VI)

    TRADICION ESTETICA en la EDAD MEDIA. Por lo escrito precedentemente se ha  podido inferir la vinculación y paralelismo entre las diferentes culturas: clásica, judeo - islámica y cristiana, en cuanto a la valoración estética medieval y al mundo de relaciones se refiere.
 Sus influencias recíprocas fueron evidentes, pero a medida que fue pasando el tiempo la evolución estética del hombre medieval se fue trasladando a Europa Central: Francia, Alemania, Italia entre otros, siendo sus mayores exponentes San Agustín, Sto. Tomás y otros, quienes exploraron nuevos conceptos estéticos basándose  en la cultura clásica y la árabe - judía, en concordancia con la apreciación mística de sus propias creencias.

“SEGÚN SE COLIGE DE LAS FUENTES, LA ELITE DE LA SOCIEDAD JUDÍA – en especial la erudita- no repudiaba el contacto con los tesoros del conocimiento de la sociedad gentil: más aún, cuando la sociedad gentil gozó de un esplendor cultural, los más prominentes eruditos en la ley religiosa judía de ese entonces, se interesaban sobremanera por los valores de la cultura gentil e inclusive hacían uso de ellos.
Buscaban y encontraban pruebas para demostrar que el origen de los conocimientos de que se valían eran judíos. No aceptaban datos que contravenían las fuentes judías tradicionales
Toda idea o conocimiento obtenido en el “exterior”, necesitaba un respaldo y una justificación basados en las fuentes tradicionales. Esa justificación se daba ad hoc y, por lo tanto, no era posible una adopción integral de los bienes culturales gentiles.

SE PUEDE DESCRIBIR LA VIDA DE LOS JUDÍOS, MUSULMANES Y DE LOS CRISTIANOS en el mundo tradicional como habitando tres fortalezas separadas. Los residentes de cada una de ellas se sentían unidos por la convicción religiosa y por una conciencia de singularidad y superioridad con respecto a los demás. Por imperio de la necesidad, salían a menudo de los muros de sus fortalezas y entablaban contactos con los miembros de los otros grupos. Pero eso no significaba que renunciaran al principio de distanciamiento y de la separación”
 En muchos casos los sabios de ley judía permitían ad hoc el uso de modas y otras pautas culturales que eran comunes entre los cristianos o musulmanes en distintos lugares, como por ejemplo la utilización de representaciones paganas y mitológicas en sellos de la comunidad Judía de Ámsterdam: Siglo XIV.

SE INTENTARÁ UN ANÁLISIS, desde el punto de vista del hombre de aquella  época (siglo XII) que permitió generar una simbiosis cultural, donde desaparecieron  los límites de una u otra cultura para crear las bases de conceptos universales que tuvieron vigencia y se extendieron hasta los tiempos actuales. Una prueba evidente de estos conceptos lo demuestran los Manuscritos Hebreos Ilustrados, donde algunos de ellos fueron ejecutados en los talleres de origen cristiano en las catedrales, “scriptoria”. Allí se aplicaron estilos y concepciones vigentes en aquellos momentos, sin ignorar la producción original y típica de los Ilustradores Judíos.

En el capítulo LO BELLO COMO TRASCENDENTAL,   de Umberto Ecco en su libro Arte y Belleza en la Estética Medieval nos dice:
“La tradición estética de la Edad Media desarrolla una serie de temas como la concepción matemática de lo bello, la metafísica estética de la luz, una cierta psicología de la visión y una noción de forma, como esplendor y causa de goce. Será siguiendo estos temas en sus desarrollos, a través de los siglos de revisiones y discusiones, como podremos entender mejor qué grado de maduración alcanzan tales temas en el siglo XII y como se introducen en el ámbito de un sistema (el tomista) que resume los problemas y sus soluciones”
Desde los albores de la civilización griega, bajo el influjo de Pitágoras, Platón, Aristóteles, el concepto de belleza estaba asociado a la concepción matemática como medio de expresión, siendo la proporción una de las manifestaciones que llegan a la Edad Media.

LAS RELACIONES ENTRE LAS DIFERENTES PARTES DEL CUERPO HUMANO ESTABLECEN ARMONÍAS CONCRETAS. La ley marco donde la figura debe adaptarse al espacio por exigencias de la composición formal; no como fruto de una expresión sensible, transformándose en un tema doctrinal y que gradualmente se irá aplicando al terreno práctico.
Siguiendo el concepto de U. Ecco es interesante analizar la metafísica de la luz como otro elemento integrante del concepto de la luz y en consecuencia el gusto por el color.
La luz constituye un principio que hace al sentido de la belleza, unido al concepto metafísico de la estética en la Edad Media. La luz que irradia Dios, responde a diferentes tradiciones; Platón equiparaba el bien con la luz que emana de las ideas.

EN LOS MANUSCRITOS ILUSTRADOS HEBREOS se resalta la acción figurativa mediante colores simples y vivaces donde la luz parece ser irradiada por el Tabernáculo en algunos casos, como así también de personajes carismáticos de la historia Judía; Moisés por ejemplo   a través del color, el efecto simbólico y hermético en muchos casos se hace presente; aunque a través del tiempo se haya perdido su significado y cuáles fueron las influencias que lo promocionaron.
Sin embargo, es necesario admitir, que sus efectos perseguían probablemente, el goce particular del hombre de esa época, o simplemente respondían (los colores) a la técnica constructiva de los Ilustradores al efecto de llamar la atención del lector no solamente como valor estético sino como medio de transmisión de un mensaje.

  “EL GUSTO POR EL COLOR Y LA LUZ es, en cambio, un dato de reacción espontánea, típicamente medieval, que sólo sucesivamente se articula como interés científico y se sistematiza en las especulaciones metafísicas (aunque  desde el principio la luz, en los textos místicos y los neoplatónicos en general, aparece ya como una metáfora de las realidades espirituales). Además, como ya se ha apuntado, la belleza del color es sentida uniformemente como belleza simple, de inmediata perceptibilidad, de naturaleza indivisa, no debida a una relación, como sucedía con la belleza proporcional.   

INMEDIATEZ Y SIMPLICIDAD son características del gusto cromático medieval. El mismo arte figurativo de la época no conoce el colorismo de los siglos posteriores y juega sobre colores elementales, sobre zonas cromáticas definidas y hostiles al matiz, sobre la yuxtaposición de colores chillones que generan la luz por el acuerdo del conjunto, en vez de dejarse determinar por una luz  que los envuelva en claroscuros o haga salpicar el color más allá de la figura. La miniatura medieval documenta claramente ese goce por el color íntegro, ese gusto festivo por la yuxtaposición de colores vivaces, yuxtaponiendo el esplendor del oro con tonalidades frías y claras, como el morado, el verde glauco, el amarillo ocre o el blanco azulado, se obtienen efectos de color donde la luz parece irradiarse de los objetos.”
En los Manuscritos Hebreos Ilustrados, el simbolismo y la alegoría, alcanzaron su máxima expresión, en consonancia con el pensamiento de la Edad Media. (BENITO LADENHEIM.)
    

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