Cuando hay crisis recrudece el
antisemitismo.
Es cuando resucitan los negadores del Holocausto; los que
claman la destrucción del Estado de Israel; y aquellos miserables que siguen con el mismo tachin
tachin de odio y de discriminación, para justificar sus propios cambalaches.
Y que no se me hable de la situación de los
palestinos. Nada justifica el maltrato. Pero hay quienes están interesados en que
aparezcan miserables a los ojos de mundo.
Un grupo de bastardos humanos, que alegra con nuestras desgracias, atacó a un activista estadounidense de origen
hebreo, porque cuestionó, al Comité Olímpico Internacional (COI), su
indiferencia al cumplirse cuatro décadas del asesinato de los
once deportistas israelíes en los Juegos de 1972.
De esa cofradía perversa debe ser esa argentina, cuya mente se altera cuando piensa
que puede perder las prebendas del
Gobierno, y es la que se festejó
la caída de la Torres neoyorquinas.
El Hombre no tiene sentimientos.
Le quita a su hermano el pan de la boca.
Hace rato que Dios lo dejó guacho.
El tirano venezolano, Hugo Chávez, no dice que su modelo verborrágico, Simón Bolívar, libertador de Venezuela, encontraba refugio
y ayuda material para su ejército en los hogares de judíos que vivan en
Curazao.
Muchos hebreos
lucharon en las filas bolivarianas
durante las guerras independentistas.
El general argentino José de San Martin considerado el Padre de la
Patria fue miserablemente olvidado y obligado a
exiliarse.
Fue el hebreo Alejandro Aguado quien le suministró
ayuda económica e inclusive le confió la custodia de sus bienes.
El navegante Cristóbal Colón, hebreo converso, obtuvo
ayuda económica para su primera expedición a América de dos marranos españoles:
Louis de Santángel y Gabriel Sánchez.
Algo tan obvio como el Holocausto, tiene
sus detractores, entre otros: la
bazofia iraní Mahmud Ahmadineyad; el podrido escritor inglés David Irving y la lacra con sotana el obispo católico Richard
Williamson.
Recientemente han abandonado este mundo, en busca de
una existencia mucho más gratificante, quienes han vivido sus propias
tragedias, durante la SGM.
La escritora francesa Tereska Torrès, hija del escultor Marek Szwarc
fue evacuada a Londres, Fue miembro, con
apenas dieciocho años de edad, del Ejército de Liberación francés y resistió
junto a De Gaulle y otras cuatrocientas voluntarias bajo las bombas nazi-fascistas en
la capital británica.
El griego Shlomo Venezia, pertenecía a una familia de origen sefardí que abandonó España tras la expulsión
de los judíos en el siglo XV. Su infancia en Salónica estuvo marcada por la
pobreza y por la muerte de su padre cuando él tenía once años.
Durante casi
cinco décadas no borró de su memoria cada detalle de lo vivido en ese infierno
llamado Auschwitz. Fue uno de los pocos que salió con vida.
La escritora alemana Eva Unger, emigró con los suyos al Reino Unido, durante
el estallido de la SGM, una vez que su
padre consiguió escapar del campo de concentración de Dachau en el que fue
confinado tras la Noche de los Cristales Rotos.
Siendo una niña, tuvo que
enfrentarse a la pérdida de sus abuelos maternos, que fallecieron en el campo
de concentración de Trawniki (Polonia), y a los prejuicios antisemitas que
imperaban en Inglaterra. Sin embargo, hizo de las islas su nuevo hogar.
La oriunda de Salónica, Mazaltov
Behar Mordoh, fue deportada al campo de concentración de
Auschwitz-Birkenau, donde sobrevivió a los experimentos médicos de los nazis.
Tenía diecisiete años cuando fue elegida junto
con otras diecisiete muchachas, “las más
altas y más guapas”, para ser sometida
a radiaciones. Sin embargo, un anciano
médico judío también prisionero en Auschwitz, la protegió.
Su protector
le dijo: “no llores. Si algún día tienes un
hijo, acuérdate de mí, no te puedo decir nada más.”
A los antisemitas de entrañas empobrecidas
y mentes retorcidas les recuerdo que fueron hebreos los creadores de las vacunas contra la
poliomielitis: Jonás Salk y Albert Sabin.
Que el científico alemán Albert Einstein hizo avances importantes en la física
teórica, la teoría de los quanta, y la mecánica estadística.
Que el biólogo neoyorkino Barry Commoner
fue uno de los padres de la ecología moderna.
Que la italiana Rita Levi-Montalcini doctorada
en Neurocirugía,
sus trabajos, conjuntos con otro hebreo,
el norteamericano Stanley Cohen, sirvieron para descubrir
que las células sólo comienzan a reproducirse cuando
reciben la orden de hacerlo, orden que es trasmitida por unas sustancias
llamadas factores de crecimiento.
Que el médico y
astrólogo francés Nostradamus, fue famoso por sus profecías que publicó en 1555.
En la historia de los
premios Nobel de origen hebreo, los
distinguidos suman más de ciento setenta. Los últimos en
agregarse a la lista han sido el
laureado en Química, el estadounidense Robert
J. Lefkowitz: y el oriundo de
Marruecos Serge Haroche laureado en Fisica.
Entre los hebreos que
gozan de una notable popularidad figuran: el cantante español Julio Iglesias; la pintora mexicana Frida Kahlo, el creador
de Facebook Mark Zuckerberg; el actor y letrista de la música Pop el
neoyorquino Hall David; el pintor, diseñador, y artista gráfico el
bielorruso Marc Chagall; el extraordinario compositor estadounidense, Marvin Hamlisch,
conocido por decenas de partiduras de películas, entre ellas Tal como éramos, y
musicales como Chorus Line; y el
compositor Irving
Berlin (Israel Baline), autor de esa canción que es cantada por todos
los católicos: La Navidad Blanca.
Se pueden escribir cientos de tomos resaltando a los hebreos que se
destacaron en distintas actividades de la vida humana, a través de los siglos,
a pesar de sufrir vejaciones y matanzas.
Para aquellos argentinos que se esmeran en despotricar contra nosotros o tienen la
valentía de destruir cementerios les consagro estos nombres que son de origen hebreo: Daniel Burman (director y productor
cinematográfico); Bernardo Verbitsky (novelista); Israel
Adrián Caetano, (director de cine) Daniel Filmus,(docente y político);Alejandro Lerner, (cantante /
compositor); Jorge Federico Sábato, (exministro de Educación); Jorge Telerman, exjefe de gobierno de Buenos
Aires); Alberto Gerchunoff, (escritor); Miguel Lifschitz, (alcalde de
Rosario); Juan Gelman, (poeta);
Miguel Najdorf (gran difusor del ajedrez en el país); Alejandra Pizarnik, (poetisa); Daniel Barenboim (director
de orquesta); Laszlo Biro, (inventor de la birome); y César Milstein, (inmunologista, Premio Nobel.)
Para finalizar me debo disculpar por ese
grupo de argentinos de origen hebreo, que se comportan como aquellos paisanos
que durante el Medioevo, necesitaban congraciarse con el Poder para sobrevivir. Además, se encargaban del trabajo sucio que los
Príncipes no querían hacer para no enfrentarse con la plebe.
La vida es una fotocopia: dado que la bosta humana no se altera con el tiempo. Y un
cúmulo de mentiras de la que se valen los miserables para ocultar la verdad.