En La violencia en el fútbol no
se circunscribe a los barras bravas. Está inserta en los
dirigentes, los intermediarios, los jugadores, en el público y en muchos casos
también en el periodismo.
El volante uruguayo Daniel Pereira (n.1976), de Patronato
de Paraná fue absolutamente sincero cuando
admitió que los jugadores de su equipo habían sido incentivados por River Plate para que se
esforzaran en vencer a Rosario
Central que en ese momento encabezaba el Nacional B de futbol.
El único pecado que cometió el futbolista nacido en
Montevideo fue que se olvidó que vivía
en un país donde la sinceridad produce muy malos dividendos.
Recuerdo
que cuando yo ejercía el periodismo en Mar del Plata, se supo de un incentivo—positivo,
para que los jugadores de un determinado equipo trataran de superar a un rival que lideraba en soledad el campeonato de segunda división.
Salvo
el periodismo local, que se dedicó a
entretener a sus lectores, la
Liga Marplatense no tomó en cuenta el asunto.
Antes
que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA)
intente hacerse la Justiciera con Pereira es mejor que se ponga las pilas para
terminar con los Barras Bravas, una lacra social que actúa como si estuviera viviendo
en el Lejano Oeste.
El presidente del club Independiente de Avellaneda se está
enfrentando a los barras de su institución en una lucha desigual, ya que nadie,
o muy pocos, le dan su apoyo.
Últimamente River Plate está involucrado en una delicada situación
donde los actos delictivos manchan la historia de esta centenaria institución.
Algunos indican a su presidente, exjugador Daniel Alberto
Passarella como que está en connivencia con los violentos.
Recuerdo que en el año 1993, siendo técnico de la
institución y estando concentrado en Mar Chiquita,
Passarella tuvo un duro enfrentamiento con el líder de los denominados Borrachos del Tablón, recibiendo un tajo en el rostro.
¿No será que Passarella está padeciendo el Síndrome de Estocolmo?
Hay muchos periodistas
que se volvieron locos por la sinceridad
de Pereira. Sin embargo, no hacen nada,
salvo en lo declarativo, para sanear el fútbol. Porque el fútbol antes que un
deporte es un negocio.
De nada sirve hablar
de árbitros corruptos, y no dar nombres, de partidos digitados, ocultando
la información, criticando a medio mundo desde un televisor, porque muchos
relatores y comentaristas no van a las canchas. Y después el muerto se ríe del degollado.
El fútbol no es limpio,
ni siquiera en los partidos barriales.
Ni la (AFA),
mucho menos la institución madre, la FIFA
(bien puesta tiene su sigla), y ni siquiera las
Ligas menores, se las pueden desinfectar
con toda la lavandina del mundo.
El año pasado dos pasantes
de un rotativo alemán, 'Kicker',
se presentaron para obtener la credencial de agente futbolístico de la FIFA y
lo lograron mediante un ofrecimiento de soborno.
No buscaban hacerse ricos con el negocio
de los grandes fichajes sino destapar otro caso de corrupción en el organismo
que controla el futbol mundial, y lo consiguieron.
Quizá lo he escrito
varias veces, no está mal repetirlo: desde el primer Mundial de Futbol de
Montevideo, año 1930, los resultados y por consiguiente los campeones, siempre estuvieron bajo sospecha.
Y ahora que las
Multinacionales auspician distintas competencias, los campeonatos están todos
embarrados.
Y esto produce que
tanto los dirigentes como los jugadores
se encuentren en permanente presión. Porque en definitiva en este juego como
muchos que se han profesionalizado, el espectáculo es el resultado.
En Europa donde creo
que hay periodistas muchos más dedicados a su profesión y por consiguiente
incisivos, se han destapado varias ollas.
Por supuesto que en
esto también hay colaboradores impensados: los delatores y los arrepentidos.
Típica a la Federación Internacional de Fútbol
Asociado (FIFA). El presidente de la Confederación Sudamericana. el paraguayo
Nicolás Leoz; el titular de la Confederación brasileña de fútbol, Ricardo
Teixeira, y el dirigente camerunés Issa Hayatou fueron acusados por un diario
suizo en casos de corrupción, cuando se trató elección
de las sedes de los próximos Mundiales de fútbol de 2018 (Rusia) y 2022 (Qatar.)
Según el periódico suizo, Leoz, Teixeira y
Hayatou figuraban en una lista secreta de pagos ilegales que llevaba la empresa
ISL, que comercializaba los derechos de eventos deportivos organizados por la
FIFA y que quebró en 2001.
Pese a que las acusaciones se hicieron días
antes de que se eligieran las sedes para las mencionadas Copas del Mundo
El fútbol italiano es
la madre del borrego en cuanto a arreglar partidos.
En materia de corrupción en el fútbol peninsular, su exprimer ministro Silvio Berlusconi con todos
sus chanchullos es un nene de pecho.
Me acuerdo que el
goleador del Mundial de España, Paolo
Rossi (n.1956), se vio involucrado en la mafia de las
apuestas en 1980, cuando jugaba en el Perugia, y fue suspendido por dos años.
Sin embargo, fue convocado a integrar la escuadra azzurra.
En los años 2005 y
2006 se destapó en Italia un escándalo de proporciones
debido a fraudes arbitrales estando involucrados los grandes equipos de la Serie A tales como Juventus
FC, AC Milan, Fiorentina, Lazio, y Reggina.
Los mencionados equipos fueron
acusados de conspirar para generar fraudes masivos en los resultados de los partidos de fútbol de la
Serie A mediante la designación de árbitros” favorecedores"
para partidos claves siendo el gran corruptor el manager de la Juventus Luciano Moggi (n.1937.)
La Juventus fue
descendida de oficio a la Serie B.
Seis años después la
cosa vuelve a ponerse tan peliaguda
que hasta el Presidente
italiano pidió que se pare el fútbol, por algunos años, para tratar de
purificarlo.
En un país con tan alto
grado de corrupción, la mejoría puede ser apenas un hálito.
La Justicia italiana investiga la participación de
dirigentes y jugadores del Siena, en el
arreglo de los resultados de ocho cotejos de la Serie B,
ocurrida en la temporada anterior, y que llevó a ese equipo a la categoría
superior.
De confirmarse este dolo deportivo, el Siena volverá a la B y su técnico, de
aquel momento, podría ser sancionado.
Antonio Conte es el actual entrenador de la Juventus el campeón de esta temporada.
En Alemania hace siete años un árbitro reconoció haber arreglado
partidos correspondientes a las
divisiones inferiores y a la Copa alemana.
El arrepentido que en aquel entonces tenía veinticinco años de
edad le dijo a la Fiscalía su disposición a colaborar en todo lo posible en la
investigación, para enmendar su
equivocación.
En España
el exfutbolista Jesús
Antonio Mora Nieto, conocido como Jesuli, (n. 1978) admitió, según el diario El Mundo, que su equipo el Tenerife cobró
del Málaga para dejarse ganar
en la última jornada de Liga.
Esto
ocurrió en el año 2008 y si bien Jesuli
no fue convocado para jugar aquel partido, aún así habría cobrado unos siete mil euros.
Si uno quisiera profundizar en la
investigación se daría cuenta que amañar partidos es una modalidad que se ha hecho habitual.
En Sudamérica
no hace falta escarbar mucho para encontrar certámenes de futbol totalmente
infectados, y con enfermos incurables.
En la Argentina, por ejemplo, el exárbitro Javier Ruiz, quien ejerció el referato durante dieciocho años hasta fines de 2010, denunció hechos de
corrupción en el fútbol argentino que involucraban sobornos a los árbitros para
arreglar partidos.
"Hay cuatro o cinco
árbitros corruptos. Los cuatro o cinco que arreglaron campeonatos durante años
y ahora se preocupan por limpiarse", afirmó Ruiz en una entrevista con el desaparecido
diario Libre en la que apuntó también a dirigentes y empresarios.
El exárbitro devenido comerciante, había denunciado que habían sido digitados los
ascensos de San Martín de Tucumán en 2008 y de Chacarita Juniors en 2009 así
como el campeonato Apertura que obtuvo Boca en el primero de los años
mencionados.
Pese al calibre de las acusaciones anteriores, estas
no tuvieron ninguna consecuencia.
“La pirinola del todos ponen, todos ganan, todos roban y
nadie sale, quedó al descubierto cuando en octubre del 2011, saliera al aire un vídeo donde se mostraba a
Eduardo de Luca (Secretario general de la Confederación Sudamericana), Julio
Grondona (Presidente de AFA / Vicepresidente de FIFA), José Antonio Aranda,
Lucio Pagliaro (Grupo Clarín) –un cartel completo de “honestidad”-;
reconociendo la participación y ganancia en diferentes negocios que comprometían
a medios de comunicación y torneos nacionales e internacionales.
Declaraciones que involucraban a personas con valijas
negociando; tipos en moto buscando
“platas negras”; y frases como “si los puedo matar, los voy a matar”
(Grondona), que destapaban amenazas en contra del periodista argentino
Alejandro Fantino; dejaron ver la cantidad de bandidos que están detrás de la
gran empresa llamada fútbol. ¡Algo que jamás ha sido un secreto!” (Fabián Ramírez entribuna.com.)
Lo más triste de todo que Grondona preside la AFA desde 1979. Es uno de
los monarcas más longevos del mundo.
Si esto no es violencia, la violencia dónde está. La Vida es una
Fotocopia. saulrabin@gmail.com