sábado, 26 de marzo de 2016

MANUEL MACHADO, EL POETA DE SEVILLA

¡Cómo me gustan la Historia y la Biografía!

 

En alguna ocasión leímos la opinión de algún crítico literario diciendo que Manuel era mejor poeta que su hermano Antonio, considerado éste como uno de los grandes insignes poetas de su época; pero si hoy Manuel se encuentra injustamente olvidado por quienes manejan las páginas culturares de los distintos medios es porque no fue al exilio como Antonio cuando éste marchó de España sin que ningún preboste de la República lo metiera en su lujoso coche porque abandonó su Patria a pie, en compañía de su enferma madre, como uno más de aquellos que como calzado sólo llevaban puestas unas viejas alpargatas.«...Y le dejamos morir, entre todos, en Collioure», dijo Luis Felipe Vivanco.
No es nuevo el que algunos sigan opinando que Manuel está injustamente olvidado. «No se hace justicia a Manuel cuando se le silencia del todo para aupar (por cierto, merecidamente) a su hermano Antonio. El desbaratador factor político anda en ello». También, hace unos años, el académico MANUEL FERNÁNDEZ ALMAGRO escribía, bajo el título Manuel Machado, en la penumbra: «El primero en lamentar la penumbra en que se pierde, a los ojos de las más recientes promociones, la figura de Manuel Machado, sería su hermano Antonio, superior, sin duda, en calidades poéticas y en preocupaciones intelectuales, pero no en tanto grado que justifique la distancia creada entre una gloria de extraordinario y justificado fulgor, y un olvido, o poco menos, inmerecido a todas luces». Así es, Antonio dejó estampado en sus cuadernos que su hermano Manuel era el mejor poeta modernista español. A este respecto, se cuenta que Luís Rosales dijo durante una reunión en quien alguien soltó una frase despectiva para Manuel contraponiéndolo a su hermano: «Poezía ez ezto, y se puso a recitar, durante un largísimo rato, versos de MANUEL MACHADO».

Asimismo, JULIO CRUZ Y HERMIDA, «médico humanista» por su afición a las Humanidades, editó un libro titulado ENTREVISTA A UN POETA EN EL OLVIDO: MANUEL MACHADO en el cual no pretende hacer comparación alguna entre ambos hermanos sino más bien un canto a la calidad de los dos. En unas declaraciones a la prensa, Cruz y Hermida viene a sostener de alguna manera lo que apuntábamos al principio: «Si Manuel se hubiese ido al exilio habría sido otro Antonio. Pero se quedó en España, aunque aquí, la derecha, lo veía como el hermano de un hombre de izquierda. La derecha no lo ensalzó en vida ni cuidó su memoria después de muerto»{5}. Pero dicen las malas lenguas que en una visita que realizó a España Jorge Luis Borges, cuando alguien le habló de Antonio Machado, aquél fingiendo extrañeza, contestó: «¡Ah!, pero ¿Manuel Machado tenía un hermano?»{6}.

No obstante se puede decir que eran muy diferentes. Antonio era introvertido, silencioso, con aspecto triste y su lira monocorde, «era pozo, hondura, agua adensada en sombra»; Manuel era una persona más divertida, «era gracia, impulso, fuente, surtidor. Subía al cielo, salía a la calle rumorosa: subía, / bajaba, / charlaba,...»,  y se sumergía en la costumbre de su pueblo porque era andaluz y más sevillano. La fidelidad a su Sevilla, que decía Gerardo Diego.
Sevilla -aire de luz y luz de aroma-
abre, en abril, como una flor radiante,
su corazón, sonoro y palpitante,
con un batir de alas de paloma.
Por doquiera la Giralda asoma
-alfil soberbio-, alerta y elegante,
señaladota del divino instante
en que a la tierra el cielo en brazos toma.
Para gozar el mágico momento,
para morir un poco al cotidiano
pesar y realizar la maravilla
de suspender el triste pensamiento,
tener es fuerza el lujo soberano
de una caseta en Feria de Sevilla.{8}

Y EN SEVILLA NACIÓ MANUEL MACHADO en una casa del barrio de la Magdalena el 29 de agosto de 1874, siendo sus padres Antonio Machado Álvarez, y Ana Ruiz. Él era licenciado en Derecho, ejerciendo de abogado, y catedrático auxiliar de Filosofía del Derecho. Fue secretario de la Sociedad de Folklore Andaluza y con su nombre -también bajo el seudónimo «Demófilo»-, abundan las colaboraciones sobre el folklore andaluz. Esto provocó un enorme interés en sus hijos que después se vería reflejado en su poesía, principalmente en la de Manuel. En éste influyó además su abuelo paterno, Antonio Machado Núñez, hombre de gran cultura que había estudiado medicina, farmacia, ciencias naturales y filosofía, llegando a ser catedrático en estas dos últimas carreras.
En 1883 la familia Antonio Machado Núñez y Antonio Machado Álvarez deciden instalarse en Madrid. El primero tiene ocasión de pasar a la Universidad Central. Tiene buenas amistades y el ambiente madrileño es mejor para sus actividades como también para la de su hijo. Manuel y Antonio van a abandonar Sevilla. Les pica la curiosidad por lo desconocido. «¿Cómo será la capital de España?», se preguntaban desde la inocencia de sus pocos años.
En la calle Claudio Coello se instala la familia. La casa es amplia, hay espacio de sobra, pero todos echan de menos el patio andaluz lleno de tiestos floridos. El abuelo y el padre procuran infundir optimismo a toda la familia, sobre todo a las mujeres que se muestran con frecuencia con el ánimo decaído.
Ellos gozan de buenas amistades: Giner, Cossío, Linares, Sela, Flores, «místicos de una educación nueva para las juventudes y que constituyen el cuerpo de profesores de la Institución Libre de Enseñanza», les manifiestan su afecto; y precisamente en esa Institución Libre ingresan como alumnos Manuel y Antonio. Los dos recordarán siempre la influencia de la Institución y de Giner de los Ríos en muchos aspectos de su vida. En Día por día, Manuel escribió más tarde: «Nadie ha hecho un surco más profundo, nadie sembró más fecunda semilla, nadie dejó una estela más amplia y luminosa... Su obra y su alma viven siempre, porque en su labor semidivina él supo formar los hombres para el mañana»{10}. Cuando Manuel dejó la Institución, a los quince años, para ingresar en el Instituto Cardenal Cisneros, ya había adquirido un sentimiento de la dignidad en el trabajo y una gran cultura.

AMBOS HERMANOS leían todo lo que podían y un día Manuel empieza a escribir cuando todavía era muy joven, así nos lo dice él mismo: «De los doce a los quince años -¡qué edad!- era yo poeta, versificador al menos, y encontraba una gran facilidad para la rima y el ritmo, sin tener que contar las sílabas con los dedos como ocurría a muchos de mis condiscípulos. Bien es verdad que había aprendido a leer en el Romancero y en una colección del Teatro Clásico, a dos columnas, con viñetas al frente de cada comedia. De aquí, sin duda, nos vino a mi hermano Antonio, y a mí la primitiva afición al teatro, que quedó poco después interrumpida por nuestra decidida dedicación a la lírica, en que toda colaboración es absolutamente imposible».

En 1893 muere su padre y es entonces cuando la vida les empuja muy deprisa. Este mismo año comienza Manuel a colaborar en una publicación llamada LA CARICATURA, pero mientras Antonio se queda en Madrid y comienza a trabajar en la compañía de Fernando Díaz de Mendoza, Manuel marcha a su Sevilla a licenciarse en Filosofía y Letras. Durante su estancia en la capital hispalense empezó a considerar como admirables y típicamente sevillanos los elegantes desfiles de caballos, las procesiones de Semana Santa, las corridas de toros y los cantaores gitanos. Mientras estudiaba, tuvo tiempo de seguir con alguna de sus colaboraciones literarias, y también de enamorarse de una parienta suya, EULALIA CÁCERES SIERRA, con la que llegaría a casarse años después. De regreso a Madrid, trabajo con su hermano en el Diccionario que dirigía el filólogo y académico Eduardo Benot, pero no durante mucho tiempo ya que en marzo de 1899 se marcha a París y tres meses después lo haría Antonio. Sin embargo, la marcha de ambos a la capital francesa no fue nunca una decisión libre, sino que fue una necesidad de encontrar algún medio de vida y por eso cruzaron la frontera. Los dos lo encontraron como traductores en la editorial Garnier Frères. No era un porvenir demasiado brillante, pero el nuevo ambiente les iba a servir de mucho en el futuro, sobre todo a Manuel.

Efectivamente, París, donde iba a residir a lo largo de dos años, dejó en Manuel, como él mismo reconoció, una profunda huella en su vida literaria. Tanto es así que alguno de sus biógrafos ha escrito: «Su papel y capacidad como escritor, antes de esta experiencia, eran de poco monta. Sus poemas primerizos, los publicados en La Caricatura y otras revistas literarias, y en Tristes y Alegres (1895) y Etcétera, colecciones conjuntas con Enrique Paradas, están todos firmemente enraizados en la tradición de la prensa burguesa de la década de los 90». Se había dejado notar, pues, el trato con escritores, la concurrencia a las tertulias y las conversaciones con Paul Fort y Henry Levey. Frecuenta también «los cafés donde las voces populares de Rictus, You Lug, Vincent, Hyspas, Privas, Montoya, Boyer, entonan canciones picantes, que son coreadas por el público y subrayadas con clamorosos aplausos». Un día, ambos hermanos, se encuentran en París con Pío Baroja quien frecuentaría con ellos restaurantes típicos y posiblemente acudan todos juntos a una tertulia de españoles e hispanoamericanos. Manuel está a punto de terminar Alma. Conocen a Rubén Darío y éste lee los poemas de Manuel y Antonio: ¡Admirable! ¡Admirable!, exclamó el poeta nicaragüense.

EL SIGLO XIX VA A DESPEDIRSE Y Manuel regresa en diciembre de 1900 a Madrid; antes lo había hecho su hermano. El movimiento literario iniciado el 98, cobraba esplendor y crecía en adeptos, y Manuel Machado, tal vez, fue un hombre de la «generación del 98». «En ese egregio grupo literario -escribe Laín Entralgo- tenía lo mejor de su corazón; y con esa filiación se hallará su alma empadronada, para siempre, en la ciudad española de los Campos Elíseos».
En la revista ELECTRA,que no sobrevivió mucho tiempo y que fue reemplazada por otra publicación, titulada Juventud, aparecen varios poemas de los escritos por Manuel en París, y ahora su autor puede leerlos en el libro que pensaba publicar, y que tituló Alma.Cuando por fin aparece, muy a principios de 1902, obtiene un enorme éxito, aunque hay quien ha escrito que pasó desapercibida para algunos críticos, «pero esto era natural, puesto que Alma era obra de un modernista»{15}. Sin embargo, «Miguel de Unamuno le ha dedicado un cálido artículo en las columnas de Heraldo de Madrid, y otros escritores, cuya autoridad es notoria, han proclamado el mérito y la originalidad del cantor...».

A estas revistas suceden otras y en casi todas ellas interviene Manuel. LA REVISTA IBÉRICA marca un hito, después vendría Helios. En 1906 publica el libroCaprichos con dibujo en la portada que realiza su hermano José, más tarde publicó  Museo y los Cantares. Pero antes de la salida de estos libros, Manuel Machado pasó unos meses en París, incluso viajó brevemente a Inglaterra y Bélgica, siguiendo sus colaboraciones en las revistas a su vuelta a Madrid y en esta capital alterna con Rubén Darío cuando éste se acerca a España y ambos comparten no sólo gustos literarios, sino su actitud frente a la vida. En algún momento dicen que Manuel llegó a pedir dinero a Darío y también un trabajo ocasional en la Embajada nicaragüense donde el poeta era embajador. Su tragedia la deja reflejada en estos versos que tituló Invierno y que terminan así:
Y en esta ancestral pobreza
española del vate...
La tragedia ridícula
de la bohemia... ¡El mártir
que es un pobre poeta de sus sueños
y de sus realidades!...
¡Y la doliente humillación de serlo!...
¡Y el buen gusto dudoso de quejarse!...
Calla, viejo organillo
incorregible... En balde
lanzas la melancolía sonata
conocida... ¡A otra parte!

EN 1909 SE MARCHA A BARCELONA, dicen que tras una joven catalana. Conoce al político Alejandro Lerroux y al anarquista Francisco Ferrer; pero al cuarto día de su estancia la capital es una hoguera. Arde por los cuatro costados y Manuel Machado, en un barco, se marcha al sur de Francia y después sobre este viaje escribió: Es mi nave y va a partir / puesta en lo ignoto la fe. / Sólo viajar es vivir. / No sé dónde voy a ir / e ignoro si volveré... Al año siguiente se casa, y le dice a Juan Ramón Jiménez: «Me casé, en efecto, hace poco más de un año en Sevilla, con mi prima Eulalia, mi amor de niño, mi primero y único amor verdadero. Lo demás no han sido más que escarceos más o menos sensuales y correr del potro joven...»{18}. Este nuevo estado supuso para el poeta un cambio radical en su vida: «Todo lo cambió de pronto la mano de una mujer, llena de gracias y de gracia, que había sabido esperarme»{19}, dijo el propio poeta. Sin embargo, desde el punto de vista económico los primeros años del matrimonio fueron bastante precarios; aunque obtiene un gran éxito con la publicación de Cante hondo ya que vendió un millar de ejemplares a las veinticuatro horas de aparecer en las librerías. Le seguirían El amor y la muerte (Capítulos de novela) y La guerra literaria.

Los ingresos no eran suficientes para el matrimonio y su madre que vivía con ellos, por esta razón decide presentarse a las oposiciones de Archiveros y Bibliotecarios del Estado, que gana. Es destinado a Santiago de Compostela como bibliotecario de la Universidad, aunque logró al poco tiempo el traslado a Madrid donde trabajó en la Biblioteca Nacional y pocos años después pasó a ocupar también la plaza de crítico titular de El Liberal que, una vez que obtuvo la excedencia en la Biblioteca, lo envió como corresponsal al extranjero. Durante todo este tiempo trabajó como periodista su economía era buena, vivía bien y era famoso. En estos años publicó CANCIONES Y DEDICATORIAS; y en Méjico aparece POEMAS DE ANTONIO Y MANUEL MACHADO. 

Escribió también Sevilla y otros poemas; Un año de teatro; DÍA POR DÍA DE CALENDARIO (Memorándum de la vida española en 1918); Ars moriendi. Aparece el tercer volumen de Cante hondo y el quinto de sus Obras completas. Funda en 1924 con Ricardo Fuente, director de la Biblioteca Municipal, la Revista de la Biblioteca, Archivo y Museo. Es nombrado director de Investigaciones Históricas de la Biblioteca y, después, del Museo Municipal; aunque más tarde volvería al periodismo colaborando en La Libertad. Con Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel se inicia la serie de colaboraciones teatrales de los dos hermanos. Y el 8 de noviembre de 1929 cosechan ambos uno de sus mayores éxitos dramáticos estrenando La Lola se va a los puertos, protagonizada por Lola Membrives para quien fue escrita.
El día 27 de ese mismo mes se tributa en el Hotel Ritz un homenaje a ambos hermanos con asistencia del general Primo de Rivera que iba acompañado de su hijo José Antonio de 26 años de edad que consideraba a Manuel como un gran poeta, pero también reconocía en Antonio una voz profunda y ancha. Por otro lado, Julián Pemartín dice que la amistad de los dos hermanos con José Antonio ya venía de antes. También cuenta que aunque el fundador de Falange «no fue muchas veces por el colmado Las Delicias, cuando iba gustaba de hablar con Antonio y le guardaba respeto y admiración. Algunas veces -sigue contando Pemartín- íbamos a una taberna de la calle de Toledo José Antonio, Manuel Machado, alguno otro y yo, a jugar al mus. No sé si existirá ya esa taberna, no sé...». Años después el propio Manuel Machado recordaría aquel día en el Hotel Ritz en un artículo que publicó en el ABC de Sevilla y que, entre otras cosas, decía:
...Fue por estos mismos días de noviembre de 1929, y fue una de las primeras, acaso la primera vez, que -aparte sus alegatos forenses-, hablaba en público José. Se celebraba un suceso artístico y la magnífica sala de fiestas del hotel Ritz, de Madrid, estaba llena a rebosar de todas las aristocracias españolas: desde la de la sangre hasta la del cante hondo. La cálida palabra del joven orador, impregnada ya de un dulce misticismo y como de un aura de profecía, penetraba candente en los espíritus y captaba, irresistible, no ya el difícil entusiasmo, la emoción cordial y sincera de aquel selecto auditorio. Cuando José Antonio descendió del estrado, entre ovaciones delirantes, don Miguel Primo de Rivera se acercó a su hijo. Y, al abrazarse aquellos dos hombres -muy hombres- , había también lágrimas en sus ojos.

HE RECORDADO ESTE ACONTECIMIENTO -como contribución al homenaje rendido hoy a José Antonio- principalmente porque allí, en sus palabras, estaba ya a mi juicio, el primer eslabón de la "recia cadena intelectual que forjara el genio prodigioso y la capacidad 'poética' de José Antonio, según la admirable frase -y exacta- de Raimundo Fernández-Cuesta. Fue aquél su primer discurso un arrebatado panegírico de la Poesía como norma cardinal de la Vida. Conocía de sobra José Antonio toda la noble y benéfica influencia que es el mundo y en la misma naturaleza ejercen el número y la rima cuál es prestigio irresistible de la música. Y hubiera sido, de proponérselo, un admirable poeta del verso, un gran lírico. Pero él sabía también que en su más alto concepto la palabra "Poesía" significa "hacer", "acción", "creación". Y que en este sentido Dios mismo es el sumo Poeta, por cuanto el Hacedor supremo.
Y a esta Poesía, creadora y activa de signo positivo, fue a la que José Antonio se entregó -cuerpo y alma- en una vida clara, toda belleza, desde el principio al fin y que no conoció la fría vejez. En plena juventud le alcanzaron el martirio y al sacrifico por su España idolatrada... Pero antes ya nos la había inundado de "azul" y había dicho: «A los pueblos no los han movido nunca más que los poetas, y ay de aquel que no sepa levantar, frente a la poesía que destruye, la poesía que promete». Y esas palabras -que son todo José Antonio-, se han de grabar, con oro, en la portada de la Nueva Historia de España.

LLEGADA LA SEGUNDA REPÚBLICA, LOS HERMANOS MACHADO, a través de algunas entrevistas, prometieron apoyarla. Desde el punto de vista profesional sólo estrenan, aunque escribirían más, La Prima Fernanda, en el Teatro Victoria el 24 de abril de 1931; y el 26 de marzo de 1932, en el Teatro Español, La duquesa de Benamejí. El motivo de haberse prodigado tan poco en el teatro fue debido, según algunos expertos, a que los asuntos dramáticos adquirieron otro ritmo. Manuel, por motivos políticos, se vio obligado a dimitir de La Libertad. Una nota escueta de su director, que relataba la historia de la colaboración de Machado en el periódico, informó que ya no había espacio para aquellos «fieles como usted a una orientación derechista que ha dejado de tener este periódico».
«SOY LIBERAL EN ARTE. Y ROMÁNTICO EN POLÍTICA... Liberal y Romántico, dos grandes palabras que hoy suenan casi totalmente a hueco. El mundo se debate hoy -lejos de toda libertad- entre dos dictaduras: la capitalista y la colectivista, la burguesa y la proletaria, entre el fascismo y el comunismo. Amabas son para mí igualmente detestables», escribió Manuel Machado en La Libertad el 28 de mayo de 1933.
CUANDO ESTALLA LA GUERRA CIVIL, Manuel Machado y su mujer se encontraban en Burgos donde había ido a visitar a una hermana monja de Eulalia. Ante la imposibilidad de retornar a Madrid se instalan en una pensión «modesta, reducida, construida con tabiques de pandereta», describe el propio Machado. Pero éste pensó que era una guerra carlista más y así se lo comunicó a la periodista de la revista francesa Comoedia, Blanche Messis, mostrando además su irritación por lo que estaba ocurriendo, algo que le costó después unos días de cárcel por culpa del corresponsal del ABC en París, Mariano Daranas, que leyó los comentarios del poeta y le atacó duramente por sus anteriores simpatías socialistas y republicanas. Desde las páginas de El Castellano de Burgos, Machado se defiende y habla de su éxito bajo el régimen de Primo de Rivera y de su dimisión de La Libertad, inclusive envía una extensa carta al director de ABC de Sevilla que termina con estas palabras:
Adrede he dejado para el fin la, para mí más dolorosa de las inculpaciones de Daranas. Yo estoy en Burgos desde el quince de julio -vine, como otros muchos años por esta fecha a visitar en su día del Carmen a una hermana que tengo monja en las Esclavas del Sagrado Corazón- y aquí me sorprendió la magnífica explosión de este movimiento nacional, que va a salvar, que ha salvado ya, a nuestra Patria adorada. Y desde el primer instante, no ya mi adhesión, mi entusiasmo más ferviente lo acompaña.
Como Bibliotecario Municipal de Madrid, me ofrecí al Ayuntamiento de Burgos para servirlo en análogas labores.
Ofrecíme también al Gabinete Diplomático de la Junta Nacional y, finalmente, a la Oficina de Propaganda de Prensa, que dirige el gran periodista -y también colaborador de ABC- don Juan Pujol. Colaboro activamente en la confección de un periódico tan genuinamente español y tradicional como El Castellano y en el semanario La Legión de los Legionarios de España. Todo Burgos me conoce ya y estima como un devoto ferviente de esta gran gesta, de esta nueva reconquista de España, que me ha inspirado, además, si no los mejores, los versos más sentidos que he escrito en mi vida.
Sólo me ha faltado acudir al frente con un fusil, y puede creer Daranas que si la edad me lo permitiera, no hubiera dejado de hacerlo.
¡Viva España! ¡Viva España! ¡Viva siempre España!
De usted atento amigo y colaborador que estrecha su mano,
Manuel Machado.

Una vez vueltas las aguas a su cauce, en la capital castellana colabora en la Oficina de Prensa y Propaganda, y se reincorpora al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, en la Comisión de Cultura de Burgos. Habla para Radio Nacional de España y Radio Castilla de Burgos. Instalado de nuevo en Madrid, una ver terminada la guerra, vuelve a su empleo de bibliotecario y es considerado como una de las grandes figuras de la Literatura española. «Escribió algunos artículos, otros le censuraron, en otros pudo pedir perdón y clemencia para los vencidos, se reunió con algunos poetas en una tertulia a la que llamaron, bajo el lema "El ocio atento", Musa Musae...». También, según documento conservado en la Institución Fernán González, a principio de 1940 es nombrado miembro del Consejo Asesor de Cultura de la Organización Juvenil de FET-JONS.
Pero antes, una mañana, a finales de febrero de 1939, recibe la noticia de que su hermano Antonio acaba de morir en Francia. Manuel pide permiso para pasar al país vecino con su mujer y se pone en marcha para llegar a París donde creía que había muerto Antonio, pero en la frontera le dicen que el óbito ocurrió en la localidad de Collioure. Cuando llega se encuentra con la amarga noticia de que también su madre, Ana Ruiz, había fallecido tres días después que su hijo. Manuel pasa dos días en Collioure sin apenas salir del cementerio y como ya nada tenía que hacer en Francia regresa con su mujer a España.
Colabora en el libro colectivo Los versos del combatiente y en la CORONA DE SONETOS en honor de José Antonio, escribiendo en este último el siguiente soneto:
José Antonio, ¡Maestro!...¿En qué lucero,
en qué sol, en qué estrella peregrina
montas la guardia? Cuando a la divina
bóveda miro, tu respuesta espero.
Toda belleza fue tu vida clara:
sublime entendimiento, ánimo fuerte...
Y en pleno ardor triunfal, temprana muerte
porque la juventud no te faltará.
Háblanos tú... De tu perfecta gloria
hoy nos enturbia la lección el llanto;
mas ya el sagrado nimbo te acompaña
y en la portada de su nueva historia
la Patria inscribe ya tu nombre santo...
¡José Antonio! ¡Presente! ¡Arriba España!

Por estos años publica HORAS DE ORO Y CADENCIAS DE CADENCIA. Escribe algunos artículos, entre otros, en el semanario El Español fundado por el consista Juan Aparicio. En esta misma publicación también aparecen artículos dedicados al propio Manuel Machado, ejemplo: Cuando los poetas hablan de Dios, de Florentina del Mar, y también: El ángel de su poesía, de Cayetano López-Trescastro. En 1946 firma un contrato para colaborar con un máximo de cuatro artículos al mes con la Delegación Nacional de Prensa. Por otra parte, escribió una serie de trabajos que tituló Cualquier día en Sevilla, y otros dos libros ambos con el título Intenciones.Estrena en 1944, en Zaragoza, El Pilar de la Victoria, poema lírico-religioso en dos actos en los que el poeta pretendía combinar el sentimiento religioso con los sentimientos nacionales del momento; para el propio poeta la obra era por su combinación de lo religioso y lo folklórico, una verdadera cifra de hispanidad.
Los poetas integrantes de la generación del 36 y que me permanecieron en España, seguirán tendencias ideológicas a la de Manuel Machado. No sorprende que éste considerara excelentes poetas a Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco José María Alfaro, ni tampoco que en los preliminares de Poesía (Opera omnia lyrica) (1940 y 1942) se imprimieran, junto con textos en prosa de Pedro Laín Entralgo, composiciones poéticas laudatorias firmadas por algunos de ellos. En este contexto de compenetración intergeneracional hay que situar las colaboraciones de Machado en la revista Escorial.

A PRINCIPIOS DEL MES DE ENERO DE 1947 el poeta, de regreso de un entierro, se siente enfermo y al llegar a su casa se mete en la cama. Los médicos le diagnostican una bronconeumonía que no logran vencer. Se confiesa con su director espiritual el jesuita Padre Cavestany y cuando sus compañeros de la Real Academia Española celebran su comida anual, el domingo 19 de enero, les llega la noticia de que Machado ha muerto. Según Gerardo Diego, Eulalia, por cortesía hacia los académicos, congregados con ánimo festivo, retrasó la difusión de la noticia hasta después del banquete. Ya entonces su Ángel de la guarda le había dado su mano. Así lo dice el propio poeta:
Cuando me dé la mano el Ángel de mi guarda
para ir a esa región que a todos nos aguarda
sobre la eterna música me hallará adormecido
y yo abriré mis ojos a un mundo conocido

Después, de la pluma de José García Nieto saldrían estas palabras a él dedicadas: «...Cuando muere un poeta tendrían los ángeles que hacer sonar infinidad de campanas alrededor de su tendido cuerpo. Pero la música de la muerte es sólo silencio, el hondo silencio de esta hora que hacía más precisos e irreverentes mis pasos...».

 




martes, 22 de marzo de 2016

LA VERDADERA IDENTIDAD DE LOS PALESTINOS (II y final)

La verdad historica al antisemita no le importa.

POR  FRANNY

LA TIERRA LLAMADA PALESTINA. En el siglo II, el último intento de los judíos de lograr la independencia del Imperio Romano terminó con la famosa Rebelión de Bar Kojba (132–135), también conocida como la Tercera Guerra Judeo-Romana (la primera gran revuelta judía culminó con los acontecimientos de MASADA), fue la última de las grandes Guerras Judeo-Romanas. La Segunda Guerra Judeo-Romana, fueron los disturbios de los años 115–117, conocidos como la Guerra de Kitos o la Rebelión del Exilio, reprimidos por el general Lucio Quieto, que gobernaba la provincia en esos tiempos y que están históricamente documentados y universalmente reconocidos como los hechos que provocaron la definitiva Diáspora Judía de manera definitiva. La Tierra donde estos sucesos ocurrieron era hasta entonces conocida como la provincia de Judæa, y no existe ninguna mención de algún lugar llamado “Palestina” antes de ése tiempo.
El emperador romano ADRIANO estaba muy enfadado con la nación Judía y decidió eliminar el nombre de Israel y de Judá de la faz de la tierra, para que no hubiera más memoria del país que pertenecía a aquél pueblo rebelde. Entonces decidió reemplazar la denominación de aquella provincia romana y recurrió a la historia antigua para hallar un nombre que pudiera ser apropiado, y encontró que un pueblo extinto que era desconocido en tiempos romanos, llamado “FILISTEOS”, habitó una vez en ésa área y eran enemigos de los israelitas. Por lo tanto, según la escritura latina, inventó el nuevo nombre: “Palæstina”, un nombre que sería también odioso para los judíos recordándoles sus antiguos rivales. El emperador hizo esto con el propósito explícito de eliminar todo vestigio de la memoria de la historia judía. Los antiguos romanos, como los modernos palestinos, han cumplido la Profecía de las Escrituras que declara: “Sobre tu pueblo han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus elegidos. Han dicho: ‘Venid, y cortémoslos de ser pueblo, y no haya más memoria del nombre de Israel’.”–Tehilim 83:3-4 (Salmos 83:3-4). Pero fracasaron, porque Israel todavía vive.

Toda persona honesta reconoce que no existe mención del nombre Palestina en la historia antes que los romanos cambiaran el nombre a la provincia de Judea, que tal nombre no se encuentra en ningún documento de la antigüedad, NO SE HALLA ESCRITO EN LA BIBLIA, ya sea en las Escrituras Hebreas como en el Testamento Cristiano, ni tampoco en registros asirios, o persas, macedonios, ptolemaicos, seléucidas o otras fuentes griegas, y que ningún pueblo “palestino” ha sido jamás mencionado, ni siquiera por los romanos que inventaron el término.
SI LOS “PALESTINOS” supuestamente fueran los habitantes históricos de la Tierra Santa, ¿por qué no combatieron por la independencia de la ocupación romana como hicieron los judíos? ¿Cómo es posible que ningún líder palestino dirigiendo una revuelta contra los invasores romanos haya sido mencionado en algún documento histórico? ¿Por qué no resulta ningún grupo de rebeldes palestinos, como por ejemplo los Zelotes judíos? ¿Por qué todos los documentos históricos mencionan a los judíos como los habitantes nativos, y también griegos, romanos y otros como extranjeros que vivían en Judea, pero no se nombra ningún pueblo palestino, ni como nativos ni como extranjeros? Es mas, no hay ninguna referencia a algún pueblo palestino en el qur’an (corán), aunque los musulmanes dicen que su profeta estuvo una vez en Jerusalén (un evento que no se menciona en el corán). Resulta evidente que él nunca encontró ningún palestino en toda su vida, ni tampoco sus sucesores. El califa Salahuddin al-Ayyub (Saladino), conoció a los judíos y cortésmente les invitó a establecerse en Jerusalén, que él reconocía como la Patria de ellos, pero nunca vio a ningún palestino. ¡Decir que los palestinos son el pueblo original de Eretz Israel no va sólo en contra de la historia secular sino también en contra de la historia islámica!
El nombre “Falastin” que los árabes usan hoy para decir“Palestina” no es un nombre árabe, sino que ha sido adoptado y adaptado del latín Palæstina. ¿Cómo puede un pueblo árabe tener un nombre occidental en lugar de uno en la propia lengua? Porque el uso del término “palestino” para un grupo árabe es solamente una creación política moderna sin ninguna base histórica o étnica, y no indica algún pueblo antes del 1967. Un escritor y periodista árabe declaró:
“Jamás existió una tierra llamada Palestina gobernada por palestinos
 Los palestinos son árabes, indistinguibles de los jordanos (otra invención reciente), sirios, iraquíes, etc. Tened en mente que los árabes controlan el 99.9 por ciento del Medio Oriente. Israel representa un décimo del uno por ciento de las tierras. Pero eso es demasiado para los árabes. Ellos quieren poseer todo. Y éste es en definitiva el motivo del conflicto con Israel… No importa cuántas concesiones de territorio los israelíes hagan, nunca será suficiente”.
Joseph Farah, “MITOS DEL MEDIO ORIENTE”: Tomemos en consideración lo que otros árabes han dicho:
“no existe ningún país que se llame Palestina es un término inventado por los Sionistas. No hay ninguna Palestina en la Biblia. Nuestro país ha sido por siglos parte de Siria. ‘Palestina’ es ajena para nosotros. Son los Sionistas que han introducido este nombre”.
AUNI BEY ABDUL-HADI, LÍDER árabe sirio en la British Peel Commission, 1937 
“No existe ninguna cosa llamada Palestina en la historia, absolutamente no”.
Profesor Philip Hitti, historiador árabe, 1946 
“Es de público dominio el hecho que Palestina no es otra cosa que la Siria meridional”.
Representante de Arabia Saudita en las Naciones Unidas, 1956 
En cuanto a la Tierra Santa, el jefe de la delegación Siria en la Conferencia de Paz de París en febrero 1919 dijo:
“La única dominación árabe desde la Conquista en el 635 apenas duró como tal 22 años”.
Las declaraciones precedentes, hechas por políticos árabes, fueron anteriores al 1967, porque no tenían la más mínima idea de la existencia de ningún pueblo palestino. ¿Cómo y cuándo ellos cambiaron de idea y decidieron que tal pueblo existe?
Cuando el Estado de Israel renació en 1948, los “palestinos” no existían aún, los árabes todavía no habían descubierto ese“antiguo” pueblo. Estaban muy ocupados con el propósito de aniquilar el nuevo Estado Soberano y no tenían intención de crear ninguna entidad palestina, sino solamente distribuir la tierra entre los estados árabes ya existentes. Fueron derrotados. Trataron nuevamente de destruir Israel en 1967, y fueron humillados en sólo seis días, en los que perdieron la tierra que habían usurpado en 1948. En aquellos 19 años de ocupación árabe de Jerusalén, Judea, Samaria y la Franja de Gaza, ni Jordania ni Egipto sugirieron la idea de crear un estado “palestino”, porque los aún inexistentes palestinos” jamás habrían reclamado el supuesto derecho de tener un propio estado. ¡Paradójicamente, durante el mandato británico, ningún grupo árabe era llamado “palestinos”, sino los judíos!
Lo que otros árabes han declarado después de la Guerra de los Seis Días:
“No hay diferencias entre los jordanos, palestinos, sirios y libaneses. Somos todos parte de una misma nación. Es sólo por razones políticas que subrayamos con énfasis nuestra identidad .. sí, la existencia de una identidad palestina separada sirve sólo por propósitos tácticos. La fundación de un estado palestino es una nueva arma para continuar la batalla contra Israel”.
ZUHAIR MUHSIN, comandante militar de la OLP 
miembro del consejo ejecutivo de la OLP“Ustedes no representan a  tanto como nosotros. Nunca olviden éste punto: No existe tal cosa como un pueblo palestino, no existe ninguna entidad palestina, existe sólo Siria. Ustedes son parte integrante del pueblo sirio, Palestina  es parte integrante de Siria. Por lo tanto somos nosotros, las autoridades sirias, los verdaderos representantes del pueblo 
El dictador sirio HAFEZ ASSAD al líder de la OLP Yassir Arafat
“Cuando yo vivía en Palestina, todas las personas que yo conocí podían trazar su ascendencia hasta el país de origen del cual vinieron sus bisabuelos. Todos sabían perfectamente que sus orígenes no provenían de los cananeos, pero irónicamente, ésta era una de las materias que nuestra educación sobre el Medio Oriente incluye. ¡El hecho es que los palestinos de hoy son inmigrantes de las naciones vecinas! Yo crecí sabiendo perfectamente que la historia y los orígenes de los palestinos de hoy provenían as de Yemen, Arabia Saudita, Marruecos, cristianos de Grecia, sherkas musulmanes de Rusia, musulmanes de Bosnia, y los vecinos jordanos. Mi abuelo, que era un dignatario en Bethlehem, casi perdió su vida ante Abdul Qader Al-Husseni (el líder de la revolución palestina) después de haber sido acusado de haber vendido tierras a los judíos. El nos sabía decir que su pueblo Beit Sahur (Campos del Pastor) en el distrito de Bethlehem era desierto antes que su padre se estableciera allí con otras seis familias. El pueblo ha crecido ahora hasta 30.000 habitantes”.
Walid Shoebat, un árabe “ex-palestino” 
¿DESDE CUÁNDO LOS “PALESTINOS” VIVEN EN “PALESTINA”?
Según los extravagantes conceptos de las Naciones Unidas, toda persona que pasó ¡DOS AÑOS! en “Palestina”antes de 1948, con o sin pruebas, es un “palestino”, así como todos sus descendientes. De hecho, los líderes de la OLP demandan el “derecho” de todos los palestinos a regresar a la tierra que ellos ocuparon antes de junio de 1967, pero se refutan con vehemencia de regresar a la tierra donde vivían sólo 50 años antes, es decir, en 1917. ¿Por qué? Porque si aceptaran hacerlo, tendrían que establecerse nuevamente en Irak, Siria, Arabia, Libia, Egipto… y sólo un puñado de árabes permanecería en Israel (por Israel se entiende toda la Tierra entre el río Jordán y el Mar Mediterráneo, mas la región del Golán). Está enteramente documentado que los primeros habitantes de Eretz Israel eran los pioneros judíos, y no los árabes llamados palestinos. Algunos testigos oculares han escrito sus memorias acerca de la TIERRA ANTES DE LA INMIGRACIÓN JUDÍA:
“No hay ni una aldea solitaria a través de toda la extensión (valle de Jezreel, Galilea); no por treinta millas en cualquier dirección… Uno puede recorrer diez millas en la región sin ver un alma viva. Para experimentar el tipo de soledad que causa tristeza, ven a Galilea… Nazareth es abandono… Jericó yace en desolada ruina… Bethlehem y Bethania, en su pobreza y humillación… desposeídas de toda criatura viviente… Una región desolada cuyo suelo es rico, pero completamente despojado de todo… una expansión silenciosa, lúgubre… una desolación… Nunca vimos un ser humano en todo el recorrido… Difícilmente se ve un árbol o un arbusto en algún lado. Incluso el olivo y el cactus, aquellos amigos del suelo árido e indigno, han desertado… Palestina yace en silicio y cenizas… desolada y desamorada…”.
Mark Twain, “The Innocents Abroad”, 1867 
¿Dónde se habían escondido los palestinos que MARK TWAIN no los vio? ¿Dónde estaba aquél “antiguo” pueblo a mitad del siglo XIX?Por supuesto, los políticos árabes de hoy tratan de desacreditar a Mark Twain e insultarlo y culparlo de racismo. Sin embargo, resulta que había otras personas que no lograron reconocer a ningún palestino en aquellos tiempos, ni antes:
“En 1590 un ‘simple visitante inglés’ en Jerusalém escribió: ‘Nada allí es interesante excepto un poco de las viejas murallas que aún permanecen, todo el resto es matas, espinos y cardos’.”.
“Los árabes mismos no pueden ser considerados sino residentes temporarios. Plantaban sus tiendas en los campos o construían sus lugares de refugio en las ruinas de las ciudades. No han creado nada allí. Siendo extranjeros en esa tierra, nunca lograron ser los propietarios. El viento del desierto que los llevó allí también un día los llevará a otra parte sin que hayan dejado algún señal de su pasaje”.
Comentarios de cristianos acerca de los árabes en Palestina en el s. XIX
“Luego entramos en el distrito montañoso, y nuestros pasos se sentían sobre el lecho seco de un antiguo torrente, cuyas aguas deben haber sido abundantes en el pasado, así como la tenaz y turbulenta raza que una vez habitó esos salvajes montes. Debe haber existido algún cultivo unos dos mil años atrás. Las montañas, o grandes montes rocosos que circundan este pasaje rústico, tienen crestas sobre sus laderas hasta la cima; en estas terrazas paralelas hay aún algo de suelo verde: cuando el agua fluía aquí, y el país era habitado por esa extraordinaria población que, según las Sacras Historias, era numerosa en la región, estas terrazas de montaña deben haber sido jardines y viñedos, como los que vemos hoy a lo largo de las costas del Rin. Ahora el distrito es completamente desértico, y se lo recorre entre lo que parece haber sido muchas cascadas petrificadas. No vimos animales en aquél paisaje rocoso; escasamente una docena de pequeñas aves durante todo el recorrido”.
WILLIAM THACKERAY en “De Jaffa a Jerusalén”, 1844.
“El país está considerablemente despoblado de habitantes y por lo tanto su mayor necesidad es de presencia humana”.
JAMES FINN, cónsul británico en 1857.
“Hay muchas pruebas, como antiguas ruinas, acueductos rotos, y restos de viejas rutas, que muestran que el país no ha sido siempre tan desolado como se ve ahora. En la porción de llanura entre Monte Carmel y Jaffa difícilmente se halla alguna aldea u otras señales de vida humana. Hay algunos rudos molinos que han sido arrastrados por la corriente de antiguos torrentes. Un viaje de una hora más nos llevó a las ruinas de la antigua Cesárea, que un tiempo fue una ciudad de doscientos mil habitantes, y la capital romana de Palestina, pero ahora completamente desierta. A la puesta del sol notamos el puerto desolado, que una vez estaba repleto de naves, y miramos en vano hacia el mar tratando de ver algún barco. En éste que fue un mercado populoso, pleno de rumor del tráfico, reinaba el silencio del desierto. Después de cenar nos reunimos en nuestra tienda como siempre para hablar de los sucesos del día, o de la historia de la localidad. Sin embargo era triste, cuando me recostaba en la noche, a escuchar el rumor de las olas y a pensar en la desolación a nuestro alrededor”.
B. W. JOHNSON, en “Young Folks in Bible Lands”, cap. IV, 1892
“El área era despoblada y permanecía económicamente muerta hasta la llegada de los primeros pioneros Sionistas en los 1880s, que vinieron a reconstruir la Tierra Judía. El país ha seguido siendo “la Tierra Santa” en la conciencia religiosa e histórica de la humanidad, que la relaciona con la Biblia y la historia del pueblo judío. El desarrollo del país producido por los judíos ha atraído también gran número de otros inmigrantes – judíos y árabes. La ruta que va desde Gaza hacia el norte era sólo un camino usado en el verano apropiado para camellos y carros… Las casas eran todas de barro. No se veían ventanas… Los arados que se usaban eran de madera… Las cosechas eran muy pobres… Las condiciones sanitarias en la aldea [Yabna] eran horribles… Las escuelas no existían… La tasa de mortalidad infantil era altísima… La parte occidental, hacia el mar, era prácticamente un desierto… Las aldeas en ésta área eran pocas y escasamente pobladas. Muchas ruinas de poblados dispersas en el área, porque debido a la difusión de la malaria, muchas aldeas fueron abandonadas por sus habitantes”.
INFORME DE LA BRITISH ROYAL COMMISSION, 1913
La lista de viajeros y peregrinos a través de los siglos XVI hasta XIX que coinciden en dar descripciones similares de la Tierra Santa es muy larga, incluyendo Alphonse de Lamartine, Sir George Gawler, Sir George Adam Smith, Siebald Rieter, sac. Michael Nuad, Martin Kabatnik, Arnold Van Harff, Johann Tucker, Félix Fabri, Edward Robinson y otros. Todos ellos hallaron el país casi vacío, exceptuando las comunidades judías en Jerusalén, Shechem, Hevron, Haifa, Safed, Irsuf, Cesárea, Gaza, Ramleh, Acre, Sidon, Tzur, El Arish, y algunos poblados en Galilea: Ein Zeitim, Pekiin, Biria, Kfar Alma, Kfar Hanania, Kfar Kana y Kfar Yassif. Incluso Napoleón I Bonaparte, habiendo visto la necesidad que la Tierra Santa fuera poblada, tuvo en mente programar un retorno masivo de los judíos de Europa para que se establecieran en el país que él reconocía como de ellos. Evidentemente, el emperador no vio a ningún “palestino”reclamando derechos históricos sobre la Tierra Santa, cuyos pocos habitantes eran casi todos judíos.
Además, muchos documentos árabes confirman el hecho que la Tierra Santa era de población y cultura judía a pesar de la Diáspora:
·          En 985 el escritor árabe Muqaddasi se quejaba que en Jerusalén la gran mayoría de la población era judía, diciendo que “la mezquita está vacía y sin adoradores…”.
·          Ibn Khaldun, uno de los más acreditados historiadores árabes, en 1377 escribió: “La soberanía judía en la Tierra de Israel dura por mas de 1400 años… Fueron los judíos que implantaron la cultura y las costumbres del asentamiento permanente”. Después de 300 años de dominación árabe en la Tierra Santa, Ibn Khaldun testificó que la cultura y las tradiciones judías eran todavía dominantes. En aquél tiempo no había ninguna evidencia de raíces o cultura “palestinas”.
·          El historiador James Parker escribió: “Durante el primer siglo después de la conquista árabe [670-740], el califa y los gobernadores de Siria y la Tierra [Santa] reinaban enteramente sobre súbditos cristianos y judíos. Aparte de los beduinos en tiempos precedentes, los únicos árabes al oeste del Jordán eran los de las guarniciones”.
Aún cuando los árabes dominaron la Tierra desde el 640. Hasta el 1099., nunca fueron la mayoría de la población. Casi todos los habitantes eran cristianos (asirios y armenios) y judíos.
Si los documentos históricos, comentarios escritos por testigos oculares y declaraciones de los estudiosos árabes de mayor prestigio no son aún suficientes, citemos entonces la más importante autoridad para los árabes musulmanes:
“Entonces Nosotros [Alá] dijimos a los Hijos de Israel: ‘habitad seguramente en la Tierra Prometida. Y cuando la última admonición pasará, os reuniremos allí en gran multitud’.”.
Qur’an 17:104
Todo musulmán sincero debe reconocer la Tierra que ellos llaman “Palestina” como la patria Judía, según el libro que ellos consideran ser el más sagrado y la última revelación de Alá.
 CONTINUIDAD DE LA PRESENCIA JUDÍA EN LA TIERRA SANTA. Siempre que se trata la cuestión de la población judía en Israel, se da por sabida la idea que los judíos están“regresando” a la propia Patria después de dos milenios de exilio. Es verdad que tal es el caso de la mayoría de los judíos, pero no de todos ellos. No es correcto decir que la entera nación judía estaba en el exilio. El largo exilio, conocido como Diáspora, es un hecho documentado que prueba la legitimidad del reclamo judío de la Tierra de Israel, y fue la consecuencia de las Guerras Judaicas de independencia del Imperio Romano. Si los “palestinos”supuestamente fueran los habitantes históricos de la Tierra Santa, ¿por qué no lucharon por la independencia de la ocupación romana como hicieron los judíos? ¿Cómo es posible que ni siquiera un solo líder palestino dirigiendo una revuelta contra los invasores romanos sea mencionada en ningún documento histórico? ¿Por qué no se habla de ningún grupo revolucionario palestino, como por ejemplo los Zelotes judíos? ¿Por qué todos los documentos históricos mencionan a los judíos como los habitantes nativos, y griegos, romanos y otros como extranjeros residentes en Judea, pero ningún pueblo palestino, ni como nativo ni como extranjero? Después de la última guerra judaica en el s.II EC., el emperador Adriano saqueó Jerusalén en 135. y le cambió el nombre por Ælia Capitolina, y el nombre de Judæa por Palæstina, para eliminar la identidad judía de la faz de la tierra. La mayoría de los judíos fueron expulsados de su propia Tierra por los romanos, hecho que determinó el inicio de la Gran Diáspora. Sin embargo, pequeños grupos de judíos permanecieron en la provincia que fue denominada “Palestina”, y sus descendientes habitaron en el propio país continuamente a través de generaciones hasta que los pioneros Sionistas comenzaron el retorno en masa en el s. XIX. por lo tanto, el reclamo judío de la Tierra de Israel está justificado no sólo en base a la antigua Promesa Bíblica, sino también por una presencia permanente de judíos como la única comunidad étnica autóctona existente en la Tierra Santa. A través de los siglos y bajo diferentes dominaciones, los judíos “palestinos” nunca se sometieron a la asimilación sino que conservaron su identidad espiritual y cultural, así como las relaciones con otras comunidades judías en el Medio Oriente. El continuo flujo de judíos Mizrajim(orientales) ySefaradim (mediterráneos, españoles) hacia la Tierra Santa contribuyó a mantener la existencia de la población judía en el área. Ésta presencia judía permanente en la impropiamente llamada Palestina precede de muchos siglos a la llegada del primer conquistador árabe.
Aún cuando JERUSALÉM fue declarada prohibida para los judíos en diferentes periodos (desde que los romanos prohibieron a todos los judíos entrar en la Ciudad), muchos de ellos se establecieron en las inmediatas proximidades y en otros poblados y aldeas de la Tierra Santa. Una comunidad judía se estableció en el Monte Sión. El dominio romano y luego bizantino fueron opresivos; a los judíos les fue prohibido hacer oraciones en el Kotel, donde estuvo el Santo Templo. Los persas sasánidas tomaron el control sobre Jerusalén en el 614 aliados con los judíos locales, pero cinco años mas tarde la Ciudad cayó nuevamente bajo control bizantino, aunque efímeramente porque en el 638 Jerusalén fue capturada por el califa Omar. Ésa fue la primera vez que un líder árabe puso el pie en la Ciudad Santa, habitada por pueblos no-árabes (judíos, asirios, armenios, griegos y otras comunidades cristianas). Después de siglos de opresión romano-bizantina, los judíos dieron la bienvenida a los conquistadores árabes con la esperanza que sus condiciones mejorasen. los árabes encontraron una fuerte identidad judía en Jerusalén y alrededores; los judíos vivían en todo distrito del país y en ambos lados del Jordán. ¡De hecho, los “palestinos” que habitaban históricamente en la Tierra Santa no eran otros que los mismos judíos! Ciudades como Ramallah, Jericó y Gaza eran enteramente judías en aquél tiempo. Los árabes, no teniendo ningún nombre en la propia lengua para denominar ésta región, adoptaron el nombre latino “Palæstina”, que tradujeron al árabe como “Falastin”.
LOS PRIMEROS INMIGRANTES ÁRABES que se establecieron en la impropiamente llamada Palestina -o, según la moderna concepción de la ONU, los primeros “refugiados palestinos”- eran judíos árabes, es decir nabateos que habían adoptado el judaísmo. Antes del islam, centros prósperos como Khaybar y Yathrib (re-denominada Medina) eran ciudades judío-nabateas. Cuando había carestía en el país, la gente se dirigía a Khaybar; los judíos siempre tenían frutos, y sus campos producían y eran irrigados con abundancia de agua. Cuando las hordas musulmanas conquistaron la Península Arábiga, toda esa riqueza fue reducida a ruinas; los musulmanes perpetraron masacres contra los judíos y los reemplazaron con masas de fellahin ignorantes sometidos a la nueva religión. Los sobrevivientes debieron escapar y refugiarse en la Tierra Santa, principalmente en Jericó y Dera’a, a ambos lados del Jordán.
Los califas árabes (omeyas, abasidas y fatimidas) controlaron la Tierra Santa hasta el 1071, cuando Jerusalén fue capturada por los turcos selyúcidas, y después de ése momento, nunca mas cayó bajo dominación árabe. Durante todo ése periodo, los árabes no establecieron ninguna estructura social permanente, sino se limitaron a gobernar sobre los habitantes nativos no-árabes, cristianos y judíos. ¡Todo observador honesto notará que los árabes dominaron la Tierra Santa tres siglos menos que cuanto dominaron España!
En el 1099, los cruzados europeos conquistaron la impropiamente llamada Palestina y establecieron un reino que fue políticamente independiente, pero nunca desarrollaron una identidad nacional; era sólo una guarnición militar de la Europa “cristiana”. Los cruzados eran perversos y trataron por todos los medios de eliminar toda expresión de la cultura judía, pero todos sus esfuerzos terminaron sin éxito. En el 1187, los judíos participaron activamente conSalah-ud-Din Al’Ayyub (Saladino) contra los cruzados en la conquista de Jerusalén. Saladino, que fue el más grande conquistador musulmán, no era árabe sino un kurdo. Los cruzados tomaron Jerusalén nuevamente desde 1229 hasta 1244, cuando la Ciudad fue capturada por los jwarezmios. Siguió un periodo de caos y de invasiones mongolas hasta el 1291, cuando los mamelucos completaron la conquista de casi todo el Medio Oriente y pusieron su capital en El Cairo, Egipto. los mamelucos eran originalmente mercenarios del Asia Central y del Cáucaso empleados por los califas árabes; una mezcolanza de pueblos cuyo contingente principal era compuesto por kumanos, una tribu turca conocida también como kipchak, relacionada con los selyúcidas, kimaks y otros grupos. Se caracterizaban por su comportamiento ambiguo, porque los mercenarios kumanos frecuentemente servían ejércitos enemigos contemporáneamente. Los soldados mamelucos aprovecharon del momento propicio para tomar el poder para sí mismos, y aún cuando fueron despojados de su dominio, siguieron siendo empleados como guerreros por los sultanes otomanos y últimamente por Napoleón Bonaparte.
En el 1517, Jerusalém y toda la Tierra Santa fue conquistada por los turcos otomanos y permanecieron bajo éste dominio por cuatro siglos, hasta el 1917, cuando los británicos capturaron Jerusalén y establecieron el “Mandato de Palestina”.  Fue el fin del Imperio Otomano, que hasta entonces poseía todos los que ahora son países árabes. ¡De hecho, desde la caída del califato abasida en el 945, no existió ninguna entidad política árabe en el Medio Oriente por un milenio!
A inicios del siglo XX, la población de Judea y Samaria –impropiamente llamada “CISJORDANIA”– contaba con menos de 100.000 habitantes, de los cuales la mayoría eran judíos. Gaza no tenía más de 80.000 habitantes “nativos” en el 1951, a la conclusión de la Guerra de Independencia de Israel contra todo el mundo árabe. Gaza fue ocupada por los árabes: ¿Cómo es posible que en sólo 50 años haya crecido de 80.000 a más de un millón de personas? ¿Son todos esos árabes de Gaza tan hábiles para procrearse en manera sobrenatural? La inmigración masiva es la única explicación plausible para tal crecimiento demográfico. La ocupación árabe entre el 1948 y el 1967 constituyó una gran oportunidad para los líderes árabes para promover la inmigración masiva de “palestinos” (una mezcolanza de inmigrantes árabes) en Judea, Samaria y Gaza de todo país árabe, principalmente de Egipto, Siria, Líbano, Irak y Jordania. De hecho, desde 1950 hasta la Guerra de los Seis Días, bajo dominio jordano, fueron fundados más de 250 asentamientos árabes en Judea y Samaria. La reciente construcción de las casas árabes resulta demasiado evidente en base a los materiales usados para construirlas: cemento armado y bloques. El gobierno israelí admite haber permitido a mas de 240.000 trabajadores entrar en Judea y Samaria a través de la frontera con Jordania desde la Conferencia de Oslo ‒ sólo para permitir que se establecieran  en esos territorios como colonos árabes. El número real es probablemente mayor. Si cientos de miles de trabajadores inmigrantes del Medio Oriente están llegando a Judea, Samaria y Gaza, ¿por qué se requiere a Israel para darles trabajo? La realidad es la contraria, Israel, está ayudando económicamente ésta gente que rehúsa aceptar la ciudadanía israelí o jordana; Israel está sólo atrayendo más inmigrantes. Arabia Saudita en un solo año expulsó más de 1.000.000 de inmigrantes sin ciudadanía. Basta que alguno piense que todos ellos son “palestinos”, considerando la definición de“palestino” según las Naciones Unidas: todos los árabes que han pasado ¡DOS AÑOS! en “Palestina” antes del 1948, y sus descendientes con o sin alguna prueba o documento. Ésta definición fue específicamente designada para incluir colonos inmigrantes árabes (¡no colonos judíos!).
LA  PERFIDIA BRITÁNICA.La restauración de la Tierra desolada y desierta inició en la última mitad del s. XIX con la llegada de los primeros pioneros judíos. Su trabajo creó nuevas y mejores condiciones y oportunidades, que a su vez atrajeron inmigrantes de muchas partes del Medio Oriente, principalmente árabes pero también circasianos, kurdos y otros. LA DECLARACIÓN BALFOUR de 1917, confirmada por la Liga de Naciones, encargó al gobierno británico (que tomó el control de la Tierra Santa después de haber derrotado a los turcos otomanos) al principio que “el gobierno de Su Majestad ve con favor el establecimiento en Palestina de la Patria Nacional Judía, y usará sus mejores esfuerzos para facilitar el logro de tal objetivo”. Fue especificado que éste área estaría abierta para “asentamiento de un Hogar judío” y que los derechos de los habitantes ya residentes en el país serían preservados y protegidos. El “Mandato de Palestina” como fue denominada la tierra ocupada por los británicos originalmente incluía todo lo que es hoy Jordania, así como todo Israel, y los impropiamente llamados “territorios” entre ambos. En realidad, el río Jordán y el Mar Muerto son el único“territorio” entre Israel y el REINO HACHEMITA.
Sin embargo, los intereses políticos y económicos de la Gran Bretaña en Arabia se transformaron rápidamente en una vergonzosa política antijudía. El gobierno británico progresivamente limitó la inmigración judía. En 1939 la admisión de judíos para entrar en la Tierra Santa se dio por terminada. En el momento que los judíos de Europa tenían la mayor necesidad de refugio, los británicos les negaron llegar a la Tierra que era la única esperanza de liberación de las atrocidades de la Shoah. ¡Sí, el gobierno británico no es menos culpable que la Alemania nazi por la Shoah! Contemporáneamente, los británicos permitieron e incluso fomentaron la inmigración masiva e ilegal en las tierras al oeste del río Jordán desde los países árabes. Sucesivamente, todas las tierras del Mandato de Palestina  al este del río Jordán fueron entregadas a los árabes y se creó el estado títere de“Transjordania”, nombre que luego fue cambiado por“Jordania” después que los árabes ocuparon el lado occidental en 1948. No existía ningún nombre árabe tradicional o histórico para ésta tierra, entonces fue llamada en base al río que marcaba la frontera occidental (que luego fue incluido, hasta junio del 1967). Con éste acto político, que violó las condiciones de la Declaración Balfour y el Mandato, los británicos robaron mas del 75 % de la Patria Nacional Judía. A ningún judío le  fue jamás permitido residir en la parte oriental del río Jordán. Quedaba entonces menos del 25 % del Mandato de Palestina, y aún de éste remanente, los británicos violaron los requisitos establecidos por Balfour y el Mandato para la creación de la “Patria Nacional Judía” y del“asentamiento judío”. Progresivamente restringieron el área donde los judíos podían comprar tierras, vivir, edificar, cultivar o trabajar. Después de la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel pudo finalmente establecerse en las tierras que habían sido prohibidas a los judíos por los británicos. Los gobiernos británicos sucesivos regularmente condenaron los asentamientos judíos como “ilegales”. ¡De hecho, fueron los británicos que actuaron ilegalmente prohibiendo el acceso a los judíos a la Patria Nacional Judía! Para concluir vergonzosamente, cuando se llevó a cabo la votación en la ONU para la creación del Estado de Israel el 29 de noviembre de 1947, el Reino Unido SE ABSTUVO. Israel fue reconocido por la URSS, los países comunistas, los EE.UU. y Filipinas. Cuando los británicos debieron irse de la Tierra Santa, dejaron sus armas en manos de los árabes ‒mientras que prohibieron a los judíos poseer armas, las cuales tuvieron que obtenerse clandestinamente para poderse defender de los inminentes ataques de los árabes, en los cuales los británicos resultarían “desligados” y libres de toda responsabilidad…

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