lunes, 23 de abril de 2012
Mujer maltratada, sociedad decadente.
viernes, 13 de abril de 2012
¡Cuánta tristeza..!
¡Cuánta tristeza..! Ver como mi vida se agota en un montón de mentiras las mismas que escucharon mis padres, y que escucharán mis hijos.
Nadie corrige el pasado, yo no corregí el presente y difícilmente mis hijos podrán hacer algo en el futuro.
El hombre es socialmente inmoral e individualmente corrupto.
El dinero es la vertiente de todos nuestros males.
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¡Cuánta tristeza..! Tener que salir a buscar trabajo y no encontrarlo.
¡Cuánta tristeza..! Tener que trabajar por una miseria lo que es la pobreza asalariada.
¡Cuánta tristeza..! Darse cuenta que los hijos se fueron y los padres no hemos tenido tiempo de
disfrutarlos.
¡Cuánta tristeza..! Ver a un Policía multiplicar sus horas de trabajo para poder sumar un mango.
Y después se pretende que corra a los delincuentes.
¡Cuánta tristeza..! Escuchar a los políticos jurando ser buenos tipos, utilizando a Dios, la Patria y todos los santos y después, quitarle a la gente hasta su conciencia.
¡Cuánta tristeza..! Que los pobres no puedan festejar una fiesta como Dios manda, porque para los empresarios y comerciantes Dios no existe.
¡Cuánta tristeza..! Estar enfermo y recurrir a la asistencia pública, a una clínica o a un hospital y encontrarse que al médico se le ocurrió faltar.
Y si está tener que esperar hasta que se le ocurra atender.
¡Cuánta tristeza..! Ir a una farmacia para comprar un medicamento y no
poder hacerlo porque ha vuelto a aumentar por segunda vez en el mes.
¡Cuánta tristeza..! Darse cuenta que los laboratorios son ladrones de guantes blancos o asesinos silenciosos: con tal de facturar no les importa que la gente se muera.
¡Cuánta tristeza..! Vivir en la soledad de una sociedad donde la Justicia nunca se siente obligada a cuidar del ciudadano.
¡Cuánta tristeza..! Ser viejo y desprotegido, donde hay un poder que no le importa que el anciano viva en la penumbra de la miseria.
La muerte lo termina tapando todo.
¡Cuánta tristeza..! Al recordar la infructuosa lucha que en favor de los arrinconados viejos, sostuvo por años la pobre Norma Beatríz Guimil de Plá que se terminó muriendo de cáncer.
Y sus viejitos siguen boqueando. Como antes de ella y después de ella.
¡Cuánta tristeza..! Creer en Dios, sabiendo que el pobre está prófugo después que vio la macana que se mandó creando a la especie humana.
¡Cuánta tristeza..! Que la prostitución sea una variante del placer físico, cuando se puede tener sexo sin tener que llevar a una mujer a convertirse en mercadería o ser sobornada mediante una paga.
¿ Qué habrán pensando los jueces brasileños que liberaron a un violador? El argumento en el fallo que sus dos víctimas son prostitutas. Ellas tienen doce años.
¡Cuánta tristeza..! Ver como inocentes se pudren en la cárcel y asesinos andan suelto.
¡Cuánta tristeza..! Que nadie cuide el medio ambiente a pesar de los peligros que nos acechan.
Acaba de fallecer Frank Sherwood Rowlan, premio Nobel de Química quien demostró que
los clorofluorocarburos (CFC), utilizados en los sistemas de refrigeración y como propulsores de los espray, son letales para la capa de ozono.
Y nadie le dio bolilla.
¡Cuánta tristeza..! Mentir a la gente diciéndoles que sus problemas económicos son por culpa del Mercado.
¿Por qué no decir que el Mercado es el mayor delincuente que existe sobre este planeta?
¡Cuánta tristeza..! Escuchar a los economistas ofreciendo soluciones mágicas, cuando ellos son los que asesoran a los grandes grupos económicos para que se llenen los bolsillos hambreando a la gente
¡Cuánta tristeza..! Hablar de Malvinas y dejar al país en manos de especuladores propios y ajenos, a quienes no les importa destruir campos y bosques para hacerse sus propios negociados.
¡Cuánta tristeza..! Ver a una generación embrutecida porque la Educación no es una prioridad para los gobernantes.
¡Cuánta tristeza..! Ver a cientos de personas hacinadas en geriátricos, maltratadas, humilladas, sin que nadie se preocupe por ellos, ni siquiera sus propios familiares.
¡Cuánta tristeza..! Que los hombres probos aquellos que consiguieron la Independencia solo sirvan para hacer del feriado un largo paseo de fin de semana.
Si a los jóvenes no se les enseña a respetar a sus héroes, tampoco respetarán a sus padres.
La vida es una fotocopia.
lunes, 9 de abril de 2012
Günter Grass, un enamorado de su pasado nazi.
Cuando el hombre se deja llevar por sus oscuros impulsos antisemitas, no puede evitar que le salte la térmica de su propia maldad, de sus odios hereditarios.
El octogenario de origen polaco, aunque involucrado en la cultura alemana, Günter Grass, se mostró abiertamente como un psicópata nazi producto del tiempo que sirvió en las Waffen SS hitlerianas, durante la SGM.
Grass que no sabía qué hacer de su puta vida, quizá por falta de una auténtica inspiración literaria, se lanzó a escribir un poema donde condena la venta de armas por parte de Alemania a Israel y dijo que no se debería permitir que el Estado hebreo lanzara un ataque militar contra Irán, país que cuyo líder político, vive engolándose, con producir una hecatombe atómica.
El poema, titulado "Lo que hay que decir” el autor de Tambor de Hojalata criticó con dureza la política nuclear de Israel contra Irán.
"La potencia nuclear Israel amenaza la ya de por sí frágil paz mundial" y está "fuera de control", sostuvo el novelista de ochenta y cuatro años.
"¿Por qué he guardado silencio hasta ahora?", se preguntó el literato alemán, quien aseguró que hasta ahora había callado para evitar la "condena" de ser acusado de "antisemita".
"Creía que mi origen, marcado por un estigma indeleble, me impedía atribuir ese hecho al país de Israel, al que estoy y quiero seguir unido", dijo.
A Grass se le escapó un pequeño detalle: la canciller alemana, Ángela Merkel, ha exigido que la Unión Europea incremente sus presiones contra Irán ante la resistencia al control de su programa nuclear por parte del régimen de Teherán, sospechoso de perseguir el desarrollo de armas atómicas.
Grass está sumamente sensibilizado por la paz mundial. Sin embargo, no tiene nada para decir de los Derechos Humanos conculcados en Irán, donde la mujer es un deslucido trapo de piso y las urnas están selladas.
Es extraño que Grass no tenga rimas para describir el verdadero genocidio que lleva adelante el presidente sirio Bashar al Asad, que viene asfaltando su país con
los cadáveres de los que él considera que son sus opositores.
Quien pudo militar en un ejército que eliminó a gran parte del pueblo hebreo de Europa, los israelíes son la
síntesis de su odio atávico.
Si Grass visitó alguna vez Israel sacó muy pocas conclusiones o padeció una repentina ceguera.
Grass muy pronto se irá al infierno, si es que existe. Lo real que detrás de él vendrán, lamentablemente, otras boñigas humanas.
Porque la vida es una fotocopia.
miércoles, 4 de abril de 2012
Argentina crisol de razas.
El antisemitismo es una reacción natural de tipos jodidos quienes desde la cuna mamaron el odio hacia el prójimo porque no se bancaron nunca sus propias miserias.
Si miramos lo que fue la Guerra de Malvinas y la participación que tuvo Israel enviando pertrechos para la Argentina, vía Perú, hubo la misma gratificación que recibió el país incaico cuando la Argentina le vendió armas a Ecuador en momentos que estos países estaban en conflicto.
El hombre que discrimina está al margen de toda lógica y por eso su animadversión es patológica por lo que no admite ningún otro tipo de consideraciòn.
Me congelaba las manos en el agua, me tiraba la comida adentro de la mierda y la tenía que buscar con la boca. Me trataba de puto, que todos los judíos éramos cagones y miles de bajezas más. El tipo se regodeaba con lo que me hacía, era feliz viéndome sufrir. Les decía a los demás que les hubiera pasado lo mismo si hubieran sido judíos como yo.”
Un suboficial se sorprendió de que Pablo Macharowski, del Grupo de Artillería Aerotransportado 4, luchara hasta caer herido pese a su condición de judío. “‘Qué raro que vos que sos judío estés combatiendo acá’, me dijo. Soy argentino, no tiene nada que ver que sea judío o no. Al tipo le maravillaba, como si fuese algo ajeno”, resalta.
Claudio Szpin, del RIMec 3, vivió una situación similar mientras montaba guardia cerca de su pozo de zorro, junto a su amigo Sergio Vainroj. “Había una cosa de si
Marcelo Eddi, del Regimiento de Infantería 1 Patricios (RI 1), estaba en Comodoro Rivadavia cuando su superior le ordenó que, junto a sus compañeros, formara frente al galpón sin paredes donde dormían. Allí les anunciaron que la sección Morteros, de la que formaba parte, saldría rumbo a las islas ese mismo día.
Eddi hizo todo lo posible para viajar y le cambió el lugar a un soldado que temblaba de miedo.
“El teniente primero que nos acompañaba era hijo de Adolfo Hitler, porque era nazi, se vestía igual y se peinaba con gomina para atrás -relata-. A mí me sacaron a un costado. Entonces, se paró al lado mío y me dijo: ‘Voy a llevar todos soldados criollos, no un judío’. Le respondí: No hay problema. Lo que pasa es que acá son todos valientes, como usted”. ‘A mí no me conteste, soldado’. ¿Qué va hacer? ¿Me va a pegar, a meter preso? Quédese tranquilo que cuando le tenga que dar la espalda, veremos, le dije y me gritó: ‘Judío de mierda.’”
Una situación parecida tuvo que vivir Sigrid Kogan, también del RI 1., unas semanas antes, tras la recuperación de las islas cuando su unidad aún estaba formada en Palermo y los oficiales pasaban con la lista
seleccionando quiénes irían a Malvinas. Una vez más, el ser judío fue la razón para que sus superiores se ensañaran con él. “Hicieron pasar a todos los soldados en el playón, empezaron a armar una lista y preguntaron: ‘¿Los judíos no van a ir? ¿Quiénes son los judíos? Ertel, Kogan, un paso para acá’ -rememora. Me dijeron: ‘Cuando nombre a Fernández, diga presente’. Entonces, yo judío, tuve que dar el apellido de un soldado que no había venido. No estaba en la lista original y terminé yendo a Malvinas por ser judío, sino, no me tocaba.”
La discriminación contra los judíos no fue una rareza que sólo padecieron las clases 62 y 63, sino que se trataba de un comportamiento habitual en muchos miembros de las Fuerzas Armadas en las décadas anteriores a la derogación del Servicio Militar Obligatorio, en 1995.
Ahora viene la otra parte dura de la vida de estos colimbas hebreos: la actitud de las entidades centrales de la comunidad judía consecuentes con la actitud que tuvo la población argentina frente a los veteranos de guerra, ya que no se preocuparon por el estado de los conscriptos israelitas, ni cuando regresaron al continente, ni en los meses siguientes, a pesar de que unas semanas antes habían estado gestionando el envío de los rabinos para prestarles asistencia espiritual.
La mujer hoy treintañera después de recorrer distintos estamentos de la colectividad sin el menor éxito, decidió dar a conocer su situación a través del sitio plazademayo.com que dirige el periodista Gabriel Levinas.
La vida es una fotocopia.