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EL REY español pidió para
que el Holocausto judío no se reitere.
El monarca no puede ignorar que el VICEPRESIDENTE de su reino, prefiere caminar sobre los
cadáveres de los asesinados en Venezuela, mientras critica la existencia de un
Estado democrático como el Israelí.
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ESPAÑA tiene su historia
bañada de sangre judía, especialmente desde
la aparición de los Reyes Católicos, aleccionados por la Iglesia
Católica.
La expulsión de los judíos
de la Península, la Inquisición, un franquismo que maltrató a todo aquel que
había intentado salvar judíos durante la SGM, fueron algunas
de las joyitas que Jehová nos regalo en
nuestro prolongado exilio
Y nunca nadie se disculpó
por ello.
Eso sí, muchos reyes preferían
médicos judíos antes de entregarse a
doctores católicos.
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El poeta GUSTAVO BÉCQUER y
el escritor BLASCO IBÁÑEZ, dos grande antisemitas del siglo XX, nunca hablaron
de los ejércitos papales, de la violación de las monjas ni de los pederastas clericales.
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CUANDO CREI QUE YA HABIA
ESCUCHADO TODO, un autor de un libro sobre LUDOPATIA, encontró un eslabón perdido. Que ISRAEL
exportaba empresarios dedicados a los juegos de azar.
Tal incongruencia venía
acompañada por la ignorancia de ponerlos como judíos a personas que son yanquis
de ascendencia semitas.
En materia de exportación en
la ciudad de Mar del Plata está radicado un ORIUNDO DE LA CORUÑA, que es dueño
de un Casino en dicha ciudad. Y nadie dice que este personaje corrompe a la
ciudad. Claro, no es judío.
TAMPOCO TELEFONICA, que en
su servicio de internet promociona juegos adictivos para niños y adolescentes. Pero,
no es judía.
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Ningún judío es culpable de
tener Jonas Salk o un Albert Sabin que evitaron la propagación de la
poliomielitis. De tener tantos PREMIOS NOBEL.
No es culpa nuestra la
existencia del valenciano ALEJANDRO BORGIA, que llegó al Papado con poco temor a Dios. Organizador de orgias, de tener una vida incestuosa, y de otras alegrías mundanas.
Mucho menos que los Papas tuvieran
aspiraciones terrenales, y que de muchos de ellos, en una lucha de poder fueran
asesinados.
Ningún JUDIO MATO UN RABINO.
La Vida es una fotocopia.
