martes, 3 de marzo de 2015

SATANOWSKY EL NISMAN DEL SIGLO XX.

Otro caso de impunidad…


El caso Satanowsky se refiere al asesinato ocurrido el 13 de junio de 1957 en Buenos Aires, Argentina, del abogado MARCOS SATANOWSKY, un prestigioso profesional, profesor de Derecho Comercial y muy vinculado con la colectividad judía argentina. Sobre este crimen RODOLFO WALSH hizo una exhaustiva investigación que publicó, primero en la revista Mayoría entre junio y diciembre de 1958 y, más adelante, en forma de libro. Debido a su trascendencia el homicidio fue investigado por una comisión especial de la Cámara de Diputados que había reabierto el 1° de mayo de 1958, luego de la interrupción constitucional provocada por el golpe de Estado de 1955.

Tanto esta investigación como la realizada por Walsh apuntaban a una deficiente actuación judicial, sospechada de encubrimiento, así como a la intervención de personas vinculadas al aparato estatal de inteligencia. Walsh consideraba, además, que había una alta probabilidad de que el hecho estuviera vinculado a la propiedad de las acciones del diario La Razón.

Comenzó entonces un conflicto judicial en el cual Peralta Ramos, que estaba patrocinado por Marcos Satanowsky, alegaba que nunca había vendido las acciones de la empresa sino que había sido despojado de las mismas. Por su parte el gobierno afirmaba que las acciones habían sido vendidas al ministro de Economía en el primer gobierno de Perón,  MIGUEL MIRANDA por tres millones y medio de pesos y su principal prueba era la fotocopia de un cheque firmado por Miranda al dorso del cual figuraba imputado a la compra de las acciones de La Razón.

El original de esa fotocopia nunca apareció, Marcos Satanowsky alegaba que las acciones habían sido entregadas en garantía de un préstamo, que el cheque nunca había existido y que en realidad se trató de una maniobra de Miranda que quería complacer a la señora de Perón aparentando que había logrado adquirir aquel diario. Su argumento legal era que si hubiese existido una venta ella requería un contrato escrito o, por lo menos, un principio de prueba un escrito complementado con prueba de testigos. De ahí la importancia que tenía para el Estado acreditar la autenticidad de la referida fotocopia.

MARCOS SATANOWSKY, nació en Rusia,  fue un exitoso abogado, soltero y sin hijos, que en 1912 había obtenido la nacionalidad argentina. Se recibió de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires en 1915, doctorándose al año siguiente con una tesis sobresaliente.
En 1921 ingresó como profesor adscripto a la Cátedra de Derecho Comercial y en 1945 fue propuesto primero en una terna para acceder al cargo de profesor titular.

En 1926 fue el primer presidente de la Sociedad Hebraica Argentina y que en 1936 había fundado El Diario, una publicación de orientación progresista dirigida a la colectividad judía. Fue profesor titular de Derecho Comercial y escribió un libro en dos tomos con ese nombre que fue utilizado en la Argentina durante muchos años y llegó a integrar la Comisión Directiva de la Sociedad Rural Argentina. Al tiempo de fallecer compartía un próspero estudio jurídico con su hermano Isidro, era síndico o director de varias sociedades anónimas clientes del estudio y propietario de una explotación agropecuaria denominada Cabaña Los Montes

EL ASESINATO. El 13 de junio de 1957 Marcos Satanowsky concurrió a su estudio jurídico ubicado en la calle San Martín al 500 de la ciudad de Buenos Aires como acostumbraba a hacerlo. A media mañana entraron al mismo tres hombres, uno de los cuales llevaban un libro de Satanowsky y solicitó entrevistarse con el mismo para –manifestó- pedirle que se lo autografíe para un profesor chileno amigo suyo y fue así que los tres ingresaron en su despacho. Se sabe que tuvieron una conversación que finalizó cuando el abogado recibió en la cabeza un fuerte golpe de culata, al parecer cuando intentaba llamar por el intercomunicador, y luego un disparo con un arma de fuego prácticamente apoyada sobre su pecho que impactó en su aorta. El disparo no fue oído fuera del despacho, los hombres salieron esgrimiendo armas, amenazaron a los presentes, hicieron un disparo intimidatorio hacia el techo, salieron del edificio y se fueron a pie.


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