viernes, 26 de junio de 2015

LA MUJER, BAJO EL ESTIGMA RELIGIOSO.




Un instante de reflexión…


No es casualidad que la MUJER sea  la principal consumidora de todas las ofertas religiosas que existen en este mundo. Y a ellas está dirigido el mensaje directo y el subliminal también.
En el siglo XXI en medio de la modernidad, millones de mujeres están expuestas a todo tipo de vejaciones, frente a una Justicia, mayormente indiferente, a pesar de los constantes reclamos por un poco de equidad.

Si uno analiza la trayectoria de todas las RELIGIONES verá que todas le han concedido un lugar secundario en relación al hombre, quizá sabiendo que en todo hogar el motor de este núcleo eso la Mujer y es ella la que arrastra tras de  sí a sus hijos hacia el  credo que ella haya elegido.

LAS RELIGIONES han sistematizado una serie de castigos, para que la Mujer no se apartara del camino señalado  como si fuera un mandato divino.
Si bien la RELIGIÓN JUDÍA no ha permitido que en su marco la Mujer fuera analfabeta, porque era imprescindible que supiera leer los libros bíblicos. Pero en la relación cotidiana sigue siendo  sujeto—objeto sexual..

En un principio en la Religión Judía se aplicaba  la LAPIDACIÒN porque estaba expresado en el Tanaj. Las causales vistas a la distancia, son una burla.
*** Por tocar el monte Sinaí mientras Dios hacía entrega de los Diez Mandamientos  a Moisés,( Éxodo). Un buey que cornea a un hombre debe ser lapidado. Por violar el día de reposo (shabat). Por entregar a un hijo al dios Moloch  (de los enemigos). Por blasfemar contra Dios. Idolatrar a otros dioses o incitar a otras/os a hacerlo. No obedecer a los propios padres (la humanidad hoy se vería reducida a la mitad). Casarse sin ser virgen y pretendiendo serlo ( hoy casi todas las mujeres serían solteras).  Y tener relaciones sexuales un hombre y una mujer casada con otro hombre (ambas/os deben ser lapidados). De aplicarse esto último el pueblo judío quedaría reducida a menos de la mitad..Mucho más que después del Holocausto.
Afortunadamente en la religión judía esto se revirtió. 

La religión  MUSULMANA, a partir del Califa Omar –n. L Meca 581 f. Medina, 644), (enemigo y después colaborador de Mahoma), el castigo hacia la mujer se generalizó. 
La situación de la mujer sigue siendo denigrante ya sea donde prevalece el Islam.
-----Basta con ver la película emblemática LA LAPIDACIÓN DE SORAYA.

En la RELIGIÓN CATÓLICA, que se mimetizó de la judía con algunas variantes para no caer en un plagio celestial, la MUJER ha tenido un devenir disímil, si se trataba de ricos y de pobres. Los primeros eran exculpados  a cambio de un suculento diezmo. El resto recibía todo el peso de una ley que los curas habían impuesto para los desvalidos.

Para  los pobres, igual que en el Islam en la Tierra debían sufrir, para ser compensados en el Cielo.
---- Basta con recordar la reciente recomendación hacia las mujeres,  de un sacerdote español:
“Piensa en Dios mientras haces un pete” (sexo oral…)

No  hace falta abundar en sociedades como las hindúes, tribus africanas, chinas, japonesas etc.,  para uno darse uno cuenta que la agresión a la mujer es milenaria.

Quizá hubo algunos atisbos de Matriarcado. Se cree que fue   en los inicios de los tiempos hubo una época de gran tiranía sexual de los hombres, el ‘Hetairismo’, que causó que algunas mujeres se rebelaran y establecieran un matriarcado o ‘geritocracia’, en la que ellas sometían a los hombres, establecían la familia y los obligaban a casarse (de aquí nace el prejuicio aún presente de que las mujeres son las que obligan a los hombres a formar una familia o el mito de las belicosas AMAZONAS (que se quitaban un seno para apoyar la flecha. ) 

Existen  algunos lugares donde el matriarcado   existe  no como dominación por parte de las mujeres, sino de un sistema donde los dos sexos cooperan y se reparten el poder y las diferentes funciones sociales, con roles que no están ligados al hecho de ser hombre o mujer.
Las mujeres tuvieron poder y esto se refleja en las diosas de diversas culturas, como las chinas MA TSU O KUAN YIN, las egipcias ISIS O NUT o las griegas DEMETER O HERA.
Hay múltiples ejemplos de sociedades matriarcales a lo largo de la historia, como los IGBO en Nigeria, o los BASHI en el actual Congo."
 EL MALTRATO DE ESPOSAS, está enraizado en los supuestos patriarcales básicos sobre el estatus subordinado de las mujeres, y es su conclusión lógica.
La ley patriarcal tradicional negaba a las mujeres un estatus civil autónomo. A las mujeres se les trataba como menores permanentes en cuestiones legales, dependientes de sus padres y esposos. 
 Su derecho a heredar y transmitir propiedad también era limitado y su sueldo se consideraba pertenencia de su esposo.
En materia  civil las mujeres eran personas no existentes, representadas por su guardián varón, aunque la mujer adulta y soltera o la viuda tenían un estatus anómalo.
La hija o esposa eran en cierto sentido propiedad del esposo o padre. El matrimonio era un asunto económico entre dos varones, frecuentemente sin que la mujer tuviera mucho que decir en la cuestión, por lo menos en su aspecto legal.

El término SEÑOR (dominus) se empleaba simultáneamente para Dios como Señor del mundo, para la aristocracia como Señores de las clases bajas y finalmente para el cabeza de familia varón como Señor de su esposa, hijos y sirvientes.

LA METÁFORA DE SAN PABLO, tan frecuentemente repetida, de que la mujer no tiene cabeza propia sino que su esposo es su cabeza, así como ella es el cuerpo de él, resume el estatus de subyugación de las mujeres.

La condición legal de las mujeres se expresó en el CRISTIANISMO clásico con una complicada teoría sobre la naturaleza inferior de las mujeres.

La teología escolástica recogió de la biología de ARISTÓTELES que las mujeres son una especie biológica secundaria. Sólo los varones contribuían a la forma del niño en la procreación. Las mujeres eran únicamente incubadoras que lo hacían crecer en su cuerpo. 
 La hembra era, por naturaleza, inferior en su capacidad para la actividad del pensamiento de la voluntad y para la actividad física. Las mujeres eran esclavas naturales, y como esclavas, estaba en su naturaleza el ser sirvientes obedientes en todas las cosas para con sus cabezas y señores.
 
Las historias originales del GÉNESIS sugieren la co-creación del hombre y la mujer, y su co-responsabilidad por el pecado. Pero en el NUEVO TESTAMENTO, esta co-responsabilidad está claramente desviada en contra de Eva.  La carta primera de Timoteo. 

EL CRISTIANISMO tradicional adoptó esta lectura de la Caída. A Eva se le vio como el miembro culpable de causar todo el conjunto del mal histórico en el mundo.
También tomó la forma de justificaciones legales de la violencia física. Se daba y todavía se dá por supuesto en la familia patriarcal que los padres tienen ciertos derechos a golpear a sus hijos. Otras sociedades patriarcales, tales como la de Roma antigua y la islámica, han dado incluso a los padres el derecho de matar o a vender a sus hijos.

EL MATAR A LAS NIÑAS se ha dado en dos momentos. A las niñas se las mataban frecuentemente en el momento del nacimiento, puesto que se las veía como de menos valor que los niños. Esto ocurrió también en la Edad Media, aunque la Iglesia se oponía a todo infanticidio. También se ha dado muerte a las hijas de las que se sospechaba que había cometido actos impropios sexualmente. 

LA IGLESIA también ofreció a las mujeres las comunidades de las órdenes religiosas que contenían las únicas posibilidades de educarse y de ejercer un liderato autónomo en aquel tiempo. Además, si una mujer declaraba que tenía vocación religiosa, la Iglesia la defendería contra todas las exigencias de su familia para que se casara. En estas cuestiones la Iglesia ofreció un poco de alivio del poder de la familia patriarcal sobre las mujeres.

  Desde los siglos tres al dieciséis, el matrimonio se vio como una vocación inferior. A la mujer casada se le consideraba como el símbolo de la Eva carnal. Aquí, su subordinación y necesidad de castigo se enfatizaba plenamente.
El desprecio de los legisladores eclesiásticos hacia mujeres casadas puede tener alguna relación con el hecho de que, en el derecho canónico, entró una justificación del derecho de los esposos a golpear a sus esposas.

Es importante el hecho de que la LEY RABÍNICA del mismo período se preocupaba mucho más del bienestar psicológico y físico de la esposa, y permitía a la mujer el pedir el divorcio si su esposo la golpeaba.
(La distinción judaica, acentuaba el odio del clero católico)

En la compilación del derecho canónico hecha por Graciano en el siglo XII se dice que el esposo PUEDE CASTIGAR a sus esposa pero no golpearla. Sin embargo, las explicaciones hechas sobre estos textos por canonistas posteriores lo interpretan como diciendo que el esposo puede golpear a sus esposa por ira, pero no someterla al látigo como si fuera una esclava.
Un decreto del CONCILIO DE TOLEDO en 400   decretó que si la esposa de un clérigo infringe sus mandatos, él la puede golpear, mantenerla atada en la casa y forzarla a ayudar, pero “no hasta la muerte”. Pasó al derecho canónico que el clérigo tiene derecho a golpear a la mujer más duramente que el que no lo es.

En el RENACIMIENTO daban a los maridos el derecho a golpear a sus mujeres, aunque generalmente decían que lo hicieran “razonablemente” o “moderadamente”. 
La literatura y los libros de consejos del período intensifican la impresión de que el varón está justificado en emplear violencia física contra su esposa, a la que se ve siempre como “provocando” o “pidiendo” dicha violencia.


SANTO TOMÁS MORO, del cual se podría esperar otra cosa, nos da algunos de los ejemplos más salvajes de la idea del hombre del Renacimiento sobre el castigo de la esposa.

****Cuenta la historia de un hombre que cortó la cabeza de su esposa con un hacha porque continuamente lo regañaba. El príncipe del lugar justificó al esposo porque estuvo de acuerdo en que ella lo mereció por sus regaños. En las ciudades puritanas, entre otras, hasta el siglo diecisiete se decretaron castigos salvajes a aquellas mujeres a quienes sus esposos acusaban de regañonas, castigos como el banquillo o unas jaulas especiales que mantenían sus bocas cerradas.

El hecho de que esta actitud salvaje refleja los ideales de Santo Tomás Moro se percibe en su UTOPÍA en donde define sus ideas sobre la sociedad ideal. Aquí se pinta a los esposos castigando a sus esposas, y a las esposas sirviéndoles en todas las cosas, y arrodillándose ante él los días de fiesta para pedirle perdón si le habían ofendido en algo.

Quizá la explosión más importante de hostilidad hacia las mujeres ocurrió en las persecuciones contra LAS BRUJAS.

Puesto que Cristo era varón, el varón estaba más protegido contra los impulses demoniacos que las mujeres. El manual clásico sobre brujería, el MARTILLO DE LAS BRUJAS, escrito por dos inquisidores dominicos en el siglo XV demuestra cómo están ligadas las teorías sobre la inferioridad de las mujeres a las sospechas de brujería:
“Cuando la mujer piensa sola, piensa la maldad… He encontrado a la mujer más amarga que la muerte, a la mujer buena sujeta al deseo carnal. Son más impresionables que los hombres y más dispuestas a recibir influencias del espíritu desencarnado … Tienen lenguas resbalosas … Puesto que son débiles, encuentran una manera fácil de vengarse en la brujería … Son más débiles en mente y en cuerpo. No es sorprendente que caigan bajo el maleficio de la brujería. En relación a su intelecto o al entendimiento de cosas espirituales, parecen ser de naturaleza distinta a la del varón … las mujeres intelectualmente son como niños … 
Muchos de los métodos de investigar la brujería ponían a las mujeres en una situación insoluble. A las mujeres se las desnudaba y afeitaba y se pinchaba cualquier mancha que tuvieran en el cuerpo. 
También se les ataba y les tiraba a un estanque. Si flotaban, se les daba el veredicto de brujas, pero si se hundían se les perdonaba, puesto que se creía que el agua rechazaría a las brujas. En cualquier caso era poco probable que la mujer sobreviviera la prueba.

El CRISTIANISMO HISTÓRICO definió a las mujeres como inferiores, subordinadas y tendientes a lo demoníaco. Estas imagines justificaron todo tipo de violencia en contra de ellas siempre que chocaran contra la voluntad del hombre en hogar o en la sociedad. La mujer como víctima es la otra cara de historia patriarcal, que pocas veces ha recibido respeto o atención por parte de los agentes de la moralidad o de la ley. A las mujeres especialmente se les ha hecho sujetos de la doble contradicción de culpar a la víctima en maneras tan innumerables y retorcidas que todavía hoy a las mujeres les cuesta refutarlas. 

Además de la violencia física, y de la supresión legal y cultural, hay otra área en la que la sociedad y la iglesia patriarcal han contribuido a la subyugación de las mujeres. Esta es el derecho de las mujeres a CONTROLAR SU PODER REPRODUCTOR.
Frecuentemente se imagina una que los anticonceptivos y el aborto sin peligros se han hecho posibles solamente con la medicina moderna. Las mujeres no se podían liberar ni permitirse tener otras ocupaciones en tanto que su biología y la ignorancia médica de la sociedad las sujetaran a continuos partos a través de su vida adulta (debemos recordad que la mayoría de las mujeres no vivían después de la mesopausia hasta hace muy poco tiempo).

El varón, más allá de su control sobre la mujer  nunca está seguro de que el niño que se está produciendo es realmente suyo. 

EL CRISTIANISMO incluso desaprobaba el que las mujeres tuvieran algo que decir sobre el aceptar o no las demandas sexuales de sus esposos. Su sexualidad se definía en el derecho canónico y en la teología moral como “la deuda del cuerpo” que ella debe a su marido en virtud del contrato matrimonial. Esta atada a servirle sexualmente cuando él lo pida, no importando cual sea su disposición física. El control masculino del derecho al divorcio es también parte de este sistema de control sobre las mujeres como esposas y reproductoras.

La subordinación es la voluntad de Dios y la raíz de la felicidad humana tanto para las mujeres como para los hombres. Solamente a medida que las mujeres abandonen sus deseos pecaminosos de igualdad y autodefinición y se resignen a las mínimas exigencias de sus esposos, no importa como sean de poco racionales o abusivas, podrá volver el orden a la familia. 

EL FEMICIDIO, EL ACOSO SEXUAL, TIENEN QUE VER CON EL CARÁCTER VIOLENTO DEL SER HUMANO, PERO TAMBIÉN POR LAS PREDICAS DE LAS DISTINTAS RELIGIONES EN CUANTO LA SUPERIORIDAD DE UN SEXO SOBRE OTRO..
NO IMPORTA LAS MARCHAS QUE SE HAGAN…LA VIOLENCIA DE GÉNERO SE MANTENDRÁ A TRAVÉS DEL TIEMPO….LAMENTABLEMENTE.


 

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