LA FÁBULA LLAMADA 2001.
(La impotencia Radical, ante los Perucas.)
(Cuando la ideología es una moneda.)
Periodistas
de las clásicas repeticiones, por no indagar; Economistas de confusas
definiciones; Gremialistas de tardías reivindicaciones, entre otros, se unen al
común de los mortales para
tender, una y otra vez, la mortaja sobre el año 2001, considerado la hecatombe de una Argentina, que rara vez pudo respirar con sus propios pulmones, carcomidos
por la corrupción.
Las
otras tragedias parecidas fueron vistas con un estrabismo tal para
poder forrarse a costilla de un Estado
incorregible y a expensas de un pueblo
desunido, incapaz de reclamar lo que es suyo.
Nadie puede negar que el expresidente De la Rúa,
demostrara políticamente tener más parla que ideas, y cuando llegó a la Casa
Rosada, las cosas se le pusieron negras.
De todos modos,
el mayor pecador fue el cordobés, dado que sabía bien quién era el
saltimbanqui Chacho Álvarez, que era
parte del cardumen que después de las elecciones generales de 1995
demostró su inestabilidad política para afrontar los vientos en contra. Un
asco.
LOS RADICALES tienen sus cabezas llenas de literatura, pero no
son capaces de cruzar una calle dinamitada. Además, sus alianzas parecen hechas por ignorantes,
de principiantes.
Illia, Alfonsín y
De la Rúa, la erraron con sus vices. Y Cobos se comportó como un
político de baja autoestima, cuando se
alineó con los K.
Los diarios de época, no alineados con el Poder de
turno, daban cuenta que los Kirchner eran meros administradores
de la cosa pública, con pocos deseos de gobernar.
Es harto sabido que en el año 2001,
desde la provincia de Buenos Aires se armaron los alborotos tendientes a
petardear la gestión radical.
REVELACIÓN. El presidente del gobierno español de
entonces José María Aznar, le había
anticipado (a De la Rúa) que el exvicepresidente la Nación Eduardo
Duhalde fue a pedirle ayuda porque él se iba a hacer
cargo del gobierno, y Aznar le dijo: “Pero ¿cómo? Si el Presidente es amigo mío
y está en funciones todavía”. A lo que Duhalde respondió: “Sí, bueno, pero yo
me voy hacer cargo.”
Típica actitud de un peruca, heredero del torpedero mayor de la
Democracia, JDP.
--- Yo estaba en Miami, cuando
escuché al periodista Nicolás
Kasanzew, enviado frente por los militares, para disfrazar la realidad durante la guerra de Malvinas, anticipó a un medio local que De la Rúa iba a tener una corta vida en
la Casa Rosada.
Un genio en materia de predicciones, que, sin embargo, nunca habló de la derrota argentina en
Malvinas.
PELOTAZOS EN
CONTRA. Nadie puede ocultar que hubo una embestida organizada por los perucas;
reforzada por la postura del Fondo
Monetario Internacional a través de sus
capitostes yanquis Horst Keller y
la octogenaria Anne Krueger.
El 5 de
diciembre: El FMI
decide no concede un préstamo de 1.260 millones de dólares ante la falta de
cumplimiento de las metas fiscales de Argentina. El Banco Mundial (BM) y el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) congelan préstamos de 1.230 millones
de euros. Cavallo amplía a 1.000 pesos a la semana la cantidad de efectivo que
pueden sacar los argentinos y a 10.000, el máximo que se pueden sacar del país.
Al día siguiente, el superministro de Economía admite que el
país ha entrado en una “virtual” suspensión de pagos y se traslada urgentemente a Washington para
negociar con el Fondo Monetario Internacional la concesión del préstamo. No lo
consigue.
Toda esta puesta en escena contó con el
apoyo del pérfido presidente
norteamericano George W. Bush, el gran amigo de Bin Laden y del liquidador sudaca (Menem.)
---Algún día si la muerte no lo alcanza
antes, Bush tendrá que explicar qué responsabilidad le cupo en la caída de la Torres Gemelas, como
aducen periodistas franceses.
--- Llama la atención que Cavallo, un
habitual habitante en el país del Norte, no haya podido anticipar los
vientos malos que venían de Wall Street.
Esto puso en evidencia que los economistas solo cobran
vida cuando los dueños del dinero se lo
permiten.
La insensatez provocada por petardistas
con unos treinta ocho muertos forzó la
renuncia de De la Rúa.
RUCKAUF. Para que la anarquía fuera total el
impresentable exgobernador bonaerense, conocido como el zapatillero (hacía grabar su nombre zapatillas que repartía por caridad), mandó a retirar la custodia de la residencia
de Olivos confiada históricamente a la Policía de la provincia.
Intendentes amigos de Ruckauf fueron
filmados orientando a la gente a asaltar negocios. A de la Rúa le dieron la misma medicina que
a Alfonsín.
“Sé que hubo un grupo de radicales de la provincia que estaba feliz, es el que ha pactado siempre con Duhalde en la provincia,”
reconoce el exmandatario.
Es sabido que en ese 2001 hubo un eje del mal conformado por una alianza entre los especuladores del mercado y el duhaldismo.
Es sabido que en ese 2001 hubo un eje del mal conformado por una alianza entre los especuladores del mercado y el duhaldismo.
DE LA RÚA fue un mequetrefe político
por eso cuando la crisis política y
económica ya estaba instalada, el PJ se sintió seguro para ingresar en escena y
acelerar la caída del gobierno radical, sobre todo con la derrota del
oficialismo en las elecciones legislativas de octubre. Luego de que se saldara
la disputa interna en el peronismo -y de que se repitieran las escenas de 1989
de saqueos en el conurbano alentados por punteros políticos- comenzó la etapa
de sinceramiento del caos y la
recuperación, sin que se cumplieran los peores pronósticos de aquel entonces
(hiperinflación y guerra civil).
¿Qué factores persisten de aquella zozobra? La
continuidad del alto nivel de empleo en negro, la incertidumbre sobre los
verdaderos niveles de pobreza e inflación, pocas medidas para transformar el
crecimiento en desarrollo y la debilidad político-institucional, entre otros
elementos.
De la Rúa asegura que en los años posteriores
a la caída de su Gobierno, Duhalde construyó un relato que dejaba a la Alianza
como defensora de la
convertibilidad y al PJ como detractor del sistema, algo que “es
una mentira”. “En la plataforma de Duhalde en su campaña presidencial había una
página entera diciendo que se iba a sostener la convertibilidad. Y la Alianza
proyectaba devaluar”.
Con
loa muertos el exPresidente aseguró: “Nunca ordené reprimir”. “Hubo una decisión judicial de desalojar la
Plaza de Mayo firmada por la jueza Servini de Cubría; hubo errores de la Policía,
como mandar la Caballería; y hubo
disparos desde autos en los que no se sabe si iban policías o civiles
infiltrados”, se exculpó.
“Hubo
violencia en varios lugares, incendio en supermercados: hubo una
violencia programada que
fue poco investigada. En la causa de Oyarbide se comprobó, pero no se señalaron
autores, porque en política parece que
rige una especie de omertá,” acusó.
Y
concluyó: “Algunos quieren responsabilizarme de los hechos, pero eso es un
absurdo. Sí tengo el enorme pesar de que eso ocurriera. Para que la violencia
no siguiera, yo firmé la renuncia, e inmediatamente cesaron los asaltos a los supermercados, de golpe.
Estaba todo muy claro”.
---- El bombero radical (De la Rúa), se quedó sin
agua, para apagar los incendios ocasionados por
el populismo de turno…. El que niega
siempre sus propios desaguisados.
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