domingo, 26 de abril de 2015

NISMAN ERA BUITRE: OTRA VARIACIÓN DEL RELATO K

 

DAIA, NISMAN Y PAUL SINGER: la ridícula denuncia de un complot contra el gobierno.


Con la reciente denuncia de la Casa Rosada sobre una conspiración internacional contra el gobierno kirchnerista para desbarrancar el Memorándum de Entendimiento con Irán, Cristina Kirchner ha situado a la Argentina entre las filas de los peores países del mundo.
Ese tipo de países, a lo largo de la historia, han alertado incesantemente sobre complots de la “sinarquía” internacional, de la “plutocracia” mundial, de fuerzas financieras globales depredadoras y, en general, de siniestros intereses que buscan dominar el mundo y apoderarse de riquezas, territorios o recursos naturales.

En la denuncia que hizo este 20.04.2015, la presidenta Cristina Kirchner recurría a las mejores tradiciones de EL RELATO K’ para dar a conocer que Argentina es víctima de una operación en su contra llevada adelante por villanos de una perfidia difícilmente superable:
1) LOS FONDOS BUITRE (los “malos” que a veces reemplazan al Grupo Clarín en ‘El Relato K’ como fuente de todos los males),
2) EL FISCAL ALBERTO NISMAN (que al final era un operador de los fondos “buitre”) y que para el gobierno pasó a ser:
I) de buen funcionario judicial a un ingenuo manipulado que se suicida como víctima de una maniobra para desprestigiar al gobierno,
II) de suicidado para desprestigiar al gobierno a suicidado gay,
III) de suicidado gay a asesinado gay,
IV) de gay a mujeriego licencioso,
V) de mujeriego licencioso a corrupto económico y
VI) de corrupto económico a tener una madre encubridora que debería estar en prisión (Aníbal Fernández dixit).
(Aunque esta historia parezca irreal para quienes no están familiarizados con ella, se trata de las líneas argumentales de ‘El Relato K’ sobre este tema, las cuales se fueron desplegando a lo largo de tres meses. Emanaron directamente de la presidenta, ministros o referentes importantes del grupo gobernante.)
3) UNA ONG DE LOS ESTADOS UNIDOS (vinculada por supuesto al Partido Republicano y que recibe dinero de los buitres).
4) UN “LOBBY” JUDÍO INTERNACIONAL que incluye también a las entidades judías comunitarias argentinas AMIA y DAIA y a colaboradores locales; también al Congreso Judío Mundial.
Todo para perjudicar la justa y emancipadora política del kirchnerismo. Y también para dañar a esa abnegada luchadora que es CFK, quien firmó el memorándum con el presidente persa Mahmoud Ahmadinejad con el único fin de esclarecer el atentado de 1994 contra la mutual judía.

BAZOFIA HUMANAS. La denuncia presidencial se basaba en un artículo de un ex director ejecutivo de la AMIA, JORGE ELBAUM, publicado en el diario paraoficial Página/12   La publicación es uno de los soportes propagandísticos de ‘El Relato K’ y constituye una tribuna habitual de columnistas, comunicadores y periodistas oficialistas cuyos mensajes se coordinan con las campañas del gobierno.
El artículo y/o manifestaciones de su autor fueron profusamente difundidos a través del aparato de propaganda del kirchnerismo: Télam, 6-7-8 y Radio Nacional. Lo que nunca destacan Página/12 ni los otros medios es que Elbaum es un convencido partidario K que tiene una carrera de varios años como asesor de legisladores del oficialismo y como funcionario del ministerio de Defensa.
Elbaum mencionaba también como parte de esta conspiración entre Nisman y los buitres al fallecido periodista “Pepe” Eliaschev –alguien que, como el fiscal, ya no puede defenderse–, a los intelectuales Santiago Kovadloff y Marcos Aguinis e incluso al periodista Nelson Castro.
No por casualidad este tipo de propaganda ha sido generada siempre por países con gobiernos muy cuestionables: dictaduras totalitarias, autoritarismos de distinto calibre, populismos poco respetuosos de las instituciones y de los derechos de quienes se les oponen, gobiernos extremadamente corruptos y/o regímenes que son verdaderas amenazas a la paz internacional. Como pasa a veces con los seres humanos, se trata de proyecciones (ver en los demás los defectos propios) que encubren los afanes de control, hegemonía o agresión de quienes denuncian las supuestos complots.
Así como dos democracias nunca han ido a la guerra, ningún gobierno democrático denuncia afiebradas conspiraciones que, en lo esencial, son casi siempre una variación de aquellas que “revelan” que nunca se llegó a la Luna o que Paul McCartney no es él sino un “doble” impostor desde hace 40 años. O, peor aún, variaciones de la leyenda ideada por la inteligencia rusa hace más de un siglo para justificar el antisemitismo y los pogromos: los Protocolos de los Sabios de Sión o su versión criolla: el Plan Andinia.

Como es usual, CFK difundió su denuncia adoptando el papel de una comentarista de la realidad –no con la seriedad esperable de un jefe de Estado– y a través de un medio informal como Twitter. Las relaciones forzadas entre sus elementos son tan absurdas que ni siquiera vale la pena tratar de examinarlas.
Un fiscal “militante” que responde al gobierno, Javier DE LUCA, desestimó la denuncia del fallecido fiscal Nisman contra la presidenta por “falta de pruebas”. Pero la mandataria no se ruboriza por “revelar” operaciones conspirativas globales sin una sola prueba real.

 

Como si lo anterior fuera poco, CFK se dirige a la opinión pública internacional a través de su sitio web usando un texto en inglés torpemente redactado y penosamente inadecuado para la mentalidad extranjera. (El sitio de Internet de la presidenta, del cual no queda claro si es oficial o no, pero que usa para comunicar sus puntos de vista, tiene como dirección www.cfkargentina.com.)

La mandataria recurre a frases propias de la farándula argentina: “evertyhing has to do with everything” (todo tiene que ver con todo), expresión difícilmente comprensible por un angloparlante en el sentido en que se la quiere usar. En todo caso, más le valdría recordar a la presidenta que si todo tiene que ver con todo, al final, nada tiene que ver con nada, que seguramente es lo que pensaron muchos de quienes la leyeron.

CFK habla también en su mensaje en Internet de un “open secret in the Pasteur street”, como si alguien fuera de la Argentina pudiera saber que esa expresión se refiere a la AMIA.
La siguiente expresión es también antológica, por lo incomprensible: “to the uninformed or unaware reader, Paul Singer is the Vulture Lord and owner of the decisions of Judge Griesa against Argentina”.
Es una frase traducida del español al inglés que es un verdadero dislate. Y que aún en el original en español aclara muy poco: “Para distraídos o desinformados, Paul Singer es el Señor de los Buitres y dueño de las decisiones del Juez Griesa contra Argentina, tu país”.

Los K deberían advertir es que ‘EL RELATO’ en el exterior no puede funcionar porque se enfrenta a variables contextuales muy distintas a las que se dan en la Argentina:
1) No sintoniza con ningún tipo de conocimiento, experiencia o perjuicios de audiencias extranjeras (como el que sí tienen algunos sectores receptores dentro del país). Por el contrario, para la inmensa mayoría de la opinión pública mundial se revela como un mensaje ininteligible.
2) Carece de una red de medios y comunicadores que lo reproduzca incesantemente, de modo que pueda crear dudas o que ejerza presión para instalar la idea de una visión razonable, “correcta” o masiva. (En Argentina, aun quienes son refractarios a la propaganda K y no resultan convencidos por ‘El Relato’ sí pueden ser “presionados” o “intimidados” por el hecho de que los mensajes integrantes de ese ‘Relato’ simulen reflejar una postura normal o generalizada a la que resulte incómodo contradecir públicamente. Esa situación corresponde a la teoría de la espiral del silencio de la politóloga alemana Elisabet Noëlle-Neuman.)

Este ‘Relato K’ acerca de una conspiración antiargentina internacional se parece mucho a los ‘Relatos’ propios de dictaduras de derecha (Videla, Galtieri) o de dictaduras de izquierda (Castro, Chávez-Maduro). Pero mucho peor es que la recurrencia al argumento de la participación “judía” generalizada colocó al gobierno argentino y a la propia presidenta en una posición muy cercana a una visión antisemita internacional. Por consiguiente, se trata de un hecho muy grave y que no debe pasar inadvertido.
Si realmente a la presidenta Cristina Kirchner le preocupa tanto la “imagen argentina” en el exterior debería empezar por dotar de seriedad y sobriedad a su comunicación internacional. O bien llamarse a silencio en este tipo de temas hasta que abandone la Casa Rosada: en ese caso la imagen argentina sufrirá sin duda menos daños. (Por Roberto H. Iglesias)

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