viernes, 3 de abril de 2015

LAS TRIBUS JUDÍAS PERDIDAS EN TIERRAS AMERICANAS.

Es bueno saber….


INTRODUCCIÓN. Yo había leído lo que fue la presencia judía en América a partir de la CONQUISTA. La mayoría que llegó a esta tierra lo hizo escapando de la Inquisición, que llevaba a todos los hebreos que se negaban a la conversión. Otros, los conversos, lo hacían en función de sus condiciones de marinos, o cumpliendo funciones  colonizadoras. 

MUNDO NUEVO Y LA REVELACIÓN (de Graciela Mochkofsky) fueron dos textos que me llamaron la atención sobre lo que fue el génesis judío en el  Nuevo Continente.  

Tengo entendido   que no fue el genovés CRISTÓBAL COLÓN caminar por la América sino un almirante chino ZHENG HE que recorrió estas tierras, se amigó con los   originales. Hasta les prometió regresar. Esto fue lo que confundió a muchas colectividades indígenas cuando vieron venir a los españoles creyeron que eran igual de amistosos que los chinos, pero resultaron  ser unos cochinos.
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Al leer que miles de bolivianos  recibieron los primeros rayos del sol en la jornada cero del nuevo año andino amazónico, el 5522, denominado el WILLKA KUTI, en el comienzo de la nueva era PACHACUTI (“representa un cambio profundo en el ser humano). Una especie del  renacer de las personas que se produce a partir de un fenómeno climático o un gran movimiento social que deriva en una transformación total de las conciencias, y por ende afecta a toda la sociedad establecida.”
 ---- Si   el pueblo hebreo  está en el año  5774, esta coincidencia permite colegir que los hebreos llegaron a las costas americanas doscientos cincuenta y dos años de su conformación tribal.

Entre los historiadores contemporáneos que investi­gan la Conquista y la Colonización, hay varios que insisten en la PRESENCIA HEBREA en el continente, fue  mucho antes de la llegada de los españoles. Ellos se refieren no sólo a presencia de personas de ese origen entre los pobladores, sino aún más a costumbres religio­sas vigentes en algunos de los pueblos aborígenes.
--- Yo conocí en Israel a un  peruano, que dijo que era descendiente de hebreos, de aquellos que llegaron a sus costas de acuerdo a testimonios encontrados en el país incaico.

El cronista español,  el capellán FRAY DIEGO DE ROSALES (n.1601), en su primer libro de Historia General del Reino de Chile, desarrolló la tesis  que hijos o nietos de Noé habrían llegado a América para poblarla. En general, estaban de acuerdo que tenía que haber sido Ophir, hijo de Yactán.

El PADRE CABELLO BALBOA cuenta: “Ophir fue el que más lejos llegó. Se apartó de sus hermanos y caminando por las costas del gran mar, donde se muestran anchas y larguísimas tierras y riberas, él solo las obtuvo y poseyó.” 

Lo interesante es que Colón mismo cuenta en una carta dirigida a los Reyes Católicos, que había descubierto el país de donde había sacado el REY SALOMÓN su oro y sus piedras preciosas. Este lugar es Veragua, en vez de Venezuela, que tocó en su cuarto viaje. Escribe Colón: “Del oro de Veragua llevaron seiscientos seis quintales de oro a Salomón, y David en su testamento, dejó tres mil  quintales de oro de las Indias a Salomón para ayudar a la edificación del Templo”.
El historiador hebreo FLAVIO JOSEFO (x) hace mención de estas tierras como fuente de oro, que Salomón había utilizado en la construcción del Templo.
(x) FJ ha sido considerado un traidor por el pueblo por no haberse suicidado durante la defensa de Mazada en la lucha contra las legiones romanas.

La idea de que los indios podrían ser descendientes de los primeros pobladores hebreos, cautivó a los intelectuales más selectos, entre ellos al PADRE BARTOLOMÉ DE LAS CASAS, sublime defensor de los indios. Es casi unánime la opinión, que la población derivó originalmente del tronco hebreo, es decir, de algún descendiente lejano de Noé.

 Se cuenta que  un judío español llamado ARON LEVI, o, se­gún su nombre neocristiano, Antonio de Montesinos  que  había vivido durante algunos años en las Indias Occidentales,  fue protagonista de una extraordinaria aventura, como la cuenta el mismo en su obra: “Memorias personales de Peni”.
Durante su permanencia en América, la Inquisición lo acusó de alguna herejía y lo encarceló. Luego de haber cumplido su sentencia, resolvió conocer aquella tierra y tomó como guía a un cacique indio, llamado Francisco. Un día, amargado por su desventura, exclamó sin pensar: “Yo soy hebreo, de la tribu de Levi, mi dios es ADONAI y todo lo demás es un engaño.”
Al oír estas palabras Francisco quedó muy sorpren­dido, y le preguntó, si también era hijo de Israel. Cuando Montesinos le aseguró que lo era, el indio insistió que fuera con él a conocer a su pueblo.

Después de un largo viaje, llegaron a la orilla de un río donde habitaba la tribu del cacique. Recibieron a Montesinos muy cordialmente, y éste oyó recitar, con enorme asombro, la oración tradicional hebrea: “SHEMA ISRAEL, ADONAI ELOHENU, ADONAI EJAD”. Le dijo entonces el indio Francisco: “Estos hermanos tuyos, los hijos de Israel, los trajo Dios a esta tierra, haciendo con ellos grandes maravillas y muchos asombros. Pero tienen que vivir ocultos y retirados, hasta que llegue el tiempo de la Redención para todos los judíos.”
 Montesinos escribe que todos los varones estaban circuncidados y tanto ellos como sus mujeres llevaron nombres bíblicos.

FERNANDO DE CONTRERAS, uno de los conquistadores, escribió que “al otro lado de Marañón hay una gran multitud de indios, que usan nombres hebreos”, y agregó que  “estos no pertenecen a los 'judíos infames', porque no estaban presentes en el juicio de Jesús.”
                               
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Hubo historiadores que   hablaron  la existencia DE   INDIOS DE YUCATÁN  quienes  se CIRCUNCIDABAN  y rasgaban sus vestimentas al recibir una noticia nefasta o de muerte, como los judíos lo hacen.

LOS INDIOS PERUANOS mantenían un fuego vivo en sus altares, igual como se les había ordenado a los judíos en el Levítico.
En otras partes de México, el SÁBADO era un día festivo, y todos tenían que asistir a las ceremonias religiosas y a la presentación de sacrificios. Las nociones referentes a la Crea­ción del Mundo tienen similitud con la descripción de la Biblia; por ejemplo el Popol Vuh. Los indios conocían el mito del DILUVIO UNIVERSAL.

Según el PADRE CUMSILLA, en lugares donde él ha predicado el Evangelio, los indios rechazaban la carne de cerdo, pero sólo antes de su bautismo. Según el Padre, tenían que la­varse el cuerpo tres veces al día y luego utilizaban ungüentos y aromas propios del judaísmo. Incluso, escribe que los indios eran judaizantes.

Algunos filólogos de la época, encontraron analogías filológicas entre el hebreo y algunos idiomas autóctonos. EL PA­DRE CUMSILLA hace referencia a que hay similitudes en las oracio­nes, no sólo en su contenido, sino también en las formas literarias de las expresiones. Cuando les preguntó cómo habían aprendido estas oraciones, le contestaron que de sus antepasados. Además, ellos no adoraron al Sol, sino AL (El Superior) que lo había creado.
No se puede mencionar aquí todas las referencias respecto al supuesto origen hebreo de los indios americanos; hay una literatura amplia al respecto.

Es mayoritaria la opinión que existen  tres millones de personas cuya religión  se basa en la llegada  de LAS DIEZ TRIBUS PERDIDAS del pueblo judío a las Américas mucho antes de la Conquista, sino también ¡en la restauración de las Diez Tribus y en la constitución de un Nuevo Sión en el Nuevo Mundo: los mormones, cuyo Artículo de :e (No. 10) dice así: “Creemos en la congregación literal del pueblo de Israel, y en la restauración de las Diez Tribus.”

En el siglo V adC., una nueva ola de inmigrantes apareció en las costas americanas. Esta vez se trató de una tribu del pueblo judío, los NEFITAS, cuyo conductor, NEFI (x), era descendiente directo de José. Trajeron consigo el culto del verdadero Dios. Pese a las advertencias de sus profetas, los befitas cayeron en el pecado y finalmente, después de crueles guerras, fueron exterminados por sus vecinos, los jareditas. Así es que Mormón, en las proximidades de la catástrofe, obtuvo las tablas que resumen la historia de su pueblo.
(x)Nefi (Jerusalén, Reino de Judá, antes de 600 adC. - América precolombina, ca. 540 adC.),  es el nombre de uno de los personajes principales del Libro de Mormón, autor de dos de los libros que lo forman. Es reconocido como profeta por los miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.

LOS JAREDITAS, judíos malos, pecadores e idólatras, se convirtieron en cobrizos, por castigo divino. Ellos, los hijos rojos de Israel, son los antepasados de los Pieles Rojas, de los Incas y de los Aztecas. LOS NEFITAS, judíos buenos, se mantuvieron blan­cos, pero desgraciadamente murieron por  sus hermanos de raza.
La parte interesante de esta profecía es, que dar por sentado, como un hecho seguro que COLÓN era de origen hebreo.
Según el PROFETA NEFI, habría un navegante judío (Colón)  que organizaría  su viaje por inspiración divina, exactamente como sus predecesores. Es decir, que en realidad vendría en busca de sus hermanos de raza, para reunirse con ellos.

El explorador alemán ALEXANDER HUMBOLDT quien afirmó que los fundadores de los estados indios eran pueblos o grupos de antiguas inmigraciones del Oriente. Fue el primero en divulgar la tendencia orientalista del poblado de las Américas.

LAS COSMOGONÍAS ANDINAS, los templos de los acoltuas, los libros mayas, la organización civil de los quechuas, las leyendas religiosas de los chichimecas, las clases sacerdotales, las abluciones rituales, los cantos litúrgicos, y muchos factores demuestran un parentesco entre las civilizaciones de la Américas con el Oriente Antiguo, y dentro de este complejo, con la judía.



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