viernes, 8 de enero de 2016

NEPOTISMO PATRIO: “UNIDOS POR EL COÑO”

 

Las asquerosas componendas políticas. 

 



CIERTA FRASE DE SARMIENTO constituye una acertada rareza en nuestra historia, como quizás el mismo sanjuanino lo fue. En un mensaje escrito a poco de haber cumplido su mandato, le explicó a su nieto que “AL DEJAR LA PRESIDENCIA, NO VOY A PODER SEGUIR MANDÁNDOTE DINERO [mío: para tus estudios]. Acércate a lo de Hachette y trata de conseguir algún empleo. Balcarce me dijo que te nombrará como adscripto a la Embajada. Ignora el pobre hombre que el nepotismo es vicio de Papas.
El nombramiento para un cargo rentado por la Nación en beneficio de su nieto jamás llevará la firma de Domingo Faustino Sarmiento".

Veamos ahora, desde el extremo opuesto, qué sucede en la Argentina contemporánea.

CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER
sucedió a su marido, Néstor, y heredó como ministra de Desarrollo Social a su cuñada, ALICIA, que además compartió la campaña electoral con Máximo, el hijo presidencial. Antes de eso, CARLOS MENEM gobernó con uno de sus hermanos, Eduardo, como jefe de los senadores nacionales, y otro como embajador en Siria, mientras cumplía la agenda que le ordenaba su cuñada, AMIRA YOMA, que –además- había logrado colar a su marido, un sirio que no hablaba castellano en la Aduana del principal aeropuerto argentino. Menem le otorgó, incluso, un espacio a su hijo como asesor presidencial, al igual que su sucesor, Fernando De la Rúa, que permitió que sus hijos operaran sutilmente en los asuntos de su gobierno, sobre todo en temas de comunicación. Todos estos dirigentes tenían en el recuerdo la nominación de la tercera esposa de Perón al cargo de vicepresidente, que luego la convertiría en la mandataria más improbable e ineficaz que se tenga memoria en Argentina. 
EL NEPOTISMO, esa costumbre de colocar a los parientes en cargos de gobierno, se replica en otros niveles.
EN LOS SINDICATOS, Hugo Moyano no solo le heredó el cargo de Secretario General del gremio de camioneros a su hijo Pablo, sino que además le creó un sindicato a su hijo Facundo para que armara su propia carrera política. Los barones del conurbano tienen una amplia experiencia en el rubro, como el de la familia MUSSI, que primero con Juan Carlos y luego con Patricio, dominan hace décadas en Berazategui, uno de los distritos más poblados y pobres de la provincia. O el caso de MARIO ISHII, el ex intendente del partido bonaerense de José C. Paz, que tuvo la idea de dejar a su madre en el poder por 17 días para darse una vuelta por Japón y visitar la tierra de sus ancestros. Y en las provincias, hay más casos: Las dinastías de los RODRÍGUEZ SAÁ en San Luis, el ahora caído en desgracia clan Saadi de Catamarca,  y los radicales "Transformers" K, los ZAMORA, que gobernaron primero Santiago del Estero con Gerardo y luego a través de su esposa, Claudia Ledesma Abdala.
Los ejemplos son tan numerosos que es imposible nombrarlos a todos sin escribir una obra tan larga como el “ULISES” de James Joyce. Sin embargo, no debe caerse en la tentación de pensar que el nepotismo es un signo de los tiempos que corren. Por el contrario, la historia argentina está plagada de casos en los que una familia llegó al gobierno y se dedicó a repartirse los cargos que le asegurasen su permanencia en el poder.

TRADICIÓN, FAMILIA Y PODER. Desde que nuestro país se independizó de España, el “nepotismo patrio” estuvo presente. MANUEL DORREGO aparece como uno de los primeros exponente de esta desafortunada costumbre. En julio de 1815 fue colocado a cargo del regimiento 8 -formado casi exclusivamente por esclavos que al ingresar a las tropas se convertían en libertos- y, desde allí, promovió el ascenso de uno de sus sobrinos, Miguel Barrenechea. El joven figuró como cadete –aunque no lo era en realidad- y se lo ascendió a subteniente, sin tener experiencia alguna. Es improbable que el Instituto Dorrego promocionado por el actual gobierno le de un lugar preferencial a esta anécdota en los panegíricos del prócer.
En la década siguiente el mismo Dorrego convenció al caudillo IBARRA de nombrarlo representante por Santiago del Estero para el Congreso convocado en 1824. Entonces fueron muchos los diputados que no eran oriundos ni residentes de las provincias que se encargaron de representar. Entre ellos Dalmacio Vélez Sarsfield, quien en carácter de cuñado del gobernador de San Luis, José Santos Ortiz, representó a los puntanos. Años más tarde Ortiz se convirtió en secretario de Facundo Quiroga y fue asesinado con éste en Barranca Yaco.

ROSAS no nombró a su esposa en ningún cargo y sin embargo le dio el poder suficiente para dominar la provincia de Buenos Aires en 1833. Tras un breve primer gobierno, el Restaurador, emprendió una cruzada contra los indios, que lo alejó de la futura Capital por un año. Pero Encarnación lo mantuvo vigente. Hizo gala de una aguerrida fidelidad dando directivas a sus hombres más fieles y apelando a la violencia. Regodeándose escribió a su marido:“No se hubiera ido Olazábal, Don Felix, si no hubiera yo buscado gente de mi confianza que le han baleado las ventanas de su casa, lo mismo que las del godo Iriarte y el facineroso Ugarteche, esa noche patrulló Viamonte y yo me reía del susto que se habrían llevado”. Claramente eran uno para el otro.

Así, durante todo un año el destino de la provincia estuvo realmente en manos de Ezcurra, quién generó la mayor inestabilidad política y logró hacer renunciar a dos gobernadores, hasta que finalmente, la Sala de Representantes llamó a su esposo para ofrecerle nuevamente el mando. Puede especularse que traer de regreso al marido era preferible a seguir tolerando el ánimo conflictivo de la “gobernadora en las sombras”. Desde entonces el Restaurador parece haber olvidado que Buenos Aires no era una más de sus estancias y en muchas oportunidades confundió lo público con lo privado, sacando rédito de eso para él, sus amigos y parientes. A partir de 1835 facilitó que los
ANCHORENA, ÁLZAGA, TERRENO, TRAPANI Y ARANA generaran inmensos latifundios a su sombra. También benefició a familiares, como su hijo Juan.
En 1883 JULIO ROCA vio en su cuñado JUÁREZ CELMAN al “Presidente de Transición” que necesitaba para volver en el siguiente período. Seguro de su lealtad favoreció dicha candidatura y gracias al fraude electoral, el cordobés se impuso en los comicios. Asumió el poder el 12 de octubre de aquel año. Sin embargo no actuó con la fidelidad esperada y terminaron distanciados. Como vemos, los “presidentes de transición” no son del todo obedientes.

Era de esperar que a Sarmiento, molestara este vínculo (Roca y Juárez estaban casados con las hermanas Clara y Elisa Funes) y lo resaltó de forma despectiva. En 1884 ya se había establecido el rumor de la candidatura de Juárez y el sanjuanino escribió a su amigo Posse: “Creo que vamos río abajo y empujados de nuevo hacia la barbarie. Con Juárez, hermano de Roca por el coño, tendremos la república suprimida”. También a Posse escribió en otra oportunidad: “No está prohibido que un hermano del presidente fuese ministro, pero la decencia lo impide”. Julio Roca y Juárez Celman tenían casi el mismo vínculo familiar que tiene hoy Cristina y Alicia Kirchner.

EL NEPOTISMO no distingue entre siglos ni tendencias políticas. Una de las primeras medidas que tomó el general JOSÉ FÉLIX URIBURU fue la de colocar en el poder a una gran cantidad de parientes.Cuentan que el Príncipe de Gales, en su visita al país, al ser presentado ante un miembro jerárquico de la policía, exclamó que finalmente encontraba entre los cargos de relevancia a alguien que no se apellidaba Uriburu.

SAN LUIS, CAPITAL NACIONAL DEL NEPOTISMO. Juan Saá era un caudillo de San Luis al que encontramos inmerso en la política desde la década de 1840. Enemigo de los federales, durante el rosismo fue perseguido y se refugió entre los aborígenes, convirtiéndose en jefe de una tribu. El apellido Rodríguez Saá surgió de la unión entre su sobrina Feliciana Saá y el comerciante José Elías Rodríguez.
En 1860, nuevamente en la “civilización”, Juan Saá se convirtió en gobernador de San Luis. Por entonces Argentina estaba dividida en dos: el Estado de Buenos Aires y la Confederación Argentina. Y su nombre sonó por momentos como contrincante de Urquiza. 
Tras la batalla de Pavón y la unificación nacional, la presidencia quedó en manos de Mitre, enemigo de Saá, por lo cual nuestro personaje se exilió nuevamente. Seis años más tarde regresó cuando su hermano Felipe fue nombrado gobernador (cualquier similitud con la actualidad, no es coincidencia). Ambos se sublevaron ante el poder Nacional, pero fueron derrotados en 1867.

Aunque Juan se retiró, su familia volvió al poder con el tiempo. Es lo que sucedió en 1893, cuando Teófilo Saá derrocó a su primo hermano, Joaquín Videla Poblet, quien previamente llenó la Legislatura de familiares para no hacer morir la tradición. En total, el puesto de gobernador puntano fue ocupado trece veces por distintos miembros de esta familia: Juan Saá (1860), Felipe Saá (1867), Teófilo Saá (1893-1894), Adolfo Rodríguez Saá "El Pampa" (1909-1913), Humberto Rodríguez Saá (1922), Ricardo Rodríguez Saá (1942), Adolfo Rodríguez Saá (1983 a 2001) y Alberto Rodríguez Saá (2003 a 2011).

Durante los intervalos el poder recayó en un par de familias más, convirtiendo a San Luis en una de las provincias más nepótica del país. Los tres hermanos Toribio, Eriberto y Gerónimo Rafael Mendoza fueron gobernadores. Años más tarde Toribio Mendoza (hijo) ocuparía el mismo cargo en reiteradas oportunidades. Por su parte Mauricio Daract fue gobernador dos veces, con posterioridad su hermano Justo Daract ocupó el mismo puesto durante cuatro mandatos en las décadas de 1850 y 1860. Entre 1913 y 1917 encontramos a un Juan Daract comandando San Luis.

NEPOOTISMO MODERNO. La tentación de colocar a un familiar en un cargo público sin importar su aptitud para ocuparlo, continuó a lo largo del siglo XX. Con el Golpe de 1930, el nepotismo llegó para quedarse.
Este tipo de costumbre se dio incluso a la hora de tomar el poder de forma golpista. Es el caso del presidente de facto Pedro Pablo Ramírez, que ayudó a su hijo, el coronel AGUSTÍN EMILIO RAMÍREZ, a darle forma a la logia Grupo de Oficiales Unidos. Esta organización cumplió un rol crucial en el Golpe de Estado de junio de 1943, que colocó en el poder a Pedro Pablo. Una vez allí, el general nombró como jefe de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires a su descendiente. Fue, por decirlo de una manera sencilla, un raro caso de nepotismo mutuo entre padre e hijo.

Tras la llegada del gobierno constitucional encabezado por el general
JUAN DOMINGO PERÓN, se siguió innovando en estas “artes” al darle a su cuñado, Juan Duarte, un poder inusitado que contrastaba con su poca preparación y su corruptísimo carácter.Además de ser secretario privado del presidente, Duarte se dedicaba con pasión a dos tareas simultáneas: Conquistar mujeres en largas salidas nocturnas y acumular una cuantiosa fortuna como empresario cinematográfico. Usó para ello la influencia que le daba su cercanía al hombre fuerte del momento. Juancito -como se lo conocía- murió en confusas circunstancias el 9 de abril de 1953, cuando ya era una figura molesta para el peronismo. En esos días, se decía: “Todos sabemos que Juan Duarte se suicidó. Lo que aún no sabemos, es quién lo hizo”.

Hubo otro personaje que ligó a Perón con el nepotismo. Su hermano, Avelino Mario Perón, fue colocado en el puesto de director del Zoológico de Buenos Aires y entre las justificaciones para tal nombramiento estaban que “era un amante de la naturaleza”, cualidad que seguramente cumplían también los numerosos postulantes que no llevaban el apellido Perón.

EN LAS SIGUIENTES PRESIDENCIAS, CONSTITUCIONALES O DE FACTO, EL NEPOTISMO SE TOMÓ UN DESCANSO.

PERO VOLVIÓ CON TODA SU POTENCIA CON EL REGRESO DEL JUSTICIALISMO AL PODER. Perón debía decidir en 1972 si se apoyaba en la izquierda revolucionaria de su partido o en la derecha sindical. Mientras arreglaba ese asunto, designó a Héctor José Cámpora, un dentista leal que había logrado algún prestigio partidario dentro de las primeras presidencias justicialistas gracias a su estrecha amistad con Juan Duarte. La decisión de volcarse hacia la derecha vino con la designación de su tercera Esposa, María Estela Martínez de Perón, como su compañera de fórmula.
Salvo por compartir la cama con el mismo Perón, y el agrado que despertaba en la derecha del partido, no había sabiduría o sentido común que justificara tal designación.Por el contrario, su nivel educativo no estaba la altura de las circunstancias y además poseía cierta dificultad para comprender asuntos cotidianos de una cierta complejidad. Juan Domingo encendió las alarmas del mundo político con este inédito acto de nepotismo. Coincidentemente, agravando las preocupaciones, comenzaban a filtrarse datos sobre la salud frágil del general Perón y todos sabían que más temprano que tarde “Isabelita” -como se la conocía desde sus épocas de bailarina- llegaría a la presidencia.

Cuando asumió Cámpora tras ganar las elecciones en 1973, debió aceptar a José López Rega como Ministro de Obras Públicas. El funcionario era un ex policía, cuyo mérito para ocupar el cargo era haber sido mucamo de Perón durante su exilio madrileño. Cámpora, apoyado por la izquierda peronista, intentó llevar adelante la presidencia. Pero, por orden de Perón, López Rega ejecutó una maniobra que mezcló la ambición política y familiares dispuestos a ocupar cargos de gobierno.
EL MINISTRO COLOCÓ A JOSÉ LASTIRI, que estaba casado con su hija Norma Beatriz, en la presidencia de la Cámara de Diputados. El presidente de la Cámara de Senadores y segundo en la línea de sucesión, Alejandro Díaz Bialet, emprendió un largo viaje por europa y dejó a Lastiri a cargo de la presidencia luego de que Cámpora y el vicepresidente Vicente Solano Lima recibieron la orden de Perón de presentar su renuncia. El cuñado de López Rega hizo lo que se esperaba de él: Apenas asumió la presidencia, llamó a elecciones y así abrió el camino para que la fórmula Perón - Perón arrasara en las siguientes elecciones.

Fue así que la pareja presidencial más nepotista de la historia argentina vio facilitada su llegada al poder por medio de un acto de lealtad político familiar de parte de López Rega y el marido de su hija.
El siguiente presidente constitucional, el radical RAÚL RICARDO ALFONSÍN, tampoco pudo abstraerse de la influencia del nepotismo. Colocó a su hermano, Fernando, al frente del Plan Alimentario Nacional el 15 de mayo de 1984. Este era un plan de asistencia social y actuó como núcleo de las medidas asistencialistas de su gobierno. La UCR, tampoco quiso quedar fuera al darle años después un lugar de relevancia a su hijo, Ricardo Alfonsín. Este partido tuvo varias dinastías políticas en tiempos recientes, que mantuvieron viva la llama del nepotismo dentro de sus filas. Es el caso de la familia Stubrin, clan fundado por el histórico dirigente Benjamín Stubrin y que tuvo en los hermanos Marcelo Juan y Adolfo Luis una presencia constante en las listas partidarias y, más recientemente, en Lilia Puig de Stubrin, un lugar en la Presidencia de la Convención Radical.

LEOPOLDO MOREAU, un radical devenido en leal seguidor del peronismo kirchnerista, intentó colocar a su hija Cecilia en las listas de diputados de la UCR, pero luego tuvo que contentarse con operar para que su actual ex yerno, Leandro Santoro, fuera designado candidato a vicejefe de gobierno por el kirchnerismo acompañando a otro hijo, Mariano Recalde, actual presidente de la costosa Aerolíneas Argentinas, que es vástago del histórico abogado laboralista y varias veces diputado, el peronista Héctor Recalde. 
EL PERONISMO TUVO SU EQUIVALENTE EN EL CLAN CAFIERO. Antonio, el patriarca, comenzó su carrera en la embajada argentina en Washington en 1948. En 1972, apadrinado por el sindicalismo metalúrgico, fue nombrado Presidente de la Caja de Previsión y en mayo del año siguiente Ministro de Economía. Regresó a la primera liga política el 11 de diciembre de 1987 como gobernador electo de la provincia de Buenos Aires y luego fue diputado, senador y jefe de gabinete. El apellido tuvo influencia en la carrera de dos de sus hijos. Juan Pablo fue diputado por el peronismo en 1989 y luego se marchó a la oposición para integrarse en el Frente Grande. Tras un breve paso por el gobierno del radical Fernando De la Rúa como Ministro de Desarrollo Social, regresó al peronismo y en 2003 fue designado Ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires por el gobernador Felipe Solá. Años más tarde, durante el Kirchnerismo, fue nombrado embajador argentino en el Vaticano. Mario Cafiero también inició en 1987 su carrera dentro del peronismo pero en 1997 se pasó a la oposición y fue parte del partido ARI, donde obtuvo una nominación exitosa como diputado nacional. Actualmente, uno de los nietos de Antonio aspira a ser Intendente de San Isidro por el FPV. 
EL SIGUIENTE GRAN ACTO DEL NEPOTISMO LLEGÓ CON EL PERONISTA CARLOS MENEM. Eduardo Adrián Menem, hermano del presidente y socio del estudio de abogados del mismo nombre, fue reelecto senador al tiempo que Carlos ganaba la presidencia. En ese instante fue colocado al frente de la presidencia de la Cámara de Senadores. Quedó primero en la línea de sucesión con la renuncia de Eduardo Duhalde a la vicepresidencia en 1991 y ejerció la presidencia ante cada ausencia de su hermano del país. Además, acaudilló a los senadores y diputados peronistas en tanto su hermano estuvo al frente del Poder Ejecutivo. Se le reconoce haber sido como un delegado fiel y efectivo de sus políticas en el ámbito legislativo.

Munir Menem, hermano de Carlos y Eduardo, fue enviado a la embajada argentina en Siria,nombramiento que además tenía un sentido familiar por tratarse de la tierra de origen de la familia.

El nepotismo menemista se ampliaba a la familia Yoma de la que provenía Zulema Fátima, la primera dama. Emir, el hermano de Zulema, realizó negocios bajo la sombra de sus parientes políticos y fue denunciado en numerosas ocasiones -incluso a través de la embajada de EEUU- por invocar el nombre de su cuñado para hacerse de extraordinarias ganancias. La familia Yoma recibió, gracias a sus lazos familiares con Carlos Menem, cargos, negocios y amparo político desde 1989 a 1999. Es el caso de la Curtiembre Yoma, que además de facilidades para exportar sus productos, tuvieron un trato impositivo que luego dio origen a una causa por defraudación al fisco que involucra a las hermanos Emir, Omar, Alfredo, Guillermo, Karim y Zulema, todos ellos integrantes del directorio. Jorge Yoma, el único que no fue imputado en la causa, aún tiene una activa carrera política dentro del peronismo.

Zulema Yoma, la primera dama hasta que fuera echada de la residencia presidencial el 12 de junio de 1990, logró colocar a su hermana Amira en el cargo de Directora de Audiencias de la presidencia. Amira, a su vez, invocó la lealtad familiar de su cuñado para lograr que su ex marido, el agente sirio Ali Al Ibrahim, fuera designado asesor de la aduana del aeropuerto de Ezeiza. Se trataba de un pedido curioso, ya que el sirio apenas lograba hilar algunas frases en castellano. Este nombramiento derivó en una escandalosa maniobra de lavado de divisas del narcotráfico, que desalojó a Amira y su ex de sus cargos. 

El nombramiento del hijo presidencial CARLOS SAÚL FACUNDO MENEM como asesor de la presidencia, fue un acto menor de la coreografía nepotica del menemismo. Sin que quedara claro qué tipo de tarea se le asignaba y menos aún si aquel cargo significaba algún costo para el estado, Carlos Menem hijo decidió alejarse del puesto poco tiempo después, acusando haber presenciado maniobras que lo habían espantado.

Otros hijos presidenciales tuvieron luego la oportunidad de moverse a la sombra del poder. Si bien nunca tuvo un cargo rentado en el gobierno, por medio del denominado “Grupo Sushi”, Antonio De la Rua influyó en el curso del gobierno de su padre Fernando, en su estrategia de comunicación y en el nombramiento de algunos funcionarios. Su hermano, Fernando “Aito”, fue colocado al frente del ente mixto Educ.ar. Otro de los parientes beneficiados por un cargo fue Jorge De La Rua, designado Ministro de Justicia y DD.HH. desde octubre de 2000 a diciembre de 2001.

Ahora bien, si hasta acá impresiona que el nepotismo se fuera extendiendo en la cúpula de la política, resta conocer el derrotero de la familia Kirchner, la familia que llevó la política de clanes a su máxima expresión.

LOS KIRCHNER, UNA FAMILIA UNIDA. Desde que llegó a la gobernación de Santa Cruz en diciembre de 1991, Néstor Kirchner comprendió las ventajas de mezclar la vida familiar y política. De inmediato colocó a su hermana Alicia al frente de la Secretaría de Promoción encargada de la asistencia social. En tiempos en que era intendente de la ciudad santacruceña de Río Gallegos, había logrado poner a su esposa Cristina Fernández en el tope de la lista de diputados provinciales de 1989, con lo que logró darle inicio a su carrera parlamentaria. La esposa del entonces gobernador, hoy presidente de la Nación, no contaba hasta entonces con experiencia en cargos políticos, antecedentes que sí tenía su hermana por haber sido encargada de la asistencia provincial desde 1975 y a lo largo de la última Dictadura. En 1991, Cristina Kirchner fue designada Secretaria Legal y Técnica provincial, cargo que obtuvo por una firma de su marido.
CRISTINA KIRCHNER, encabezó la nómina de candidatos a diputados provinciales de 1997 en la misma lista que impulsaba a Néstor como gobernador. De este modo, logró llegar al parlamento nacional. Para entonces ambos eran un tándem político muy efectivo.

Cuando Néstor Kirchner prevaleció en las elecciones de 2003 sobre su oponente, el también peronista Carlos Menem, comenzó a replicar la misma estructura nepotista que había desplegado como gobernador. Su hermana asumió como Ministro de Desarrollo Social.

En las elecciones de 2007, Néstor Kirchner presionó a las filas del peronismo para que se nominara a su esposa, sin elecciones internas, como candidata del partido para el siguiente turno de gobierno. El presidente atravesaba un periodo de gran popularidad y su pedido fue atendido sin demasiadas resistencias. Cristina ganó las elecciones por un amplio margen y le dio continuidad al gobierno de su marido al anunciar que mantendría el mismo gabinete de ministros. Pese a las desmentidas, nadie dudaba que el plan del matrimonio Kirchner era alternarse en el poder para evitar el impedimento de una segunda reelección. La muerte de Néstor el 27 de octubre de 2010 truncó esa posibilidad. 
Tras el fallecimiento de Kirchner, la política nepotista tuvo una aceleración. Sin herederos políticos a la vista, muerto su mentor y compañero, Cristina Kirchner aprobó una estrategia para impulsar la carrera política de su hijo Máximo. El “heredero”, para ese momento había extendido la influencia de su agrupación política, “La Cámpora” -creada en 2006- y colocado a decenas de jóvenes leales en puestos clave del gobierno.

La maniobra para convertir a Máximo Kirchner en una promesa de estadista fue un fracaso absoluto. Primero se intentó presentarlo como heredero de una genética política privilegiada y se propuso, por medio de afiches, la fórmula “Máximo al gobierno, Cristina al poder”. Luego, le organizaron una manifestación en el estadio porteño de Argentinos Juniors el 13 de septiembre de 2014. En los días siguientes, periodistas y medios oficialistas se desangraron en una competencia por escalar en alabanzas hacia Máximo. Lo describieron como una especie de líder carismático, con un discurso vibrante e ideas preclaras. Cada palabra pronunciada por el delfín de los Kirchner, fue ornamentada y rescatada como si hubieran sido pronunciadas por una reencarnación combinada de Néstor Kirchner, Winston Churchill y el Che Guevara. Pero las encuestas mostraron que el hijo presidencial no despertaba entusiasmo salvo en algunos grupos leales, para los que el nepotismo evidente de la maniobra no representaba ningún motivo de vergüenza.

Descartada la idea de impulsarlo a la presidencia por falta de quórum electoral, probaron suerte sondeando su candidatura a intendente de Río Gallegos, sitio donde inició su carrera política Néstor. Tampoco pudo ser, no había garantías de que pudiera evitar que una derrota malograra su debut electoral. Finalmente Máximo tuvo que conformarse con un puesto en una lista que debió competir en las internas abiertas PASO y obtuvo menos apoyo que la alianza opositora, perdiendo –curiosamente- en su propia mesa de votación. Aun así, aunque el nepotismo kirchnerista recibió recientemente un golpe fuerte, se ha asegurado que la estrella naciente de su movimiento logre un trabajo comprobable en la legislatura nacional en las próximas elecciones.

LOS MUCHACHOS NEPOTISTAS. Uno puede caer en la tentación de creer que hoy en día el nepotismo es solo una cuestión de la familia Kirchner. Pero, en una mirada un poco más profunda, es posible encontrar ejemplos en otros niveles y en otras agrupaciones políticas. 
El caso más reciente fue el nombramiento de DELFINA ROSSI, la hija del ministro de defensa, como directora del Banco Nación. Aunque sus antecedentes como animadora de niños y un dudoso curso de economía en el exterior eran todo lo que tenía para justificar su contratación, el oficialismo defendió su nombramiento hasta las últimas circunstancias.

Algo similar sucedió con los cuatro hijos del dirigente piquetero y ultrakirchnerista 
LUIS D´ELÍA, designados en el ANSES sin que cumplieran requisitos mínimos, como por ejemplo haber terminado el secundario. Menos conocido es el caso de Wado de Pedro, Secretario General de la presidencia, quien habría nombrado a ocho familiares dentro del Estado. Entre estos a dos hermanos de crianza Gerónimo Ustarroz y Juan Ignacio Ustarroz, que accedieron a cargos en la Subsecretaría de Coordinación del Ministerio de Justicia y en la ANSES. Allí también encontró trabajo su tía Silvia Alicia Revora. Sus primos beneficiados con puestos estatales son Gustavo Javier Revora, Juan Cruz España, Sofía Mirabel Revora y Eleonora Sampol.

El otro ladero de la presidente Kirchner, el Secretario Legal y Técnico y candidato a vicepresidente
CARLOS ZANNINI, colocó a cuatro de sus hijos en cargos estatales y no precisamente en puestos de bajos sueldos. Lo mismo hizo Héctor Timerman, cuya hija fue nombrada en un trámite especial porque, al tratarse de una extranjera, no reunía los requisitos para el cargo. Sin hijos extranjeros a la vista, el hombre de confianza de Zannini, Carlos Liuzzi, nombró a 22 personas entre familiares y amigos.
Veamos otros ministerios. Elviceministro de Justicia y DDHH, JULIÁN ÁLVAREZ, le encontró trabajo a su esposa, Hilda Virginia Lynn, en la Procuración del Tesoro. Mientras tanto, Aníbal Fernández también reforzó los ingresos familiares al designar a su pareja, Silvina Zabala, Subsecretaria General de la presidencia. El ministro Carlos Tomada fue otro que le consiguió un empleo en su cartera a su mujer; pero en el colmo del nepotismo mal hecho la tiene trabajando sin contrato fijo desde entonces. Débora Giorgi, la ministro de Industria, contrató a su hijo de 23 años. El casamiento fastuoso que organizó el hijo de la ministro tras lograr el puesto, hace suponer que además consiguió un gran sueldo y el secreto de la multiplicación de los ahorros. El frustrado candidato y ministro Florencio Randazzo colocó a dos de sus hermanos, Andrés y Pablo, en el gobierno.  Julio de Vido, ministro de Planificación, pidió lugar para su hermano Hugo en el Consejo Asesor del Sistema Argentino de Televisión Digital.

Y para no quedar fuera del listado, Cristina Kirchner hizo su aporte al designar en 2014 a su nuera, Rocío Garcia, en un cargo que antes era inexistente y que llevaba el muy pomposo nombre de “Coordinador de Articulación Local de Políticas Socio Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación”. Por si fuera poco y demostrando que las suegras también son personas, García tiene el beneficio de cumplir con su trabajo desde Santa Cruz. Para ser justa con ambos hijos, se gestionó en marzo de 2015 el cargo de “Director de Enlace de la Cámara de Diputados de la Nación con el Parlasur” para Camilo Vaca Narvaja, el novio de Florencia y padre de su más reciente nieta, Victoria Vaca Kirchner. 
En la carrera electoral, algunos candidatos no suman puntos en la pelea contra el nepotismo. El gobernador bonaerense y candidato presidencial del FPV,  DANIEL OSVALDO SCIOLI, colocó a su cuñada Andrea Rabollini como directora de Programas Culturales,  mientras que Sergio Massa, líder del FR, a su esposa Malena en la lista de candidatos de diputados nacionales.

Esta furia por ligar la actividad política con la parentela suele ser una fuente de conflictos y, eventualmente, de situaciones judiciales. Para ello, nada mejor que profundizar el nepotismo.

CUANDO EL NEPOTISMO ES UNA DEFENSA.
El kirchnerismo demostró además que este tipo de política no sólo es un modo de mantenerse en el poder, sino que además sirve para preservarse de las causas judiciales en su contra.

Quizás porque el nepotismo es otra forma de corrupción - no de delito -, suele pasar que los que caen en esa debilidad también confunden las finanzas personales con los dineros estatales que manejan. Eso es lo que investiga la justicia respecto al prodigioso crecimiento de la fortuna de la familia de Cristina Kirchner, en la causa Hotesur.
La causa que inició el juez federal Carlos Bonadío, investiga el lavado de dinero presuntamente originado en la corrupción en empresas ligadas a la presidente Cristina Kirchner y su familia. Cuando la causa comenzó a avanzar y se produjeron los primeros allanamientos, la presidencia reaccionó pidiendo la intervención de uno de sus familiares.

En su afán de frenar las pesquisas, reclamaron que el juez Bonadío fuera sacado de la causa, pedido que fue concedido por la Cámara Federal, integrada por el juez Eduardo Freiler, con un grado de parentesco de segundo grado con la familia Kirchner, dato que recientemente fue descubierto por el periodista Luis Gasulla. Quién hizo el pedido de apartamiento fue
ROMINA MERCADO, hija del fallecido Armando “bombón” Mercado, ex marido de Alicia Kirchner. Como si las conexiones con el nepotismo no fueran ya suficientes, hay que recordar que Romina es hermana de Natalia Mercado, quien fue nombrada fiscal de Calafate en 2005. Pese a ser sobrina de la pareja presidencial, Natalia Mercado no se apartó una causa que investigaba la venta de terrenos fiscales en Calafate a precio vil, un proceso que terminó con el sobreseimiento de los implicados, es decir, de sus tíos Néstor y Cristina Kirchner. Pero, además, la propia Natalia había comprado parte de esos terrenos en Calafate, por lo que también se benefició junto al resto de su familia.

Para terminar en donde comenzó el relato sobre el nepotismo, veamos qué sucedía a fines del siglo XIX cuando se instaló la primera Corte Suprema.

EN 1864 BARTOLOMÉ MITRE –por entonces Presidente de la Nación- organizó el poder judicial, terminando la labor de Urquiza. Para dotar de una base independiente a la Corte Suprema y afianzar su naciente institucionalidad, nombró una mayoría de jueces opositores. Entre ellos al ex vicepresidente de Urquiza, Salvador María del Carril, gran enemigo político del mismo Mitre.

Esta Primera Corte Suprema –ubicada en un modesto inmueble de la calle Bolívar entre Moreno y Belgrano- fue sumamente austera y contó con un mínimo personal. Los cargos públicos se ejercieron con prudencia y la responsabilidad de estar sentando bases republicanas para el país. Como señalan Ramiro Dos Santos Freire y Diana María Queirolo: “La Constitución era apenas una hoja de papel, y era necesario que los jueces la transformaran en una realidad viva, palpable”. Los autores mencionados rescatan asertivamente la obra de Arturo Pellet Lastra, para quien la Corte designada por Mitre fue independiente y estuvo compuesta por "personalidades políticamente autónomas, con una larga trayectoria y prestigio a nivel nacional” y no subordinados al Presidente. La imparcialidad de la Corte Suprema se mantuvo hasta el golpe de 1930. Los intentos del Kirchnerismo por controlar a la justicia incluyendo -como se señaló- el nombramiento de parientes, hace aún más valorable a los liberales románticos que forjaron nuestras bases.

EL NEPOTISMO, esta práctica tan poco republicana, pareciera haber prendido fuerte en nuestra cultura. Es difícil encontrarla tipificada como delito, pero sin dudas no resulta fuera de lugar calificarla como una inmoralidad que privilegia los lazos de sangre por la aptitud para el cargo. Y detrás de tanta inmoralidad, como pudimos ver, se esconde uno de los secretos para explicar gran parte de la corrupción que hoy galopa desenfrenada sobre nuestra sociedad.

Citemos otra vez a Sarmiento cuando, al observar los vínculos nepotistas de la familia Roca, dijo que los dos políticos estaban “unidos por el coño”. Aquella frase, es aplicable a lo que sucede hoy a mayor escala. El sanjuanino, aun con su legendaria falta de tacto, sigue vigente para describir aquello tan propio de los políticos que insisten en ver a la función pública como un emprendimiento familiar.

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