martes, 19 de enero de 2016

JUDIOS CON , PASADO ITALIANO,ASHKENAZÍ Y SEFARADÍ.

Es bueno saber…

DESPUÉS DE LOS JUDÍOS ROMANIOTAS, que han residido en la región de Asia Menor según testimonios históricos desde el Siglo V adC., la comunidad judía italiana, la de ROMa, es la más antigua de Europa. Los judíos han vivido allí desde el Siglo II a.e.c. hasta la actualidad. Han estado allí antes de que se creara el Imperio Romano. Otro de los rasgos que la definen es que en diferentes momentos de la historia se han integrado a ella judíos de origen ashkenazí y luego judíos de origen sefaradí. En ambos casos han  transcurridos muchos siglos desde que estos hechos han tenido lugar, pero tal vez los patronímicos respondan a los orígenes de muchos de ellos.
La inmigración de los judíos de las regiones germánicas durante la EDAD MEDIA, comenzó con los ataques sangrientos que golpearon a las comunidades judías de los valles del Rhin y del Mosela, durante las primeras Cruzadas, huyendo de esta amenaza algunos comenzaron por dirigirse hacia Europa Oriental.
DESPUÉS DE LAS CRUZADAS la situación de los judíos empeoró en el Imperio Sacro Romano Germánico de manera catastrófica. Bajo el reino de Federico II, en 1235 fueron acusados de homicidios rituales en Fulda y en otras comunidades y luego de la muerte del emperador, durante el espacio que medió entre los años 1254-1273), los judíos fueron masacrados en numerosas ciudades germánicas.
HUYENDO DE ALEMANIA- Desde ese entonces se sucedieron diversas persecuciones. Hacia dónde huir?- La ruta hacia Polonia ahora se había cerrado. "Italia aparecía ahora como la meta ideal, como un refugio seguro, solo que por amargas ironías de la historia, también atraía con fuerza irresistible también a sus perseguidores, los germanos, que tenían la intención y el propósito de invadir, someter y dominar al territorio italiano".
Italia había sido un puente entre el antiguo Israel y norte germánico, donde eran conocidos famosos rabinos del sur de Italia. También estuvo la familia CALONIMIDI DE LUCCA que en el Siglo VIII introdujo en las tierras del Rhin el estudio del Talmud y la corriente mística. El mismo rito judeo germánico se había formado bajo el influjo del rito romano.
ENTRE LOS JUDÍOS ITALIANOS Y LOS JUDÍOS GERMANOS existían importantes vínculos comerciales que luego contribuyeron a la inmigración de tierras germánicas a tierras italianas. Los refugiados  pasaron por Ala y Verona, mientras que aquellos que huían de las provincias austríacas pasaban por Trento Udine y Trieste y se establecían de preferencia en localidades dominadas por los Habsburgo o de nobles austríacos: Istría, Trento, Trieste, Friuli.
LA PESTE NEGRA- En 1348 se desencadenó en Europa la más espantosa de las epidemias: la Peste Negra. La población de Europa quedó diezmada, la mitad de ella pereció por su causa, su recuerdo permaneció como una pesadilla en la memoria de muchas generaciones. La culpa de la rápida expansión de la plaga recayó sobre los judíos, a los que se acusó de envenenar las aguas.            

EL PAPA CLEMENTE VI intentó en vano oponerse a la calumnia, afirmando que cristianos y judíos eran víctimas por igual de la peste. Entre 1348 y 1349 fueron atacadas las pequeñas y grandes comunidades de la región germánica a sangre y fuego, hubo sistemáticas masacres sin precedentes, con excepción de las de Regensburg y Viena. Pocos fueron los que lograron escapar, algunos buscaron asilo en Italia, donde el contagio había generado tantas víctimas como en el resto de Europa, pero donde la intervención de la iglesia había salvado a los judíos de la abominación y el castigo de ser considerados la causa de la plaga. Esto determinó el aumento de la inmigración de los judíos germanos a Italia.
ES así que a fines del Siglo XIII y los primeros decenios del XIV es que comenzaron a encontrase con cierta frecuencia en las ciudades italianas del norte personas que llevaban típicos nombres judíos acompañados de apellidos que indicaban la procedencia de ciudades germanas, o simplemente del apellido Ashkenazi, de Ashkenàz, vocablo que en la literatura rabínica medieval designaba a la palabra Germania".
ALEMANES, ESPAÑOLES, ITALIANOS.-En el norte de Italia, a principios del siglo XVI, las comunidades alemanas llegaron a ser predominantes. Pero después de la expulsión de los judíos del sur de Italia y los de la Península Ibérica, que se dieron cita en el centro y norte de Italia, se produjo un mayor  equilibrio. La  inmigración germánica había traído a  Italia a muchos rabinos y eruditos de la ley, que, a partir del siglo XV, fueron de gran importancia para la comunidad judía italiana, donde los estudios talmúdicos, que una vez habían estado a la vanguardia, habían caído en la decadencia.
Los tres ritos, convivieron juntos en Italia,  han sido un fenómenos que no ha tenido lugar en ningún otro país de la diáspora. A mediados del Siglo XIV se tienen las primeras noticias de que judíos de origen germánico han instalado una sólida actividad bancaria en la ciudad de Trieste. Se registran algunas esporádicas noticias sobre judíos germánicos aquí o allá en el Véneto en la segunda mitad del  Siglo XIII. Es el turno de Trento y Divídale. Pero durante gran parte del siglo XIV, la actividad de los banqueros judíos de origen alemán no fue demasiado intensa en las tierras del Friuli, Istria y Dalmacia, porque ahí estaban operando los banqueros cristianos procedentes de la Toscana. Pero a la larga, la ambición de los florentinos y seneses provocaron disturbios y los judíos fueron expulsados. A fines del siglo XIV y principios del siglo XV, en Istria pululaban las agencias de préstamo judías. La Lombardía, era una meta muy atractiva para aquellos que eran capaces de mirar más allá de las montañas, también se les otorgaba autorizaciones de operar a los banqueros judíos de origen germánico. Cremona se convirtió en un importante centro de préstamos. Pavía tuvo una importancia mucho más limitada.
VENECIA- En Venecia, cuando e creó el gueto, los judíos que fueron encerrados allí  provenían en gran parte, de territorio germánico. A mediados del Siglo XVI había textos impresos en idish, pero en letras hebreas. Los judíos de origen ashkenazi continuaron predominando por número o por importancia en el gueto veneciano, hasta el período de la decadencia de la comunidad judía veneciana.
NÁPOLES - Poco a poco estos inmigrantes ashkenazim se establecieron en el Véneto, Lombardía y Piamonte, avanzando hasta el estado de la República de Venecia y a las Marcas. La actitud pro-judía de la dinastía aragonesa de Nápoles y sobre todo la concesión excepcional (1468) del derecho a la plena ciudadanía a quien eligiera a sus ciudades de residencia del Reino de Nápoles, atrajo allí a muchos judíos alemanes. Las relaciones con los recién llegados eran generalmente buenas, aunque los inmigrantes habían dejado atrás regiones cuyas costumbres y tradiciones – con respecto a Italia – eran rústicas y brutales. A veces, por ejemplo, llegaban a los golpes entre sí, provocando un escándalo entre los judíos italianos.
LA CULTURA- Los rabinos alemanes tenían una cultura amplia talmúdica, estaban versados en la observancia de la Torá y mantenían una conducta ascética. Leo di Módena contó que los judíos ashkenazim eran extremadamente  cuidadosos en la observancia y mantenimiento del kashrut, bebiendo sólo vino kosher mientras que los italianos compraban también el vino de los "incircuncisos" sin ningún problema. Los estudiosos ashkenazim tenían un manejo del  Talmud, pero carecían de conocimientos suficientes de gramática hebrea y de la poesía hebrea que florecieron en otras zonas de todo el mundo, porque no les atraían, lo mismo que conocimientos generales, el método científico, estudios de medicina, latín y griego. Artes- Aprendieron en la escuela de Guttenberg el arte tipográfico y lo introdujeron en Italia. Los Soncino fueron los más famosos, pero también otras familias judeo ashkenazis se dedicaron a la tipografía en Italia. También se dedicaron al arte, a pesar de las muchas prohibiciones. La mayor obra de arte ashkenazi de un Majzor escrito y dibujado por un judío alemán de nombre Moshè en 1450 .
LA LENGUA - Los judíos germánicos que emigraron hablaban idish, que tenía características diferentes según sus lugares de origen. Hasta fines del siglo XVI, los judíos alemanes, sabiendo hablar italiano, mantuvieron el uso del idish. Las primeras impresiones de literatura idish se hicieron en Italia. Algunos de los judíos ashkenazis se dedicaron por razones económicas, a la impresión de una literatura profana de novelas amorosas y caballerescas de la cultura italiana.
Hay algunos vagos recuerdos del idish de aquellos tiempos, así en Monferrato la copa del sede fue llamado Becher y el nombre de la fiesta de 15 de Shevat, en Toscana, era Chamishossele. Sólo un rastro, una señal de que la integración había sido total con el judaísmo italiano.
ESTOS APELLIDOS INDICAN EL ORIGEN ASHKENAZI: TEDESCHI, TEDESCO, TODESCO, TODESCHINI O, ASHKENAZI. SE ENCUENTRAN, AUNQUE RARAMENTE, LOS APELLIDOS ALEMANNO, AEPRON DE HEILBROUN, CIUDAD DE  WÜRTTENBER.
Hamburgo del homónimo de la ciudad alemana, Basilea de la ciudad homónima suiza, Basola de Basilea, Basala en la forma latinizada. Briel de la ciudad homónima de Suiza, Briel de Brül en Maclemburgo, Clava o Clor de Kitzingen, ciudad de la Baja Franconia, Cracovia de la ciudad homónima polaca, Diena  de Jena. Frageste de Freistag (Prussia), Katzeneluborgen de la ciudad homónima alemana, Luzzatto de Lusatia, forma latina de Lausitz, región de Germania Oriental. Minz de Mainz, nombre alemán de la ciudad de Maguncia, Moravia de la homónima provincia de la República Checa, Morpurgo de Marburg, ciudad de la Estiria, hoy llamada en eslavo Maribor, Norlenghi de Nördlingen, ciudad bávara, Olmo de la ciudad alemana de Ulm, Ottolenghi de Oetlinger, ciudad alemana. Pincherle de Bincherle, palabra que en alemán significa vendedor ambulante. Ungaro, húngaro, ungherese, proveniente de Hungría, Polacco, proveniente de Polonia, Spira de Spira, en alemán Speyer, ciudad del Palatinado,Strassburg de la ciudad alsaciana del mismo nombre, Treves, forma francesa de  Trèves de Trier, Treviri , Vaila, una manera de italianizar esos nombres extranjeros. Weiler, de Weil, ciudad de Württenber. Y muchas otras.


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