miércoles, 16 de septiembre de 2015

MANUSCRITOS HEBREOS ILUSTRADOS (VIII)



LA JUDERÍA ALEMANA DE LA EDAD MEDIA se mantuvo al margen de las discusiones teológicas y filosóficas que influyeron tan profundamente en el pensamiento de los judíos de Oriente, España e Italia y que impulsaron importantes y novedosos acontecimientos en la vida cultural de esas comunidades.
Los nuevos valores e ideas que los teólogos y filósofos judíos de la época introdujeron en el campo de la metafísica, la ética, y la antropología, en fin todo ese movimiento que podríamos describir como una lucha entre  Platón y Aristóteles por el legado bíblico y talmúdico del judaísmo, fue prácticamente ignorado por las comunidades judías de Alemania y del norte de Francia.

El advenimiento del movimiento religioso JASIDISMO fue el acontecimiento decisivo en la evolución religiosa de la judería alemana, en el siglo XIII, representado por líderes espirituales que llegaron al Rin procedentes desde Italia: los Kalonimus, para formar comunidades en Espira, Worms y Maguncia, entre ellos el prominente Rabino Yehudá el Jasid, cuyo lugar en la historia F.I.Baer en su libro  La tendencia religiosa y social del libro de los Jasidim,  lo compara con San Francisco de Asís, estableciendo la relación entre la filosofía  social del Jasidismo y su medio monacal-cristiano.
En realidad, es indudable que ciertas ideas religiosas y sociales populares, comunes al Occidente católico romano después de la REFORMA CLUNIANENSE (Religioso de esta orden benedictina, también se infiltraron en la filosofía religiosa de algunos grupos judíos


LA DEVOCIÓN GENERADA POR LOS JASIDIM DE ASKENAZ (Alemania y norte de Francia) fue estimulada por la misma atmósfera producida por el movimiento Franciscano en la cristiandad. (Francisco de Asís fue contemporáneo de uno de los descendientes de la familia de Kalonimus: Judah el Jasid.) 

EL JASIDISMO estableció la importancia de un ideal humano definido, un tipo de hombre y un modo de vida, que incluyen principios de su fe mística e independientes del intelectualismo y de la erudición, ser devoto sin ninguna otra cualidad excepcional. Basado en tres principios fundamentales: renuncia ascética a las cosas de este mundo, absoluta serenidad mental y altruismo llevado al extremo. El cumplimiento de la voluntad divina convertida en un acto de amor, al igual que los místicos cristianos de la época, de la misma forma que este ideal ascético del devoto estaba unido al ideal ascético del monje. El énfasis ya no reside en la aproximación del místico al trono Divino, sino en su oración. La combinación de éxtasis y magia reaparece como rasgo característico.


 LOS MANUSCRITOS ILUSTRADOS nos permiten recorrer una especie de galería retratos del hombre Judío de Askenazí con sus costumbres y vestimenta, representando al hombre Judío de aquella época y que supieron mantener a través del tiempo hasta nuestros días.

Existen pocos ejemplos de la forma de vestir del hombre Judío durante el siglo XIII pero a partir del siglo XIV Los Manuscritos Ilustrados han sido una muestra en este sentido.
Generalmente el hombre utilizaba túnicas cortas, medio o largas sujetadas por medio de un cordón angosto a la altura de la cintura con una capa que se abrochaba en su hombro derecho. La mujer usaba túnicas largas hasta la altura del suelo, con una capa sobre sus hombros y con cofia cubriendo su cabeza y cuello.
Utilizaban calzas muy coloridas con zapatos delicados que se mantenían abiertos en su empeine y sujetaban a la altura de los tobillos.
El cabello y la barba de los hombres eran generalmente cortos y sus sombreros de distinta forma y color se pueden apreciar en las Ilustraciones. La forma de vestir de los judíos de Alemania a partir del siglo XV (aprox. 1420) se puede apreciar en el MANUSCRITO DEL LIBRO DE RELATOS DE PASCUAS (Darmstad Hagadah)  que demuestra una forma de vestir muy refinada tanto para la clase alta como para el común de la gente judía. Los hombres vestían túnicas largas sujetas con cinturón a la altura de la cintura, con mangas amplias y con pliegues (abuchonadas) que se abrochaban a la altura de las muñecas. Toda la vestimenta  era suelta.

En este Manuscrito se destaca la expresión de los personajes que demuestran el avance de un realismo incipiente y el trabajo del ilustrador que los representó desde arriba hacia abajo (aplicación no muy frecuente).

EL EXAMEN DE LA VESTIMENTA USADA POR LOS JUDÍOS representada en los Manuscritos Ilustrados implica la necesidad del estudio de la evolución de la moda durante la Edad Media, pero los Judíos en esa época no siguieron una tradición  particular, como fue el caso de sus futuras generaciones.
El valor de la iconografía de los Manuscritos Hebreos Ilustrados en cuanto a la vestimenta se refiere nos permite apreciar las diferentes clases y profesiones y puede parecer raro que a pesar de su situación social con una sensación de inferioridad, precaria situación económica y generalizada inseguridad, no se vieron reflejadas en la vestimenta que utilizaron. Dichos Manuscritos dan la impresión que la comunidad Judía acostumbraba vestir a semejanza de la clase alta de mayor poder económico y podría decirse que de la aristocracia inclusive.
No obstante con el correr del tiempo, con la aparición de medidas discriminatorias se fue dando margen a un tipo de vestimenta realmente ofensivo, que no se reprodujo en los Manuscritos Ilustrados y es probable que los Iluminadores ya sean judíos o foráneos tuvieran específicas instrucciones de sus clientes Judíos de  no reproducirlas.
Los judíos tuvieron la necesidad de utilizar un lenguaje para expresarse, la adoptaron a través de un proceso, que los condujo a buscar un medio, una vía que permitía la conciliación entre lo religioso y su manera de sentir, por lo cual los rabinos comenzaron a aceptar la representación como medio de decoración, siempre y cuando lo reproducido no se convirtiera en objetos de adoración, de allí que con su simbolismo y alegoría llegaron a la Edad Media, por medio de expresiones heredadas desde la antigüedad y que en el caso particular de los Manuscritos Ilustrados tuvieron su esplendor, precisamente en esa época

EL HOMBRE    MEDIEVAL ve símbolos en todas partes. Para él la existencia no se compone de elementos, energías y leyes, sino de formas. 
Estas son significativas de sí mismas, pero por encima de su propio ser revelan algo diverso, de categoría superior; en último término, lo Supremo y Verdadero, Dios y las cosa eternas. Así, toda forma se convierte en símbolo; remite a algo que la trasciende. Se puede decir también, e incluso con más exactitud, que tiene su origen en algo que está por encima, más allá de ella. Estos símbolos se encuentran en todas partes: en el culto y en el arte, en las costumbres populares y en la vida social. Repercuten incluso en las tareas científicas; por ejemplo, se puede observar, y no con carácter excepcional, que la explicación de un fenómeno o el desarrollo de una teoría están.

LA CULTURA JUDÍA formó parte del desarrollo de la cultura europea, estableció y convivió en un mundo de relaciones recíprocas, sentando las bases de la evolución de su filosofía, del proceso artístico pasando por las diferentes etapas de la historia del arte, que fueron transmitiéndose a través del tiempo, ya sea como parte de su religión o de su tradición. Muchos de estos manuscritos, tuvieron la influencia latina de los ilustradores de la Biblia, sin embargo la intervención de los ilustradores Judíos es reconocible. En el fondo de la primera escena se representa un “capitone” y la vestimenta revela la influencia  italiana–gótica del siglo XIV sobre la región norte de España, sobre todo Catalonia y Barcelona. Varios personajes arrodillados están recolectando el “maná” al mismo tiempo que a la izquierda Aarón lo llena en una jarra (BENITO LADENHEIM)

  

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