lunes, 18 de mayo de 2015

HISTORIA DE LA FAMILIA CAMONDO

Cómo me gustan las Historias y la Biografías!



UNA HISTORIA DE 450 AÑOS QUE COMENZÓ CON LA EXPULSIÓN DE ESPAÑA, CULMINANDO TRÁGICAMENTE EN AUSCHWITZ.

La vieja historia de los judíos atraviesa innumerables siglos, dos mil años de una intrincada y azarosa existencia. En esta narración sobre una familia judía nos hallamos frente a una clase de los que integraron el grupo de los llamados judíos cortesanos.
Cumplieron su función como filántropos y protectores de su comunidad. La tradición judaica dice que cada judío es responsable por los otros, y esto se ajustaba perfectamente a la conciencia de los que habían sido favorecidos con la riqueza y por lo tanto debían contribuir al bienestar de su comunidad. En pleno Siglo XX, también cumplieron con la función del mecenazgo, una tarea que desempeñaron algunas de las ricas y poderosas familias allí donde residían, contrariando las calumnias antisemitas sobre el egoísmo de los magnates judíos. Por otra parte en muy pocas oportunidades existe la oportunidad de observar una genealogía  familiar que nos ilustre sobre los cambios históricos que afectaron a los judíos en diferentes épocas durante un período histórico que abarca casi 400 años. Esta saga familiar de los CAMONDO nos permite recorrer con ellos los diferentes siglos y lugares y enterarnos donde y como vivieron, incluso su paradigmático final como símbolo del judaísmo europeo en una determinada época.

Su historia es apasionante, el abandono de la Península Ibérica, la trashumancia entre Venecia, Viena, Chipre, para recalar en el Imperio Otomano, el retorno a Europa, a París y finalmente Auschwitz como destino trágico y final en pleno siglo XX.
Una saga, casi una novela histórica, atravesada por la Modernidad, la Ilustración, la Emancipación, la Primera Guerra Mundial y la relación que une este destino final al de otro representante de una ilustre familia judía de lejano origen alemán, los REINACH. Esta rica y aristocrática dinastía se consumió junto a los millones de judíos europeos en el drama de la Shoá, en los hornos de Auschwitz. En esa muy amarga e injusta historia de los judíos, los aportes de esa familia ornamentan y enriquecen hoy en día la ciudad de Paris y la sala que lleva su nombre en el Louvre. Una placa por lo menos recuerda el destino padecido por los últimos representantes de la familia de los Camondo y de León Reinach, un artista con nombre por derecho propio.
El escritor PIERRE ASOULINE señala que “es inaudito que hayan logrado mantener su judaísmo con su intrincadas identidades. . .el apego a su fe ancestral, el espíritu de la continuidad ininterrumpida, el sentido de la tradición, hayan reforzado su identidad profunda cuando sus identidades sucesivas – las de sus diferentes patrias adoptivas – se disipaban. Este hebraísmo tenaz persistió en el fondo de su alma, cual depositario inalterable. . .”  

Los antepasados más lejanos de la FAMILIA CAMONDO eligieron partir y abandonaron la tierra de sus ancestros, Sefarad para siempre cuando se les planteó el gran dilema de quedarse abandonando el judaísmo, en 1492. Erraron por Venecia, por Trieste, por la Viena del Imperio de los Habsburgo hasta que llegaron al Imperio Otomano. 
Jaim fue el que inició la dinastía, la fortuna de la familia. Era un mercader que contaba con la protección jurídica de la casa de los Austria, lo que le exceptuaba del pago de impuestos.
Su hijo Isaac aumentó la considerable  fortuna de la familia, convirtiéndose en agente de cambio, siguiendo el ejemplo de las familias judías como los ADJIMAN, GABAY Y CARMONA, caídos en desgracia y ejecutados por su colaboración con los jenízaros.
Isaac muere sin herederos, le sucede su hermano Abraham quién aumentó y diversificó sus actividades económicas, entre ellas creando numerosas tiendas en Galata y Üsküdar, una fábrica de ladrillos y de otra de aceite de oliva, Abraham fue el único heredero del banco Isaac Camondo & Cia.
 Gradualmente se transformó en el banquero de la Sublime Puerta, en su tesorero, agente de cambio y recaudador general de impuestos del gobierno otomano. El banco financió al Imperio Otomano durante la GUERRA DE CRIMEA (1853 – 1855) por lo que ABRAHAM CAMONDO fue condecorado con la Orden de Iftihar, por el Sultán Abdul Hamit II. Por la misma época, fue designado por la comunidad como su representante en la boda del Emperador Francisco José y Elisabeth (Sissi). También fue el consejero financiero de los gobiernos de Austria-Hungría y de Italia.

En el año 1867 año el rey Emmanuele II de Saboya en reconocimiento por el financiamiento de ferrocarriles italianos, le otorgó el título de conde a ABRAHAM CAMONDO, con carácter hereditario. Era uno de los grandes intercesores que aseguraban la administración y el abastecimiento de la corte, también mantenía relaciones cordiales y frecuentes con los jefes de las grandes familias judías del Imperio Otomano y Europa. Era consejero del príncipe y hombre influyente junto a los visires, pero era también el sagaz filántropo de su comunidad. Muy próximo al Gran Visir Fuat Pacha, Abraham gracias a su influencia en la política imperial pudo intervenir a favor de las comunidades judías amenazadas exteriores al Imperio amen como las de Serbia y Grecia. Realizó numerosas donaciones a los pobres de todas las confesiones, pero principalmente hizo construir gran número de sinagogas, escuelas, orfelinatos y hospitales, en Estambul y en las ciudades judías del Bósforo (Kuzguncuk, Ortaköy, Yeniköy) además del resto del país: Izmir, Lindos, Salónica, Brousse, Çanakkale, etc.  Abraham Camondo era el equivalente oriental de los judíos cortesanos europeos, todo un personaje. Recibía ritualmente a su mesa, cuando no los albergaba bajo su techo, a los notables judíos de la vieja Europa que hacían escala en Estambul, contaban maravillados lo que vieron a su regreso. Camondo reinaba sentado en un trono, rodeado de cuatro generaciones de la familia. Era un excelente anfitrión haciendo gala de su cultura y refinamiento con sus huéspedes. Su esposa, permanecía reclinada sobre un espléndido diván, posado sobre las más hermosas alfombras orientales. Como líder comunitario Camondo encabezó un grupo que trató de fortalecer la posición de la comunidad en la fuerte competencia comercial que establecieron los armenios y los turcos a las tradicionales actividades de los judíos. En la década de 1860, la familia Camondo se enfrenta con problemas muy concretos con la conservadora comunidad sefaradí. En efecto, el clan Camondo deseaba reformar la instrucción pública israelita, introduciendo el turco y el francés en las escuelas. Hasta ese momento solo les enseñaban el hebreo, lo que era un real obstáculo para el avance de los judíos en la administración pública, donde solo se hablaba turco, o en el comercio donde se utilizaba el francés. Los líderes religiosos se opusieron enconadamente a las reformas, esto provocó una grave crisis con el apresamiento de un rabino que había llegado a decir que la familia Camondo hacía proselitismo cristiano con la enseñanza del francés en la escuela judía moderna fundada por ellos. Luego de la creación de esta escuela, se formó un comité secular de notables (Va'ad Pekidim Majlis Jashnet) compuesto por personas de gran riqueza y mentes progresistas, presidido por Camondo. Los conflictos aumentaron hasta que el Gran Visir, deseando solucionar el problema, convocó especialmente a una corte rabínica que determinó la excomunión de los Camondo. El conflicto creció  con la participación de un grupo de intelectuales progresistas judíos, originarios de Livorno, los Franco, quienes  lucharon igualmente contra círculos religiosos más intransigentes. Abraham Bohor Camondo, el hijo mayor de Salomón Raphael, se convirtió en dirigente del movimiento. En 1865, los Franco se apartaron de la comunidad, como lo habían hecho anteriormente los marranos portugueses, colocándose bajo la protección de los italianos de Péra-Galata. Así nació la  “Comunita Israelitico-Straniera di Pera sotto la Protezione Italiana” que fue un nuevo lugar de culto, la sinagoga italiana de Galata.  Esto permitió rápidamente la fundación regional de la Alliance Israélite Universelle, creada dos años antes por el mismo Abraham Bohor, que no renunció a la tarea de mejorar el destino de la comunidad sefaradí de la capital.

 El año 1866 fue muy duro para el clan Camondo. Murieron muchos integrantes de la familia, algunos muy jóvenes, además fueron objeto de una fuerte hostilidad por parte de la comunidad sefaradí.. Aunque la introducción del francés y del turco en las escuelas judías fue un hecho consumado, la familia Camondo siempre se enfrentó con la animosidad  de la franja más conservadora de la comunidad sefaradí. Abraham Bohor y Nissim, los hijos de Abraham, decidieron en 1869 abandonar el Imperio instalándose en Paris, pero manteniendo la base de su banco en Galata. En 1873, Abraham Salomón, el patriarca murió a la edad de 93 años. Sus restos fueron repatriados y enterrados con gran pompa en el cementerio judío de Hasköy en Turquía. Pashas, visires, imanes y sacerdotes, toda la población de Estambul asistieron a sus funerales. Su banco continuó operando allí en hasta 1913. La memoria de su riqueza fue tal que en el imaginario sefaradí quedó instalada la idea de extrema riqueza asociada a la familia. Un dicho propio de los judíos turcos es  “ni que fuera tan rico como un Camondo”. Los Camondo creyendo en la culta y liberal Francia y en la existencia de una comunidad judía moderna, pensaron que llegarían a un país evolucionado, donde podrían desarrollar sus ideas y sus proyectos comerciales. En su lugar llegaron a un país destrozado por la guerra y profundamente hostil hacia los judíos. En cuanto a la comunidad, era mucho más abierta que la de la capital del Imperio Otomano. Lo que fue un cambio radical para los Camondo, fue el abierto antisemitismo francés. A fines del Siglo XIX, habían había prosperado con sus negocios en Francia y fuera de ella. Pero eran la presa favorita de los antisemitas, las críticas llovían sobre ellos, en los diarios especialmente en las plumas de Edouard Drumont o la de Auguste Chirac y de los altos círculos.
Los hermanos Pereire, sefarditas como ellos, los convencieron de que debían instalarse en Monceau, entre Saint-Germain y Saint Honoré, compraron las dos mansiones adyacentes. Isaac y Moïse continuaron muy unidos, eran diferentes entre si, Isaac era muy dotado para los negocios, tenía una gran afición por las artes, era un espíritu culto y refinado.

En 1894, más allá de que las cosas parecían lo suficientemente inciertas en su país de adopción en vista del Caso Dreyfus, aquellos que los parisinos llamaban los “Condes de las Mil y una Noches.”  Desde su llegada hasta su fin, los Camondo fueron objeto de críticas antisemitas en los diarios y en los altos círculos. La donación al Estado Francés de la Colección de Arte de Isaac de Camondo (1911), el sacrificio de la vida en el ejército francés de  Nissim, hijo  de Moise y el primer Camondo de nacionalidad francesa, muerto en la Primera Guerra Mundial, la donación de la fabulosa colección Moise de Camondo al Estado en 1935, no cambiaron nada estrictamente hablando. Para los franceses, los Camondo continuaban siendo judíos del Levante. A veces se los comparaba con la famosa familia Rothschild, si bien se lo llamaba el Rothschild del Levante. Alguna gente calificaban al mismo tiempo a los Rothschild, como los « Camondo del Poniente »…
Transfirieron la oficina central de su banco desde Constantinopla à Paris. La que se convirtió en la sucursal de Estambul, no cerró sus puertas, lo que hará después de la primera guerra mundial.
Moise de Camondo se casó con Irène Cahen d’Anvers (1872 – 1963), quién le dió dos hijos, Nissim (1892 – 1917) y Béatrice (1894 – 1943) y se divorció en 1901.
Isaac de Camondo tuvo dos hijos ilegítimos con Marie-Louise de Lancey. Murió en 1911, sin reconocerlos.
El teniente Nissim de Camondo era piloto y fue abatido en 1917 en Lorraine. Béatrice de Camondo se casó con Léon Reinach en marzo de 1919.

 Léon descendía de una prominente familia judía, cuyos antepasados habían emigrado desde Alemania a Francia en la primera mitad del Siglo XIX,. Era músico y compositor y descendía de una ilustre familia de hombres de Estado y de ciencias, todos ellos tuvieron participación en la vida judía de algún modo. Su  padre Theodoro,  (1860–1928), fue el menor de una familia de tres hermanos, cada uno más brillante que el otro, los otros dos eran Joseph y Salomon. Sus investigaciones incluyeron estudios sobre la ley, arqueología, matemáticas, numismática e historia de la música y de la religión. Fue profesor de la Ecole des Hautes Etudes donde enseñó historia de las religiones. Activó entusiastamente como miembro del judaísmo reformado francés y fue un convencido asimilacionista, se opuso fuertemente al sionismo, porque consideraba que a partir de la Revolución Francesa los judíos ya no eran un pueblo, y si una comunidad religiosa. Escribió estos puntos de vista en la Historia de los Israelitas (1884, 19104). También escribió una historia breve del affaire Dreyfus (1904, 1924). En el campo del academicismo judío,  Reinach fue un importante investigador en la numismática judía (Las monedas judías, 1887) y escribió un libro de referencia muy importante, Textos de autores griegos y romanos relativos al judaísmo (1895; repr. 1963). Fue el editor general de una traducción francesa de los trabajos de Josefo Flavio. También contribuyó a la  Revue des Etudes Juives, y a varias enciclopedias francesas. Fue Caballero de la Legión de Honor.

 Su tío Salomón fue arqueólogo, filólogo e historiador, publicó una traducción al francés de la Historia de la Inquisición de H.C.Lea (3 vols., 1901–03) que utilizó luego del Caso Dreyfus como un arma en la lucha contra la intolerancia religiosa. Publicó varios artículos en la Revista de Estudios Judíos y actuó como presidente de la Sociedad de Estudios Judíos. Fue vicepresidente de la Alliance Israelite Universelle y ayudó en la creación de la Jewish Colonization Association. Antisionista en un principio, Reinach prestó gran colaboración a la colonización en Palestina. Joseph Reinach (1856–1921), líder político, periodista e historiador nació en París. Graduado en la Universidad de París. Sus artículos políticos le valieron un prestigio tan grande que el primer ministro Gambetta lo designó jefe de gabinete. Cuando Gambetta murió se presentó a elecciones y fue elegido diputado y reelegido. Fue uno de los primero en reclamar un nuevo juicio para el Capitan Dreyfus, lo que lo hizo blanco de amargos ataques de parte de los anti-dreyfusards perder su asiento en la Cámara de Diputados en las elecciones 1898, y fue destituído del ejército en el cual era capitán de reserva. Luego de la rehabilitación de Dreyfus, Reinach fue reincorporado y reelegido al parlamento, donde trabajó hasta su retiro en 1914. Los trabajos histórico de  Reinach incluyen siete volúmenes de la historia del Caso Dreyfus, mientras se hallaba en la lucha por la rehabilitación de Dreyfus, escribió una historia sobre el caso de Rafael Levy que fue ejecutado en 1670 bajo la acusación de haber realizado un crimen ritual.


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