viernes, 3 de agosto de 2018

YA EN ESTE MUNDO TODO ES POSIBLE.




Escuche en una radio española que se va a  realizar un simposio, donde se debatirá la influencia de la REINA ISABEL DE CASTILLA, en la evangelización en América, supongo.
Su fe católica la practicó con devoción y misticismo.  
ISABEL Y SU ESPOSO  FERNANDO DE ARAGON expulsaron a los moros en la Guerra de Granada y así se terminó con  el último bastión musulmán  que, por siglos, convivió en la Península Ibérica. La conquista cristiana corre por cuenta de estos reyes que multiplicaron el PODER DE UNA IGLESIA que, desde Roma, jugó siempre a punta de acuerdos papales a favor de los intereses de Isabel  desde que se inició su deseo de convertirse en reina.
Isabel prometió a Dios hacer de su religión la más poderosa del mundo...  vaya que lo logró.
 LA SANTA HERMANDAD, uno de los primeros cuerpos policiales organizados de Europa, fue creada en los años posteriores a la guerra civil que enfrentó a los partidarios de Isabel de «Castilla» y a los de Juana «La Beltraneja». En 1476, las Cortes de Madrigal decidieron unificar las distintas hermandades de este tipo, que venían existiendo a nivel local desde el siglo XI en los reinos cristianos, para combatir el problema del bandolerismo en los campos castellanos. Carentes de tropas propias, los futuros Reyes Católicos reclamaron a los procuradores de cada región que levantaran ejércitos leales a la Corona para perseguir a los bandoleros y a los nobles que habían apoyado a «La Beltraneja». La respuesta fue la creación de hermandades en villas y ciudades durante la guerra y, al finalizar del conflicto, la unificación de estas en una hermandad general.
A la tarea evangelizadora de  Isabel, que incluyó LA EXPULSIÓN DE 100.000  JUDÍOS, habría que añadir sus favores para que la temida SANTA INQUISICIÓN tomara, en 1478, tantas dimensiones y cometiera los crímenes más perversos en el nombre de Dios. Las convicciones de Isabel y su afán por construir en grande la hicieron confiar, según explica Delfina Gálvez en la biografía que sobre su personaje redactara en el 2010, en la expedición de Cristóbal Colón. Total, su sueño, cuestionado por los políticos y los científicos de entonces, movía a un hombre, de la misma forma que a ella le motivó ese anhelo de construir el reino terrenal para Dios. Hay que añadir, además, que en esta época JUSTICIA Y TORTURA iban de la mano, y todos los tribunales empleaban el tormento para lograr confesiones. Pese a ello, no hay que olvidar la crueldad que empleó el Santo Oficio con muchos de los procesados, y la pesadilla que supuso para los judeoconversos que lograron escapar de sus garras. La  Inquisición española se extendió después a los territorios colonizados en lo que se denominaría América.
En México muchos conversos, a pesar de los servicios prestados a la corona, terminaron en la pira inquisitorial
==== Cuantos cadáveres de gente inocente abonaron la tierra.
===== La única compensación que tuvieron los que sobrevivieron que Doña Isabel falleció retorcida de dolor, aquejada de un cáncer de útero. Su esposo murió después de ingerir una pócima, una especie de VIAGRA de la época, para rendirle a su joven y exigente flamante esposa.
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HATUEY era un cacique quisqueyano de la región de Guahabá, en La Española. Encabezó una rebelión contra los conquistadores españoles en su comarca. Al comprender lo inútil de su resistencia, se vio obligado a emigrar hacia Cuba en unión de un grupo de sus seguidores. En canoas llegaron a la región de Maisí para asentarse en la desembocadura del río Toa. Considerado el primer jefe que luchó por la libertad de Cuba.
Una vez capturado, Velázquez lo condenó a morir en la hoguera, por hereje y rebelde. La versión más aceptada en la actualidad es que la quema de Hatuey se llevó a cabo en alguna zona de la actual provincia de Granma. En Yara existe un monumento con la figura del cacique, que inicialmente se pensaba que había sido quemado en Baracoa.
Se cuenta que antes de ser quemado, uno de los religiosos españoles que acompañaban a la tropa, le preguntó si quería aceptar a Jesús e ir al cielo. Fray Bartolomé de las Casas narró en uno de sus escritos que el líder taíno preguntó si los españoles iban al cielo. Ante la respuesta afirmativa, dijo que entonces él no quería ir allí para no tener que volver a ver a gente tan cruel.
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Próximamente me habré de enterar que las CRUZADAS fueron expediciones, que redimieron con la palabra la fe Cristiana.
Por supuesto nada habrán de decir que en la Primera MASACRARON, quince mil judíos que vivían en Colonia.
La Vida es una fotocopia


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