miércoles, 22 de agosto de 2018

LOS EMPRESARIOS SON TRAICIONEROS TRADICIONALES.


  
Reflexiones de un lampazo, cansado de limpiar.

 (Macri lo paga.)

Ser demócrata en un país donde la Democracia renquea, tiene algunos problemas por ahora insuperables.
El presidente MACRI, conoce el mundo empresarial, pero pecó de inocente. Se olvidó, de como su padre, supo congeniar con Dios y con el Diablo.
El empresariado, en mayor o menor medida, ha sido un gran admirador de los políticos corruptos. Sabe que  con estos se puede transar, y por más que se le  cobre peaje  el retorno, a la larga o a la corta, resulta  por demás beneficioso.
LOS CUADERNOS,  han demostrado que el escenario empresarial siempre fue el mismo, con los mismos actores e idénticos  libretos.
Por más  que haya arrepentidos y encartados en la lista de futuros presidiarios,  estos  terminarán presionando para recuperar su antiguo estilo de vida empresarial. Fue antes y lo será en el futuro.
Privarse de los subsidios, de las amenazas y del personal con la menor paga posible.
Siempre han sabido defecar sobre  el país y su gente.
POR ESO LA ARGENTINA ES EL PAÍS MÁS CARO DEL MUNDO HASTA PARA SOÑAR.
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MACRI  tiene un  gabinete,  que ha sido muy vulnerable a las críticas, en muchos casos permitiendo que la oposición se hiciera oír, con cierta razonabilidad, por más que tuviera su propio culo sucio.  
 Y en este marco los inversores dudaron y aun siguen dudando en la conveniencia de poner un mango en el país.
El único acierto fue TRIACA, un peronacho, quien nunca se iba amilanar ante cualquier crítica sobre su pasado. Total él bien sabe con qué bueyes ara.
Además, Macri se EQUIVOCÓ con su vice, un error que cometieron  todos los Gobiernos Gorilas, sin excepción. MICHETTI, terminó siendo una decoración y una quinta columna, con desafortunadas declaraciones.
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 Un párrafo aparte para CARRIO: tuvo algunas ideas fundacionales, pero en los últimos tiempos se lanzó a una serie de controversias, que perjudicaron a CAMBIEMOS. Todo debió hacerse en la cocina partidaria y no ventilarse puertas afuera para el goce de la contra recalcitrante.
Pena penita pena.

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