miércoles, 8 de junio de 2016

ISRAEL EN EL ISLAM* (III)


 Es bueno saber….


*Israel en el Islam esta tomado del libro "Tierras por Paz, Tierras por Guerra" 
(Ensayos del Sud: 2002) de Julian Schvindlerman

No es que Israel sea provocativo; el que Israel sea es provocativo.
—George Will, columnista del Washington Post.

Desde la óptica del Islam existen dos regiones confrontadas: la región del Islam (Dar-al Islam), donde la ley islámica prevalece, y la región de la guerra (Dar al-Harb), donde la infidelidad predomina. Entre el reinado del Islam y el reinado de la infidelidad existe un “estado de guerra perpetuo, canónicamente obligatorio, el que continuará hasta que todo el mundo acepte el mensaje del Islam”.21  Esta noción está basada en la creencia de que el Islam no es simplemente una nueva religión revelada, sino la fe prevalente que ha venido a reemplazar a las otras religiones monoteístas. En consecuencia, es obligatorio para los seguidores del Islam esparcir su mandato por todos los confines de la tierra, “pacíficamente de ser posible, por medio de la guerra de ser necesario”.22  Dado que raramente otros pueblos, naciones y religiones se avengan a voluntariamente abrazar el Islam, la Jihad (comúnmente traducida como “guerra santa”) es el instrumento adecuado para expandir esta Pax Islámica.En tanto la infidelidad exista, es mandato para los devotos musulmanes lanzar una Jihad tendiente a transformar la región de los infieles en un reinado de fidelidad a Alá. Así lo explica el académico meso oriental Majid Khadduri:

“La universalidad del Islam proveyó un elemento de unión para todos los creyentes, dentro del mundo del Islam, y su carácter ofensivo-defensivo produjo un estado de batalla permanentemente declarado contra el mundo externo, el mundo de la guerra (…) Ergo, la Jihad puede ser considerada como el instrumento del Islam para llevar adelante su objetivo primordial al transformar a toda la gente en creyentes (…) Hasta que ese momento sea alcanzado la Jihad, en una forma u otra, permanecerá como una obligación permanente sobre toda la comunidad islámica (…) La Jihad ,en consecuencia, puede ser afirmada como una doctrina de permanente estado de guerra…”23 

Por su parte, el oficial religioso de más alto rango en Egipto, el jeque Muhammad Sayyid Tantawi, de esta manera explica la importancia de la Jihad:

“Jihad en el sendero de Alá es una virtud que une a los musulmanes en todos los tiempos, y es una obligación sobre todo quien pueda llevarla a cabo, y decenas de versos coránicos narran las virtudes de la Jihad en el sendero de Alá, así como decenas de Hadiths proféticos (…) Jihad para confrontar al enemigo y liberar la tierra saqueada es una obligación para los musulmanes en todo tiempo y lugar.”24 

Es instructivo notar que el emblema de la Hermandad Musulmana (un movimiento fundado en Egipto a principios del siglo XX, precursor de varias agrupaciones fundamentalistas islámicas) está precisamente representado por el Corán rodeado por dos espadas, simbolizando como la Jihad por medio de la fuerza defiende la justicia encapsulada en el Corán.25  El ethos islámico de la guerra afirma una actitud exclusivista en la que toda creencia ajena al Islam es teológica y prácticamente rechazada. Es por esta razón que los derechos de las minorías no musulmanas en el Medio Oriente han sido oprimidos; brutalmente en no pocas ocasiones. La mentalidad árabe-islámica no admite entidades no musulmanas en el Dar al-Islam. En este contexto, él establecimiento de un estado no musulmán dentro de la región del Islam se constituye en un insulto teológico a la “Nación de Alá”. En consecuencia, la mera existencia de una entidad independiente judía en medio del Daral-Islam, habitada por un pueblo que se desencadenó de las restrictivas leyes de la Dhimma -peor aún, por un pueblo al que el sagrado Corán condenó a la desdicha y a la humillación- se convierte en un contrasentido teológico de proporciones mayúsculas para los seguidores de la “auténtica fe”. Arieh Stav articuló claramente este punto:

“El Dar al-Islam se extiende sobre un área de alrededor de catorce millones de kilómetros cuadrados, dos veces el área de Europa, del Océano Atlántico hasta el Golfo Pérsico, e incluye veintidós países en dos continentes. Todas las nacionalidades y religiones minoritarias que han demandado autonomía territorial han sido aniquiladas o reprimidas. Aquellas pocas que han sobrevivido son reducidas en status al de dhimmi, o personas protegidas, minorías toleradas que viven por la admisión del Islam. Dentro de la amplia expansión de este Medio Oriente, que limita con dos océanos y tres mares, hay una entidad soberana no islámica, el estado judío. Como si esta violación del ethos de la jihad fuera poco, no solamente no pudieron los árabes extirpar a Israel, sino que cada intento que probaron para aniquilar a la ‘entidad sionista’ ha sido derrotado en el campo de la batalla, una ofensa intolerable a una civilización orgullosa (…) Las fronteras de Israel, entonces, no son la razón de la hostilidad árabe. Esta es una aseveración absurda en todo caso, dado que el estado judío ocupa tan solo aproximadamente 1/500 del Dar al-Islam. La hostilidad árabe ha sido engendrada por la propia existencia de Israel.”26 

Hemos visto antes que un dhimmi no tenía derecho a defenderse en caso de ser atacado por un musulmán, tan solo podía pedir piedad. Al haberse defendido exitosamente en repetidas guerras de agresión que lanzó el mundo árabe con el declarado propósito de evaporar la existencia soberana judía en la región, Israel violó las leyes de la Sha´aria. En otras palabras, la terquedad israelí de no dejarse exterminar es en sí misma una afrenta al Islam. Y esta humillación no debe tomarse a la ligera puesto que el mundo árabe en 50 años involucró a Israel en seis guerras, implementó campañas de terrorismo a escala mundial, orquestó maniobras políticas aislacionistas se impuso un boicot económico contra Israel durante su infancia; un boicot de extensión terciaria, donde no solo se abstenían los estados árabes de comerciar con Israel, ni tampoco se limitaban a boicotear a empresas que mantenían lazos comerciales con Israel, sino que llegaron a sancionar a compañías que comerciaban con empresas que lidiaban con el estado judío. Hasta aquí, ya serían significativo agravio al orgullo nacional árabe. Pero además de sobrevivir, el estado judío tuvo la temeridad de prosperar económicamente superando en todo indicador económico a sus vecinos árabes; toda una osadía para un pueblo considerado inferior y divinamente condenado a la desdicha y la humillación. El PBI anual per cápita israelí supera al de sus vecinos combinados y, separadamente, al de los países árabes productores de petróleo. Apenas seis millones de israelíes producen más de $100 mil millones; mientras que más deochenta millones de árabes vecinos del estado judío (Egipto, Siria, el Líbano y Jordania) producen $82 mil millones.27  Esta brecha tenderá a ampliarse en tanto que Israel, como un país high-tech, está muy bien posicionado para afrontar los desafíos y las oportunidades de la economía del siglo XXI. En otras palabras, Israel es un cruel espejo del subdesarrollo árabe.
Históricamente, Palestina ha estado bajo gobierno islámico desde el siglo XII hasta el siglo XX, cuando pasó a estar brevemente en manos británicas y desde 1948 controlada por los judíos. La única excepción previa fue durante el período de los cruzados pero fueron expulsados por Saladino con la conquista de Jerusalén. Por ende, no es sorprendente que Israel sea actualmente vista como una nueva excepción efímera condenada a la extinción. Como hemos visto en la sección anterior, incluso los Acuerdos de Oslo -que en Occidente fueron entendidos como el preludio de una genuina era de reconciliación judeo-árabe- en círculos árabes fueron en gran medida vistos como una tregua estratégica en el contexto de una guerra aún inconclusa. El propio YaserArafat -quien por avenirse a negociar con Israel fue galardonado con la distinción más noble que la humanidad confiere a sus miembros, el premio Nobel de la Paz-en repetidas ocasiones hizo referencias públicas al Tratado de Hudayybia, un tratado que el Profeta musulmán firmó desde una posición de debilidad y que canceló luego de haberse fortalecido y estar en condiciones de derrotar al enemigo. Esto podrá sonar extraño a oídos occidentales, sin embargo, es algo que se encuentra en perfecta armonía con la cosmovisión islámica de la historia y con el ethos de la Jihad. Hasta que punto la presencia independiente, soberana y libre de los judíos en la Tierra de Israel(Palestina) es teológica y mentalmente rechazada por el mundo árabe-musulmán puede apreciarse con alarmante claridad en las siguientes citas:

· “Aláha conferido sobre nosotros el raro privilegio de finalizar lo que Hitler tan solo comenzó. Dejemos que empiece la jihad. Maten a los judíos. Mátenlosa todos ellos”. Gran Mufti de Jerusalén, Haj Amín el-Huseini, 1946.28 
· “Nuestra guerra con los judíos es una lucha vieja que comenzó con Mahoma (…)Es nuestra obligación luchar contra los judíos por el bien de Alá y la religión, y es nuestra obligación terminar la guerra que Mahoma comenzó”. Del periódico Al-Ahram, 26 de noviembre de 1955.
· “Israel existirá y continuará existiendo hasta que el Islam lo elimine, tal como ha eliminado lo que lo precedió” [en referencia a los cruzados]. Hassanal-Banna, fundador de la Hermandad Musulmana en Egipto.30 
·“Seguramente el juicio de Alá está reservado para ellos [los judíos]hasta que Palestina sea transferida del Dar al-Harb al Dar al-Islam”.Yaser Arafat.31
· “La conquista sionista de Palestina es una afronta a todos los musulmanes. No puede haber ningún tipo de arreglo hasta que todo judío esté muerto o [haya]partido”. El Rey Idris de Libia.
· “Enemigos de Dios, enemigos de la humanidad, perros de la humanidad (…) los judíos manifiestan en sí mismos una continuidad histórica de cualidades malvadas(…) son hostiles a todos los valores humanos (…) la envidia, el odio y la crueldad son inherentes a ellos (…) conspiran (…) mienten (…) adulan a ídolos (…) son pecadores…” Pronunciamientos sobre los judíos en la Cuarta Conferencia sobre el Estudio del Islam, Universidad Al-Azhar, El Cairo, septiembre 1968.
·“Prometo aplastar a Israel y lo retornaré a la humillación y desdicha establecidas en el Corán”. Anwar Sadat, ex presidente egipcio,  25 de abril de 1972. 
· “Nuestra lucha con los judíos es una lucha entre la Verdad y el vacío, entre el Islam y el Judaísmo”. Del Panfleto No. 70, distribuido por el Hamas, febrero 1991.  
·“La conferencia proclama que el régimen sionista es una entidad ficticia e ilegal. Su establecimiento en el corazón del dominio islámico es un complot del sionismo internacional (…) La entidad sionista racista es un crimen contra la humanidad”. De una resolución adoptada por la Conferencia de Estados Islámicos en Teherán, 20 de octubre de 1991. Cuarenta y cinco países árabes e islámicos participaron en la misma.
·“Todo problema en nuestra región puede ser trazado a este único dilema: la ocupación de Dar al-Islam por judíos infieles”. Hashemi Rafsanjani, presidente de Irán, 1991
· “Luchar contra los judíos e Israel es una obligación religiosa y un deber divino”. De un documento firmado por Ibrahim Ghousha, líder del Hamas, 2 de enerode1993.
· “La lucha contra el Estado judío, en la que los musulmanes están involucrados,es una continuación de la vieja lucha de los musulmanes contra la conspiración judía contra el Islam”. Sayyd Mohammed Hussein Fadlallah, líder espiritual del Hizbullah, 1994.
·“Mataremos y seremos matados, mataremos y seremos matados (…) nuestros hermanos, héroes de la jihad islámica”. Yaser Arafat al dirigirse al pueblo palestino al día siguiente de un atentado suicida contra un micro israelí en la localidad de Beit Lid donde veintidós israelíes resultaron muertos. Televisión palestina, 23 de enero de 1995.
·“El principal enemigo del pueblo palestino, ahora y siempre, es Israel”. Freih Abu Meiden, Ministro de Justicia de la Autoridad Palestina, abril de 1995.
· “No tengan piedad alguna con los judíos, no importa donde se encuentren, en cualquier país. Luchen contra ellos, donde sea que Uds. estén. Donde sea que los encuentren, mátenlos. Donde sea que Uds. estén, maten a esos judíos a esos norteamericanos que son como ellos -y aquellos que permanecen a su lado- están todos ellos en una trinchera, contra los árabes y los musulmanes, porque establecieron a Israel aquí, en el corazón latiente del mundo árabe, en Palestina (…) Alá lidiará con los judíos, vuestros enemigos y los enemigos del Islam”. Extractos de un sermón pronunciado en la mezquita Zayed bin Sultán Aal Nahyan en Gaza por el Dr. Ahmad Abu Halabiya, ex rector de la Universidad Islámica de Gaza, miembro del “Consejo Fatwa” de la Autoridad Palestina. El sermón fue difundido en vivo por la televisión oficial palestina, 13 de octubre de 2000.

· “Los participantes afirman que la estrategia que debería ser adoptada al lidiar con este asunto no puede estar basada en la coexistencia con el enemigo sionista(…) sino en la erradicación del mismo de nuestra tierra”. De un comunicado emitido al finalizar la Conferencia Pan-Islámica sobre Jerusalém, Beirut, febrero 2001. Cuatrocientos delegados de cuarenta países árabes e islámicos participaron en la misma.

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