“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio.” Marco
Tulio Cicerón (escritor, orador y político romano.)
Desde que tengo uso de razón, hace bastante
tiempo, las inundaciones han sido uno de
los grandes flagelos de la Argentina. Y
en pocos lugares se han tomado serias medidas como para evitar las
consecuencias de los cataclismos hídricos.
La Provincia de Buenos Aires tiene hoy diecisiete distritos bajo el agua y sus municipios le piden al Gobierno bonaerense que declare la emergencia agropecuaria.
Según los cálculos
estimados las pérdidas materiales pueden alcanzar los cinco mil millones de pesos.
No hace falta ser muy piola para preguntarse si con este
dinero que se llevó el agua no hubiese mejor sido
invertir en prevención construyendo
una serie de obras tendientes
evitar el anegamiento de los campos. Y con el sobrante, si no se lo afanaban, se podía crear un sistema de riego para las
épocas en que se producen las sequías.
Pero no, los
dueños de las tierras han aprendido a llorar, a ponerse en victimas, pegarle el mangazo al Estado, en vez de
buscar soluciones.
El Gobierno provincial tiene
una gran parte de culpa por no tomar decisiones de fondo para que nadie se haga
el distraído.
En muchos casos los propietarios
de las tierras inundadas solo saben dónde quedan, pero no son los que las trabajan, porque
se las
arriendan a terceros. Eso sí:
cuando obtienen los subsidios se quedan
con la torta mientras que a los pobres arrendatarios les tiran unas migajas.
Lo más triste de todo
esto, que los subsidios de los que se nutren los grandes empresarios
argentinos, solamente sirven para engordarles
los bolsillos. Y aumentan sus ganancias cobrándole al consumidor final precios desorbitantes, peor que si fueran artículos
importados o no subvencionados.
Ni que hablar de los patrones que brindan los Servicios Públicos.
Ni en la época de la Colonia, se viajaba tan mal
como ahora. Llamar Medios de Transporte a las chatarras que existen en gran parte del país, es burlarse de la gente y de sus
padecimientos. Y todos están subsidiados. Es decir no invierten un mango en
nada, quizá para pagar una coima al funcionario que les abrió las puertas al
curro.
Cuando el Gobierno Nacional habla de los problemas que afectan al país por
culpa de otros, realmente termina siendo una cargada. En cualquier lugar de
Europa se come más barato que en la Argentina y se viaja en unidades que aquí
no existen ni siquiera en fotos.
Como siempre
lo importante es ganar defecando sobre
los sectores más humildes de la población que son importantes cuando votan, pero no existen cuando hay que escucharlos.
La vida es una fotocopia y un cúmulo de mentiras de la
que se valen los mentirosos para ocultar la verdad.
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