martes, 21 de agosto de 2012

Una Historia contaminada.


Siempre ha resultado ser un   esfuerzo inútil buscar Justicia en un país donde las realidades se distorsionan para favorecer a las castas de poderosas y a los amigos del Poder.

Sentí una profunda indignación cuando leí que el juez federal Ariel Lijo archivó la causa relacionada con el asesinato del exsecretario general de la CGT José Ignacio Rucci cometido el 25 de setiembre de 1973.
Quedaron libres de culpa y cargo  integrantes del grupo guerrillero  Montoneros a quienes se les habìa adjudicado el crimen.

El magistrado con la liviandad propia de aquel que no se ha
visto   afectado por el crimen consideró que no tenía
 suficientes elementos como para  tener que   juzgarlos.   

Quizá es un absurdo pretender   que los civiles que apretaron el gatillo en ese periodo nefasto de la Dictadura también sean  juzgados y paguen por sus crímenes y no se regodeen  como si fueran los grandes hacedores de la argentinidad.
Y que las   cárceles dejen de  llenarse de perejiles y vayan presos los coimeros, los corruptos y los delincuentes de guantes blancos.
El expresidente Carlos Menem puede dar fe de ello.

Después de haber leído  Operación Traviata,  del periodista Ceferino Reato;  la biografía de la guerrillera Norma Arrostito, escrita por la licenciada en Letras, Gabriela Saidón; y la biografía Galimberti, de Marcelo Larraquy, encuentro necesario y perentorio someter a  juicio  a varios personajes del pasado reciente, aún aquellos que ya no están entre los vivos.

A la par de los milicos que hicieron trizas a toda una generación; en la otra cara de la tragedia  están los montoneros  Mario Firmenich,  el difunto Rodolfo  Galimberti, Vaca Narvaja, Roberto  Perdía etc.etc.etc.

El periodista estadounidense Martin Andersen  afirmaba
en una nota aparecida en el  diario La Nación que el
exmontonero, “Firmenich (Mario), por lo menos desde 1973 era informante del coronel Alberto Valín, quien llegó a ser el jefe de inteligencia militar”,   durante la Dictadura.

Lijo no le dio importancia. Tampoco se no se dio por enterado de que Firmenich junto a  Vaca Narvaja y Perdía, estuvieron implicados   "en el  homicidio calificado y la privación ilegal de la libertad" que sufrieron exmiembros de la  organización  cuando regresaron al país, entre los años 1979 y 1980,  para encabezar una "contraofensiva" contra la   Dictadura siendo  traicionados y capturados por los militares.

“Al exmontonero, Jorge Rachid, primer secretario de prensa y difusión del expresidente Menem se le preguntó en una oportunidad qué pensaba  de Firmenich. Su respuesta textual fue ésta: "Yo con Firmenich tengo una cosa que no me la puedo sacar de encima, la caída de tantos compañeros en la contraofensiva de 1979. Creo que fue un desatino aventurero que sólo podía responder a dos cosas: a un acuerdo de entrega de cuadros o a un mesianismo fuera de toda realidad." (Montoneros, soldados de Menem. ¿Soldados de Duhalde?, Viviana Gorbato, 1999).
Juez Lijo: ¿En qué mundo vive?

La Justicia argentina  que transcurre  en una feria judicial eterna,  hace poco se despertó, después de  tres décadas de somnolencia, para iniciarle un juicio  al factótum de la azucarera Ledesma el venerable  Carlos Pedro Blaquier, por su supuesta complicidad con la Dictadura.
Aplicando la lógica del juez Lijo el octogenario empresario no puede ser juzgado. Además,  quedarán   mal paradas aquellas beneméritas instituciones  que lo distinguieron en este siglo.

En el año 2005  Blaquier fue designado Académico de Número de la Academia  de la Historia. En ese mismo año se integró como Miembro de Número del Consejo de  Estudios Económicos, Jurídicos y Sociales.
Tres años después, fue nominado  Académico de Número de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.
Al año siguiente apareció como Socio Honorario de la Sociedad Científica Argentina.
Y en el 2010 la República Italiana con la firma del Presidente de aquel país se  le confirió el título de “Commendatore,” un rango honorifico con muchos privilegios.

Si la  a Justicia argentina no  apura los tramites  Blaquier,    puede  aparecer recibiendo el Premio Nobel de la Paz.
Las generaciones se agotan pero las injusticias se reproducen. Porque la vida es una fotocopia.
 saulrabin@gmail.com

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