SE FUE UN GRANDE DEL PEDAL.

Cuando Mi Padre se dio cuenta que me gustaba el fútbol, me censuró. “Es un deporte para tapes”, me dijo. Pasaron los años y tuve que darle la razón.

De todos modos no cejé en mi empeño de interesarme por el deporte y los deportistas.

Yo tendría diez años cuando cayó en mis manos un ejemplar de la revista Mundo Deportivo, perteneciente a la editorial fundada por el inglés Alberto Haynes.

Me habían dicho que estaba muy buena la tira del dibujante genovés Mirco Repetto, La Vaca Aurora, que jugando al fútbol, tenía tanta potencia pateando la pelota que arrancaba los arcos de cuajo.

Me hice fanático de esta historieta. Quizá como yo era un matungo con la pelota, admiraba la habilidad de cualquiera, aunque fuera un personaje de ficción.

Mundo Deportivo no se ceñía al fútbol solamente. En los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, se le daba lugar a una pluralidad de deportes como nunca he vuelto a ver en los medios gráficos.

En la tapa aparecían nadadores, ciclistas, waterpolistas, basquetbolistas, boxeadores, jugadores de hockey sobre patines, tenistas, etc.

Hasta los clubes directamente afiliados a la Asociación del Futbol Argentino (AFA), tenían un sinfín de deportes que con el correr de los años perdieron preeminencia hasta su total desaparición.

En ese ejemplar de Mundo Deportivo que compré a escondidas de Mis Padres, aparecía en su portada uno de los más notables ciclistas de la historia: el italiano Dante Benvenutti,

Representó a la Argentina en cuatro Juegos Olímpicos y tres mundiales (siendo director técnico en dos de ellos.)

En esa época había que hamacarse para ser un consagrado deportista.

Benvenutti, a pesar de haber conocido la gloria, era un hombre noble y sencillo. Nunca se trepó a la fama ni abusó de ella.

Benvenutti desechó la propuesta del expresidente Juan Domingo Perón para que asumiera la Gobernación de Río Negro.

Estoy triste. Le he puesto luto a mi memoria. El 26 de marzo pasado falleció Dante Benvenutti.