Allá lejos y hace tiempo, cuando la Rambla
era de madera, a Mar del Plata se la
consideró la Biarritz sudamericana.
Años después, un soñador la llamó la “Perla
del Atlántico”, y más tarde, un optimista, la definió “Ciudad Feliz.”
Hace medio siglo que resido en esta ciudad.
De cuando la temporada de verano era de cuatro meses y alcanzaba para ir
tirando todo el año. Y porque todos los fines de semana, venían maridos
infieles con sus amantes, adictos al juego y visitantes de invierno que dejaban
sus buenos morlacos.
Lamentablemente, a los intendentes marplatenses
les faltó imaginación. Creyeron que siendo una ciudad satélite de la Capital
Federal, y con un poco de mar bastaba para constituirse en una ciudad
turística.
Hoy Mar del Plata es una ciudad sin futuro. Con
empresarios que la fagocitan, sin invertir un mango en su desarrollo. Todo para
ellos y nada para la ciudad.
Parto de esa mole, Bristol Center, que le pone sombra a una parte de la playa
desde 1969. ¿A cuántos curules se untó,
para aprobar semejante despropósito?
Hay una cadena de
supermercados que rompió con todas las reglas urbanas al instalar un local en cada esquina cuando por un ordenamiento municipal está totalmente prohibido.
Hay un personaje que se
adueñó de media ciudad con la complicidad de políticos y funcionarios.
Un hombre que nunca tuvo problemas de conciencia, tanto para adular a los dictadores, como a los
presidentes constitucionales. Siempre que le facilitaran sus curros.
En Mar del Plata hay mucha gente con muy pocas reservas morales, brindándole
al Turista un servicio poco decoroso.
Basta con observar lo que es
el medio de transporte público local. Un
animal no aceptaría jamás subirse a un
bondi marplatense.
Ni qué hablar de las
condiciones en que se hallan las calles, las veredas mugrientas y rotas, y la
basura que se acumula, como las mentiras
de los funcionarios.
El ya fallecido periodista
Palito Garmendia quiso rescatar lo marplatense creando una agrupación conocida
como La Maquinita. Y todo fue sepultado por la inercia de una sociedad que
siente muy poco amor por la ciudad.
Conozco la evolución que han
tenido durante los últimos cincuenta años ciudades como MENDOZA Y SALTA, donde hay un turismo internacional constante,
donde a la gente se le atiende y respeta.
Por todo esto no me equivoco si digo que Mar del Plata ha retrocedido en el tiempo,
para convertirse en uno de los peores centros turísticos del país.
Y si alguien lo duda, tengo
más leña para echarle al fuego.
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