domingo, 21 de septiembre de 2014

CFK: YO, LA PEOR DE TODAS.



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 Mientras los políticos tratan de salvarse del caos que ellos mismo generan, hay generaciones enteras que son sepultadas bajo los escombros de la indecencia y de la putrefacción social.
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SI YO hablo de Derechos Humanos, y después aplaudo la gestión del gobernador—monarca de la provincia de Formosa, algo me falla.

SI YO avalo a las instituciones que lucharon contra la Dictadura: Abuela y Madres de Plaza de Mayo, pero permito todo tipo de desmadre en sus manejos, siento que mi sensibilidad frente al pasado, no es tal.

SI YO hablo de los antipatrias, fondos buitres y cosas parecidas, y permito el enriquecimiento incontrolable de los que me rodean, mi honestidad y coherencia están en dudas.
Más aún,  si mi ladero está más averiado que el Titanic al chocar  contra el  iceberg.

SI YO le miento a la gente en forma compulsiva en cada discurso, es que algo no funciona en mí.  

SI YO, hablo de libertad de prensa y después genero un frente de medios afines, con plata del Estado, y trato de asfixiar a los opositores, soy sin dudas una tirana en potencia, aunque me cueste reconocerlo abiertamente.

SI YO, no le temo a Dios y utilizo las sacrosantas palabras “Confío en la Justicia”, esto me asegura una tranquila gobernabilidad y una total impunidad.

SI YO no voy a figurar con letras de moldes en la Historia de este país, no me importa, total los muertos no se enteran. Y los pobres me seguirán votando. Es que la ignorancia no causa dolor, pero si temor ante los poderosos.

SI  YO tengo un circo armado, con payasos pocos creíbles, ¿ cómo puedo ir con paparruchadas a entrevistarme con el Papa, por más argentino que sea?
Quizá porque mi único objetivo político es pasearme por la QUINTA AVENIDA neoyorquina, aunque después despotrique contra los yanquis.
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CONCLUSIONES:

EL KIRCHNERISMO no necesitó perseguir a nadie. Un leve empujón alcanza para torcer voluntades o alquilarlas. No hay un diario “La Prensa” en este siglo. Ni Sarmiento, Alberdi o Echeverría. No hay exiliados porque no hay adversarios sino apenas tibios  opinónologos  y  diagnosticólogos  que describen femeninamente la realidad como si fueran espectadores. Faltan figuras que le disputen el protagonismo a los K. Faltan agallas y convicciones en la dirigencia argentina; en los políticos, faltan a raudales, pero también en la justicia y en los empresarios.

EL CAPITAL es cobarde en el mundo entero pero en la Argentina además,  es inmoral. Juega a seguro, busca el calor del Estado para hacer negocios. Por una prebenda aplaude cien desaciertos.

LA JUSTICIA es justa muy cada tanto; en los entretiempos es una vergüenza. Y en la cultura, ni hablar. No hay artistas, estudiantes ni intelectuales comprometidos con la defensa de la República que denuncien a viva voz el cercenamiento paulatino de nuestras libertades.

Y EN LA SOCIEDAD falta dignidad; la suele canjear por un subsidio o un nombramiento dentro de la burocracia estatal. Todo lo vuelve relativo, opinable y arbitrario para que la realidad se acomode a la inconducta o la agachada.
A Sergio Massa no se le perdona su paso por la administración de Cristina Kirchner mientras se justifica el de Patricia Bullrich por las de Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Gustavo Beliz, Elisa Carrió, Fernando De la Rúa y Mauricio Macri.
La gente no reconoce que la verdad, la decencia, el bien y el mal son principios absolutos. Saca conclusiones por comparación: “Robando, al lado de estos los menemistas fueron Heidi”; y se conforman.

Para cada problema, el kirchnerismo tiene una SOLUCIÓN KIRCHNERISTA; hace lo que dijo la Presidente que pasaba con los goles: si las estadísticas no acompañan el relato oficial, desaparecemos los números; si los alumnos cada día son más burros, desaparecemos el aplazo; si los casos de corrupción involucran más y más funcionarios K, desaparecemos los procesos judiciales; si la delincuencia y el narco ganaron las calles y esto ya se parece al “far west”, desaparecemos la política de seguridad; si la inflación no da respiro y se niega a aflojar, desaparecemos la libertad de comercio.

EL KIRCHNERISMO tiene   la sartén por el mango que dice lo que se le ocurre porque sabe que no hay reacción. Es más, inclusive   advirtió que “vienen por todo.”
Por eso Máximo Kirchner se atreve a sugerir llevarse puesta la Constitución Nacional otra vez para que su madre se eternice en el poder; por eso ya ni se disimula el enjuague entre la política y las “barras bravas” del fútbol. El kirchnerismo controla tanto la situación que hasta elige su propia oposición.

 

POR ESO ES EL PEOR GOBIERNO DE LA HISTORIA. PORQUE PONE EN EVIDENCIA LA MISERIA DEL SISTEMA Y NOS DEJA SIN MARGEN PARA EL ELOGIO, QUE ES CASI COMO DECIR, SIN MARGEN PARA, AUNQUE MÁS NO SEA, UNA VELADA ESPERANZA.

 

(Síntesis  de una nota escrita por  María Zaldívar, para Prensa Popular.)



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