domingo, 25 de agosto de 2013

DOS ENEMIGOS AL ACECHO.

MUCHOS LABORATORIOS FARMACÉUTICOS suelen estimular a parte del cuerpo médico con ciertas prebendas disimuladas. Congresos en el exterior del país, becas en dinero efectivo y algunas otras ventajas de similar tenor no son más que ganzúas salariales. De ese modo se aseguran la fidelidad en las recetas de los remedios que producen. Este sistema atraviesa todas las especialidades, alcanza a algunos Jefes de Compra de instituciones importantes y a Jefes de Servicio que tienen poder de decisión en la elección de los medicamentos que adquieren los diferentes nosocomios, clínicas y sanatorios. Nunca podré olvidar el caso paradigmático de un otorrinolaringólogo que, deseoso de viajar a Suecia, recetaba un betabloqueante de uso excluyente para cardiólogos y clínicos. Temerariamente los recetaba para detener hemorragias nasales haciendo descender la presión arterial. Como no tuvo en cuenta que entre las contraindicaciones figuraba el bloqueo aurículo-ventricular de grado I y II, una paciente cardíaca quedó cristalizada en el sillón de su consultorio: murió mientras las sangre ya no manaba de su nariz. Pero él estaba dispuesto a sumar todos los protocolos médicos que pudiera con tal de posar sus pies en la misteriosa Escandinavia merced a los pasajes y estadía que el laboratorio productor le proporcionaría como premio. ¡Una lástima que no existiera el Premio Nobel de corrupción! En el caso particular de los MEDICAMENTOS ONCOLÓGICOS, el sistema es un poco más burdo pero no menos efectivo. La mayoría de los laboratorios multinacionales son severamente fiscalizados en sus sedes locales y sus casas matrices de Europa y Estados Unidos, que son respetuosas de sus legislaciones de origen. La única manera de poder participar con ciertas posibilidades de éxito, en un mercado sucio como el de la Argentina, es asociarse a algún laboratorio nacional, muchos de ellos han adoptado esta tangente. Así, por ejemplo, GOBBI NOVAG, un laboratorio dirigido por los hijos de un célebre ministro de Perón y gran racinguista, el Doctor Ramón Cereijo, gozó durante muchos años, a través de un sistema de licenciamiento, de la comercialización del medicamento Androcur, un específico de Laboratorios Schering para el cáncer de próstata. Muchos laboratorios enviaron escuadrones de visitadores médicos de élite a detectar médicos dispuestos a recibir prebendas a cambio de su poder recetario. El sistema era simplísimo. El oncólogo guardaba las cajitas de los productos que había prescripto, lo entregaba al enviado del laboratorio, éste las contabilizaba y, por cada una de ellas, el médico proscriptor recibía un porcentaje de su precio de venta. Las sumas recibidas por algunos urólogos-oncólogos superaban en varias cifras los ingresos declarados. Por supuesto que todo esto estaba disfrazado bajo el nombre ambiguo de “BECA” O “PROTOCOLO DE INVESTIGACIÓN”. (El ágora recargada) GRIPE A: Campaña contra la vacunación PROFESIONALES SANITARIOS españoles han llevado a cabo una campaña para denunciar que la de la gripe A era una falsa pandemia y que había que llamar a la calma; la mayor parte decidió NO vacunarse contra la gripe. Ello supuso para buena parte de la población un espaldarazo a sus observaciones sobre la manipulación de la realidad en favor de ciertos intereses privados deseosos de vender vacunas y antivirales. Desde entonces ha aumentado la presión para que los profesionales sanitarios, cual ovejitas mansas, entren en el redil que marcan los que mandan en los sistemas sanitarios, los fabricantes de medicamentos y EL aparataje sanitario (entre otros.) En la ARGENTINA hay comisiones de bioética encargadas de recordar al personal sanitario “su obligación” de vacunarse contra la gripe para no enfermar ni contagiar a sus pacientes. Qué paradójico resulta comprobar que la evidencia científica es esa diosa a la que se puede recurrir cuando hay algo que vender pero a la que se rechaza cuando se trata de actuar bajo sus consejos. Por cierto, América Latina es hoy el mercado sanitario que más crece… La editorial médica, Cochrane Library, vuelve a ofrecer otro estudio científico sobre la vacuna antigripal, y encuentra que NO tiene fundamento aplicarla en profesionales sanitarios para evitar la gripe en ancianos institucionalizados. ¿Vacuna antigripal en profesionales sanitarios? No, gracias, es faltar a la ética el pensar en vacunarse. Es falta de ética discutir sobre la vacunación de los profesionales sanitarios contra la gripe pues hay certeza repetida de que es inútil, que no sirve para su objetivo ni de proteger a los pacientes ni de proteger a los propios profesionales. Con ese debate sobre la vacuna antigripal se olvida (y ese el problema ético) lo más sencillo y simple, “de eficacia probada, el simple lavado de manos”, comenta un profesional español Así que ya lo sabéis, a lavarse bien las manos antes, durante y después de la atención a cada paciente, en la consulta, en urgencias, en el hospital, a domicilio y siempre y a ahorraros tragos inútiles. No hay justificación ni ética ni científica para imponer la vacuna contra la gripe a los profesionales sanitarios (miguel jara.) No hay nada nuevo bajo el Sol: tanto la SALUD PÚBLICA como LA PRIVADA, son muestrarios de las miserias humanas. NO ME RETEN: SÉ QUE EXISTEN EXCEPCIONES… PERO CUANDO LA CABEZA NO SE LAVA, LOS PIES TERMINAN TENIENDO MAL OLOR. LA VIDA ES UNA FOTOCOPIA.

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