domingo, 23 de noviembre de 2014

SIEMPRE SE SUPO: CASTRO SE ABRAZABA CON LOS DICTADORES ARGENTINOS.


El Ché se remueve en su tumba.
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 Así como CFK., no se mosquea  al  nombrar jefe del Ejército a un militar acusado haber hecho desaparecer a un joven riojano; e involucrado en la detención del expresidente Menem; con esa misma lógica Cuba  obró Cuba con la Dictadura argentina. Nada puede sorprender si así actuó la madre patria comunista: la entonces Unión Soviética.
Ahora, documentos secretos desnudaron una alianza tácita entre el comunista cubano Fidel Castro y el dictador argentino Jorge Rafael Videla   entre 1976 y 1983. 
Se trata de una serie de cables a través de los cuales se comunicaron ambos gobiernos. El primero salió de La Habana, capital de Cuba, solicitando apoyo a Videla en la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para ingresar al Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud. 
 Argentina respondió aprobando el requerimiento y pidió a cambio el voto de Castro para la reelección de Argentina en el Consejo Económico y Social. 
Según recuperó Diario de Cuba los documentos datan del período de la dictadura militar de 1976 a 1983 y confirman el apoyo del líder comunista cubano a Videla en Naciones Unidas, pese a sostener una posición pública contraria al régimen argentino.
 En el más importante de los cables divulgados hasta ahora, fechado el 20 de abril de 1977, Buenos Aires autoriza a su Embajada en La Habana a "solicitar un intercambio de votos" para la reelección de Argentina en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas (ECOSOC.)
 Fidel Castro había pedido a Videla, a cambio, apoyo para la elección de Cuba en el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud.
"En consideración al pedido de apoyo solicitado por Cuba para su elección en el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud, autorizase [sic] a V.E. a solicitar en cancillería local un intercambio de votos en favor de la postulación de nuestro país a la reelección en el ECOSOC y se servirá informar resultados por esta misma vía", dice textualmente el cable.
 Calificado de "muy urgente" y "secreto", el documento está firmado por Fernando L.M. Ricciardi, del Departamento de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.
En otro cable secreto, fechado el 12 de septiembre, el embajador argentino en La Habana, Francisco Molina Salas, escribe: "Oficializase [sic] apoyo cubano ECOSOC". Dos días después, el Departamento de Organismos Internacionales de la cancillería argentina envía un documento a su misión en Naciones Unidas para confirmar el compromiso cubano.
"Recibiose [sic] confirmación apoyo Cuba reelección en ECOSOC totalizando candidatura argentina dieciocho votos…", recoge el cable.
DESMEMORIA KIRCHNERISTA.  En Buenos Aires, Gabriel Salvia, director general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), afirmó este miércoles que los documentos desclasificados "permiten corroborar la alianza tácita que mantuvieron ambos regímenes represivos".
"Cuba se encontraba entre los países con los cuales la dictadura militar argentina mantenía relaciones diplomáticas normales. Luego se comprueban los intercambios de favores", explicó Salvia en declaraciones a Diario de Cuba.
 El Gobierno de Cristina Kirchner desclasificó cinco mil ochocientos documentos y resoluciones secretas, por intermedio de la Comisión de Relevamiento para la Recuperación de la Memoria Histórica.
 "Lo contradictorio, en el actual gobierno argentino, es su política amistosa con la dictadura cubana, porque excluye a la memoria de la relación bilateral", cuestiona Salvia.
 El director de CADAL considera que si el Gobierno "fuese coherente con los principios de memoria, verdad y justicia, la Argentina debería tener una posición frente al régimen de partido único cubano, similar a la que hasta ahora han tenido los checos."
 -----  Los ideales populistas siempre se construyeron sobre un mar de mentiras.
Los que creyeron y los que fueron a un mundo utópico pensarán: tanta locura, tanto fanatismo para una vida miserable, salvo para los hermanos Castro y sus adláteres.


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