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Reflexiones de un octogenario.
Cada cual administra
su vida, pero la Argentina es un país, donde los Gobiernos se esmeran que la
gente la pase mal.
El alma milica se dio en la Primera Junta cuando la presidio
un militar. El mismo que propio de aquellos que solo le importa ordenó la
muerte del Secretario de la Junta.
Siguiendo con la rutina llegamos a que muchos llamados Padre
de la Patria, han preferido morir fuera del País.
Sarmiento cuyo hijo murió en la guerra del Paraguay, llevo
sus últimos alientos a Asunción. Y otro caso: Rosas que enfrento a una
coalición anglo francesa, no tuvo ningún prurito para dejar sus huesos en
Inglaterra.
Federales y Unitarios, se sacaron la chucha, hasta que aquieto después de Caseros
En 1891 con la creación de
la Unión Cívica Radical, aparece un movimiento que va llevar adelante su
proyecto democrático.
Mediante elecciones libres el caudillo
Hipólito Yrigoyen llega al poder para regir durante un periodo y dos más, hasta que llegó el golpe militar de 1930
que desalojo al Radicalismo.
Después de tropiezos y resbalones, llega el Peronismo un movimiento que sabría entender a la mayoría
silenciosa.
El Radicalismo enfrenta a un Perón, un reconocido fascista y
admirador de los germanos, utiliza la dicotomía: “Braden (embajador yanqui) o
Perón.” No paso mucho tiempo que Juancito le pidiera la escupidera a los
norteamericano.
El correntino, al igual que Frondizi, apareció como el primer desertor de nota, al
constituirse el vicepresidente de Perón. Hortensio Quijano.
No sé por qué levanto tanta polvareda el ultraka Leopoldo Moreau, hombre de confianza de
Alfonsin.
Perón abrió una escuela donde aprendía que la Democracia era una pérdida de tiempo.
Fiel a su concepción fascista envió a la cárcel a los
parlamentarios opositores, sin importarle sus fueros.
La misma suerte corrió algunos sindicalistas
protestones.
El Radicalismo no tomo en cuenta. Para colmo el líder, el
Chino Balbín, un perdedor consuetudinario, término dando pena como imagen para las futuras generaciones partidarias. El
mismo que se abrazo a Peron, como si Pochito, merecía la reconciliación.
FRONDIZI E ILLIA, verdaderos adalides para una Argentina
distinta, fueron atropellados por propios extraños.
Su vice, con poca lealtad política, una especie de máscara de
Chacho Álvarez (segundo de De la Rua), renuncio al poco tiempo.
En el Radicalismo los vicepresidentes se comportaron como un
lastre y no como compañeros de formula.
El Peronismo nunca los tomó en cuenta.
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CAMBIEMOS LE REGALO,
un espacio televisivo a Bonafini. y con esto
se le dio alas para que siguiera insultando al Gobierno.
Si se recrean las políticas de los tiempos modernos CFK., debería figurar en los Guinness. Debe
la única Presidenta que se negó a entregar los atributos presidenciales a su
sucesor. Sin embargo, por esto y en
otras cosas más, no ha sido castigada en las últimas elecciones. Todo
lo contrario.
Mientras el
Radicalismo se maneje políticamente como
si viviera en un país nórdico, el peronismo no tendrá problemas de tumbarlo del
sillón de Rivadavia.
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