El
inicio de las relaciones diplomáticas entre Israel y la entonces Alemania
Occidental, que alentó el exprimer
ministro DAVID BEN GURION fue muy cuestionado dentro y fuera del país. Pero la
indemnización que acordó con su par alemán, por las pérdidas sufridas por millones de judíos
durante el holocausto, le permitió al estado hebreo, salir de una crisis
que por momentos pareció que iba a afectar su propia supervivencia.
Hacía
tres años que Israel había salido de una guerra por la Independencia demasiado
gravosa para solucionar de un día para el otro
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Es,
inevitablemente, una relación cargada de simbolismo.
El Holocausto
siempre sopló como una brisa negra sobre
ambas naciones. Pero el hito político del establecimiento de relaciones
diplomáticas entre BONN Y JERUSALÉM, marcó un punto de inflexión, cristalizado en
una alianza sólida y fructífera.
En
1951 el canciller democristiano KONRAD ADENAUER, aludió públicamente a
los “indescriptibles actos criminales” perpetrados por la Alemania nazi
contra el pueblo judío y anunció la voluntad de su Gobierno de pagar
reparaciones al recientemente establecido Estado judío. Bonn buscaba su
reingreso en la Alianza Occidental y hacerse cargo de una deuda moral enorme
con los judíos.
Para
un Israel agobiado por las exigencias del emprendimiento nacional, que pujaba
por hacerse un lugar en un Medio Oriente hostil y anhelaba integrarse
en la familia de las naciones, el apoyo material de Alemania era
necesario. Pero las heridas de la Segunda Guerra Mundial estaban frescas:
el país albergaba una gran cantidad de sobrevivientes, regía en él un
boicot al idioma y a la cultura alemanes y había muchos opositores a todo lo
que rehabilitase moral y políticamente a Alemania en la posguerra.
Tras
un acalorado debate en la Knéset, el ACUERDO DE REPARACIONES fue aprobado por 60 votos a favor y 51
en contra al año siguiente. Poco más de una década después, Bonn y Jerusalém
sellaron lazos diplomáticos, intercambiaron embajadores y abrieron sus naciones
a la forja de un vínculo perdurable.
Hoy,
Alemania es el mayor socio comercial de Israel en Europa y el tercero a
escala mundial, luego de Estados Unidos y China. Es un proveedor crucial de
armamento para Israel; , por ejemplo, en
los cinco submarinos nucleares Dolphin, cuyo coste multimillonario
ha sido subsidiado apreciablemente por Berlín.
La
suma de las reparaciones abonadas por Alemania a Israel ronda los 30.000
MILLONES DE DÓLARES (cifra que se triplica si se tiene en consideración el
monto dado a sobrevivientes individuales en todo el mundo). A diferencia de la
RDA -que no se vio a sí misma como sucesora del Tercer Reich ni responsable de
sus acciones, y cuya orientación comunista la llevó por el camino del
antisionismo-, la RFA hizo un esfuerzo notable por transformarse en una nación
diferente.
Tras
la guerra, los ocupantes norteamericanos iniciaron un proceso de
desnazificación de la sociedad y en Núremberg se juzgó a relevantes criminales
de guerra. La nueva Alemania hizo la transición del totalitarismo a la
democracia, de la ruina a la pujanza económica; elaboró programas
educativos sobre los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial y estimuló la
construcción de memoriales para la recordación del Holocausto. YAD VASHEM tiene acuerdos educativos con los
dieciséis estados alemanes.
En la década de 1930 vivía MEDIO MILLÓN DE
JUDÍOS en Alemania; apenas 15.000 sobrevivieron a la guerra.
Actualmente, la comunidad judía alemana cuenta con más de 100.000 miembros
afiliados e igual cantidad estimada de no afiliados (mayormente emigrantes de
la ex URSS). Sólo en Berlín se cree que hay cerca de 20.000 israelitas.
.
Diversos hechos dejaron su marca en esta
relación. En 1960 el Mosad secuestró a ADOLF EICHMANN y lo llevó a juicio en Jerusalém
(x), episodio que recordó dolorosamente la Shoá a los israelíes.
(x)
Presencié una de las sesiones de este histórico
juicio.
Ese
mismo año Volkswagen nombró a MOTTI AUERBACH, hijo del último rabino de
Frankfurt, su representante en Israel. Esa misma década trascendió que
científicos alemanes estaban trabajando en el desarrollo del programa
misilístico egipcio, lo que enardeció a los israelíes; el hecho se replicó en
los años noventa cuando se supo que el gas que Saddam Husein había amenazado con cargar en los
misiles Scud para
atacar a Israel había sido provisto por Alemania.
En
los años setenta, las OLIMPÍADAS DE MÚNICH, que pudieron haber reforzado
el vínculo, fueron escenario de una terrible matanza de atletas
israelíes por parte de terroristas palestinos.
La
interpretación pública de las obras del compositor nacionalista alemán del
siglo XIX RICHARD WAGNER aún es asunto de ríspido debate en
Israel.
Si algo prueba estas tensiones es la
resiliencia del vínculo que une a ambos
países. No obstante, el futuro de la relación no está exento de desafíos. A
medida que el tiempo transcurra y el Holocausto sea un recuerdo cada vez más
distante para las nuevas generaciones, que podrían verse menos comprometidas
moralmente con Israel y los judíos, ¿se mantendrá el vínculo tal como lo
conocemos? A medida que el sentimiento popular antiisraelí y la comunidad
islámica crezcan en Alemania, y los movimientos políticos de la extrema
derecha se afiancen, ¿sobrevivirá el talante oficial proisraelí?
Encuestas
de los últimos años ya revelan un 20% de antisemitismo en Alemania y un 60% de
opiniones negativas sobre el Estado judío. (julian schvindlerman.)
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