EL LIBRO
DE RELATOS DE PASCUAS pasó por diferentes etapas, en cuanto a su difusión en la
Edad Media. A partir del siglo XIII, comenzó a cristalizar su forma de
libro independiente del libro diario de oraciones, que antes lo incluía, aunque
muchas innovaciones y modificaciones fueron introducidas más tarde.
LOS LIBROS
DE RELATOS DE PASCUAS (Hagadot) permitieron a escribas e ilustradores amplia
libertad para desarrollar sus virtudes personales, su labor estaba centrada en
Manuscritos de pequeñas dimensiones, razón por la cual tuvieron amplia difusión
durante la Edad Media. Esta práctica fue seguida por los ashkenazim, por
ejemplo Joel ben Simon Feibush,
quién vivió en Bonn y Colonia, en Alemania, en el siglo XV hizo figurar su
nombre en muchos ejemplares, dos de los cuales se encuentran en la colección de
la biblioteca del British Museum.
En ese
período la situación social y económica, la vida de ciudad y consecuentemente
la fundación de nuevas universidades, auspiciaron la apertura de importantes
talleres para la producción de dichos libros. Estos talleres complementaron o
reemplazaron los scriptorium de los talleres monásticos e introdujeron el
desarrollo del gremio de los “iluminadores”, que cumplían la función de
embellecer e iluminar los Manuscritos a satisfacción de sus adinerados clientes.
Simultáneamente,
nuevas técnicas se fueron desarrollando en la preparación de los pergaminos,
con tintas, colores, hojas de oro y otros materiales, permitieron gradualmente
que los manuscritos iluminados en forma de códice fueran accesibles a la mayoría
de los miembros de la comunidad. No obstante, no todos los Judíos tenían la
posibilidad de contar con un Códice Iluminado de RELATOS DE PASCUAS (Hagada),
solamente una pequeña minoría, aquellos adinerados que en ciertas ocasiones
eran allegados de los príncipes y cortesanos, tenían la posibilidad de contar
con hermosos e iluminados códices y de libros Hebreos, los cuales incluían
motivos tradicionales judíos, donde las escenas y la iconografía estaban unidas
a los estilos y composición de procedencia cristiana de acuerdo al gusto del
ilustrador y al “patrón”.
Es
necesario hacer destacar la habilidad artesanal, rayana con lo artístico, que
tuvieron los Ilustradores de los Manuscritos Hebreos, con su representación
lograron reflejar el sistema de vida del pueblo Judío, sus creencias y
costumbres, durante la Edad Media, contraviniendo probablemente indicaciones de
reproducir imágenes enunciadas en el Segundo Mandamiento.
LOS MANUSCRITOS ILUSTRADOS fueron reflejo de
concepciones filosóficas por parte de sus representantes más preclaros como
FILON DE ALEJANDRÍA, MAIMÓNIDES, SALOMÓN IBN GABIROL y todos aquellos que
determinaron las bases de una “catedrocracia” cimentando las bases culturales
del pueblo Judío.
El punto
de vista del hombre del Medievo, la simbiosis cultural en la que coincidieron
los límites de una u otra cultura para crear las bases de conceptos universales
que tuvieron vigencia y se extendieron hasta los tiempos actuales.
Una prueba
evidente de estos conceptos lo demuestran los Manuscritos Hebreos Ilustrados
donde quedaron plasmados y tuvieron la influencia del Islam por un lado y las
culturas vigentes en el Norte de Francia y Alemania por el otro. La producción
de los Manuscritos Hebreos Ilustrados denota la influencia del Cristianismo con
el estilo vigente en la Edad Media (Románico y Gótico) sobre la Judía en los
campos expresivos, mientras que en el campo de los contenidos la cultura Judía
ejerció una marcada influencia sobre las otras culturas, para definir
mancomunadamente lo que ahora definimos como cultura occidental.
(BENITO LADENHEIM)
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