Cómo me gustan las Historias y la
Biografías!
UNA HISTORIA DE 450 AÑOS QUE COMENZÓ CON LA
EXPULSIÓN DE ESPAÑA, CULMINANDO TRÁGICAMENTE EN AUSCHWITZ.
La vieja historia de los judíos atraviesa innumerables siglos, dos
mil años de una intrincada y azarosa existencia. En esta narración sobre una
familia judía nos hallamos frente a una clase de los que integraron el grupo de
los llamados judíos cortesanos.
Cumplieron su función como filántropos y protectores de su comunidad. La
tradición judaica dice que cada judío es responsable por los otros, y esto se
ajustaba perfectamente a la conciencia de los que habían sido favorecidos con
la riqueza y por lo tanto debían contribuir al bienestar de su comunidad. En
pleno Siglo XX, también cumplieron con la función del mecenazgo, una
tarea que desempeñaron algunas de las ricas y poderosas familias allí donde
residían, contrariando las calumnias antisemitas sobre el egoísmo de los
magnates judíos. Por otra parte en muy pocas oportunidades existe la
oportunidad de observar una genealogía familiar que nos ilustre sobre los
cambios históricos que afectaron a los judíos en diferentes épocas durante un
período histórico que abarca casi 400 años. Esta saga familiar de los CAMONDO nos
permite recorrer con ellos los diferentes siglos y lugares y enterarnos donde y
como vivieron, incluso su paradigmático final como símbolo del judaísmo europeo
en una determinada época.
Su historia es apasionante, el abandono de la Península Ibérica, la
trashumancia entre Venecia, Viena, Chipre, para recalar en el Imperio Otomano,
el retorno a Europa, a París y finalmente Auschwitz como destino trágico y
final en pleno siglo XX.
Una saga, casi una novela histórica, atravesada por la Modernidad, la
Ilustración, la Emancipación, la Primera Guerra Mundial y la relación que une
este destino final al de otro representante de una ilustre familia judía de
lejano origen alemán, los REINACH. Esta
rica y aristocrática dinastía se consumió junto a los millones de judíos
europeos en el drama de la Shoá, en los hornos de Auschwitz. En esa muy amarga
e injusta historia de los judíos, los aportes de esa familia ornamentan y
enriquecen hoy en día la ciudad de Paris y la sala que lleva su nombre en el
Louvre. Una placa por lo menos recuerda el destino padecido por los últimos
representantes de la familia de los Camondo y de León Reinach, un artista con
nombre por derecho propio.
El escritor PIERRE ASOULINE señala que “es inaudito que hayan logrado mantener su judaísmo
con su intrincadas identidades. . .el apego a su fe ancestral, el espíritu de
la continuidad ininterrumpida, el sentido de la tradición, hayan reforzado su
identidad profunda cuando sus identidades sucesivas – las de sus diferentes
patrias adoptivas – se disipaban. Este hebraísmo tenaz persistió en el fondo de
su alma, cual depositario inalterable. . .”
Los antepasados más lejanos de la FAMILIA CAMONDO eligieron partir
y abandonaron la tierra de sus ancestros, Sefarad para siempre cuando se les
planteó el gran dilema de quedarse abandonando el judaísmo, en 1492. Erraron
por Venecia, por Trieste, por la Viena del Imperio de los Habsburgo hasta que
llegaron al Imperio Otomano.
Jaim fue el
que inició la dinastía, la fortuna de la familia. Era un mercader que contaba
con la protección jurídica de la casa de los Austria, lo que le exceptuaba del
pago de impuestos.
Su hijo Isaac aumentó
la considerable fortuna de la familia, convirtiéndose en agente de
cambio, siguiendo el ejemplo de las familias judías como los ADJIMAN, GABAY Y
CARMONA, caídos en desgracia y ejecutados por su colaboración con los
jenízaros.
Isaac muere sin herederos, le sucede su hermano Abraham quién
aumentó y diversificó sus actividades económicas, entre ellas creando numerosas
tiendas en Galata y Üsküdar, una fábrica de ladrillos y de otra de aceite de
oliva, Abraham fue el único heredero del banco Isaac Camondo & Cia.
Gradualmente se transformó en el banquero de la Sublime Puerta, en
su tesorero, agente de cambio y recaudador general de impuestos del gobierno
otomano. El banco financió al Imperio Otomano durante la GUERRA DE CRIMEA (1853
– 1855) por lo que ABRAHAM CAMONDO fue
condecorado con la Orden de Iftihar, por el Sultán Abdul Hamit II. Por la misma
época, fue designado por la comunidad como su representante en la boda del
Emperador Francisco José y Elisabeth (Sissi). También fue el consejero
financiero de los gobiernos de Austria-Hungría y de Italia.
En el año 1867 año el rey Emmanuele II de Saboya en reconocimiento por
el financiamiento de ferrocarriles italianos, le otorgó el título de conde a
ABRAHAM CAMONDO, con carácter hereditario. Era uno de los grandes intercesores
que aseguraban la administración y el abastecimiento de la corte, también
mantenía relaciones cordiales y frecuentes con los jefes de las grandes
familias judías del Imperio Otomano y Europa. Era consejero del príncipe y
hombre influyente junto a los visires, pero era también el sagaz filántropo de
su comunidad. Muy próximo al Gran Visir Fuat Pacha, Abraham gracias a su
influencia en la política imperial pudo intervenir a favor de las comunidades
judías amenazadas exteriores al Imperio amen como las de Serbia y Grecia. Realizó
numerosas donaciones a los pobres de todas las confesiones, pero principalmente
hizo construir gran número de sinagogas, escuelas, orfelinatos y hospitales, en
Estambul y en las ciudades judías del Bósforo (Kuzguncuk, Ortaköy, Yeniköy)
además del resto del país: Izmir, Lindos, Salónica, Brousse, Çanakkale,
etc. Abraham Camondo era el
equivalente oriental de los judíos cortesanos europeos, todo un personaje.
Recibía ritualmente a su mesa, cuando no los albergaba bajo su techo, a los
notables judíos de la vieja Europa que hacían escala en Estambul, contaban
maravillados lo que vieron a su regreso. Camondo reinaba sentado en un trono,
rodeado de cuatro generaciones de la familia. Era un excelente anfitrión
haciendo gala de su cultura y refinamiento con sus huéspedes. Su esposa,
permanecía reclinada sobre un espléndido diván, posado sobre las más hermosas
alfombras orientales. Como líder comunitario Camondo encabezó un grupo que
trató de fortalecer la posición de la comunidad en la fuerte competencia
comercial que establecieron los armenios y los turcos a las tradicionales
actividades de los judíos. En la década de 1860, la familia Camondo se enfrenta
con problemas muy concretos con la conservadora comunidad sefaradí. En efecto,
el clan Camondo deseaba reformar la instrucción pública israelita,
introduciendo el turco y el francés en las escuelas. Hasta ese momento solo les
enseñaban el hebreo, lo que era un real obstáculo para el avance de los judíos
en la administración pública, donde solo se hablaba turco, o en el comercio
donde se utilizaba el francés. Los líderes religiosos se opusieron
enconadamente a las reformas, esto provocó una grave crisis con el apresamiento
de un rabino que había llegado a decir que la familia Camondo hacía
proselitismo cristiano con la enseñanza del francés en la escuela judía moderna
fundada por ellos. Luego de la creación de esta escuela, se formó un comité
secular de notables (Va'ad Pekidim Majlis Jashnet) compuesto por personas de
gran riqueza y mentes progresistas, presidido por Camondo. Los conflictos
aumentaron hasta que el Gran Visir, deseando solucionar el problema, convocó
especialmente a una corte rabínica que determinó la excomunión de los Camondo.
El conflicto creció con la participación de un grupo de intelectuales
progresistas judíos, originarios de Livorno, los Franco,
quienes lucharon igualmente contra círculos religiosos más
intransigentes. Abraham Bohor Camondo, el hijo
mayor de Salomón Raphael, se convirtió en dirigente del movimiento. En 1865,
los Franco se apartaron de la comunidad, como lo habían hecho anteriormente los
marranos portugueses, colocándose bajo la protección de los italianos de
Péra-Galata. Así nació la “Comunita
Israelitico-Straniera di Pera sotto la Protezione Italiana” que fue
un nuevo lugar de culto, la sinagoga italiana de Galata. Esto permitió
rápidamente la fundación regional de la Alliance Israélite Universelle, creada
dos años antes por el mismo Abraham Bohor, que no renunció a la tarea de
mejorar el destino de la comunidad sefaradí de la capital.
El año 1866 fue muy duro para el clan Camondo. Murieron muchos
integrantes de la familia, algunos muy jóvenes, además fueron objeto de una
fuerte hostilidad por parte de la comunidad sefaradí.. Aunque la introducción
del francés y del turco en las escuelas judías fue un hecho consumado, la
familia Camondo siempre se enfrentó con la animosidad de la franja más
conservadora de la comunidad sefaradí. Abraham Bohor y Nissim, los hijos de Abraham,
decidieron en 1869 abandonar el Imperio instalándose en Paris, pero manteniendo
la base de su banco en Galata. En 1873, Abraham Salomón, el patriarca murió a
la edad de 93 años. Sus restos fueron repatriados y enterrados con gran pompa
en el cementerio judío de Hasköy en Turquía. Pashas, visires, imanes y
sacerdotes, toda la población de Estambul asistieron a sus funerales. Su banco
continuó operando allí en hasta 1913. La memoria de su riqueza fue tal que en
el imaginario sefaradí quedó instalada la idea de extrema riqueza asociada a la
familia. Un dicho propio de los judíos turcos es “ni que fuera tan rico
como un Camondo”. Los Camondo creyendo en la culta y liberal Francia y en la
existencia de una comunidad judía moderna, pensaron que llegarían a un país
evolucionado, donde podrían desarrollar sus ideas y sus proyectos comerciales.
En su lugar llegaron a un país destrozado por la guerra y profundamente hostil
hacia los judíos. En cuanto a la comunidad, era mucho más abierta que la de la
capital del Imperio Otomano. Lo que fue un cambio radical para los Camondo, fue
el abierto antisemitismo francés. A fines del Siglo XIX, habían había
prosperado con sus negocios en Francia y fuera de ella. Pero eran la presa
favorita de los antisemitas, las críticas llovían sobre ellos, en los diarios
especialmente en las plumas de Edouard Drumont o la de Auguste Chirac y de los
altos círculos.
Los hermanos Pereire,
sefarditas como ellos, los convencieron de que debían instalarse en Monceau,
entre Saint-Germain y Saint Honoré, compraron las dos mansiones adyacentes. Isaac y Moïse continuaron
muy unidos, eran diferentes entre si, Isaac era muy dotado para los negocios,
tenía una gran afición por las artes, era un espíritu culto y refinado.
En 1894, más allá de que las cosas parecían lo suficientemente inciertas
en su país de adopción en vista del Caso Dreyfus, aquellos que los parisinos
llamaban los “Condes de las Mil y una Noches.” Desde su llegada hasta su
fin, los Camondo fueron objeto de críticas antisemitas en los diarios y en los
altos círculos. La donación al Estado Francés de la Colección de Arte de Isaac de Camondo (1911),
el sacrificio de la vida en el ejército francés de Nissim, hijo de Moise y el
primer Camondo de nacionalidad francesa, muerto en la Primera Guerra Mundial,
la donación de la fabulosa colección Moise de Camondo al Estado en 1935, no
cambiaron nada estrictamente hablando. Para los franceses, los Camondo
continuaban siendo judíos del Levante. A veces se los comparaba con la famosa
familia Rothschild, si bien se lo llamaba el Rothschild del Levante. Alguna
gente calificaban al mismo tiempo a los Rothschild, como los « Camondo del
Poniente »…
Transfirieron la oficina central de su banco desde Constantinopla à Paris. La que se convirtió en la sucursal de Estambul, no cerró sus puertas, lo que hará después de la primera guerra mundial.
Transfirieron la oficina central de su banco desde Constantinopla à Paris. La que se convirtió en la sucursal de Estambul, no cerró sus puertas, lo que hará después de la primera guerra mundial.
Moise de Camondo se casó
con Irène Cahen d’Anvers (1872 – 1963), quién le dió dos hijos, Nissim (1892 –
1917) y Béatrice (1894 –
1943) y se divorció en 1901.
Isaac de Camondo tuvo dos
hijos ilegítimos con Marie-Louise de Lancey. Murió en 1911, sin reconocerlos.
El teniente Nissim de Camondo era
piloto y fue abatido en 1917 en Lorraine. Béatrice de Camondo se casó con Léon Reinach
en marzo de 1919.
Léon descendía de una prominente familia judía, cuyos antepasados
habían emigrado desde Alemania a Francia en la primera mitad del Siglo XIX,.
Era músico y compositor y descendía de una ilustre familia de hombres de Estado
y de ciencias, todos ellos tuvieron participación en la vida judía de algún
modo. Su padre Theodoro, (1860–1928), fue el menor de una familia
de tres hermanos, cada uno más brillante que el otro, los otros dos eran Joseph
y Salomon. Sus investigaciones incluyeron estudios sobre la ley, arqueología,
matemáticas, numismática e historia de la música y de la religión. Fue profesor
de la Ecole des Hautes Etudes donde enseñó historia de las religiones. Activó
entusiastamente como miembro del judaísmo reformado francés y fue un convencido
asimilacionista, se opuso fuertemente al sionismo, porque consideraba que a
partir de la Revolución Francesa los judíos ya no eran un pueblo, y si una
comunidad religiosa. Escribió estos puntos de vista en la Historia de los Israelitas (1884,
19104). También escribió una historia breve del affaire Dreyfus (1904,
1924). En el campo del academicismo judío, Reinach fue un importante
investigador en la numismática judía (Las
monedas judías, 1887) y escribió un libro de referencia muy importante, Textos de autores griegos y romanos
relativos al judaísmo (1895;
repr. 1963). Fue el editor general de una traducción francesa de los trabajos
de Josefo Flavio. También contribuyó a la Revue des Etudes Juives, y a
varias enciclopedias francesas. Fue Caballero de la Legión de Honor.
Su tío Salomón fue arqueólogo, filólogo e historiador, publicó una
traducción al francés de la Historia de la Inquisición de H.C.Lea (3 vols.,
1901–03) que utilizó luego del Caso Dreyfus como un arma en la lucha contra la
intolerancia religiosa. Publicó varios artículos en la Revista de Estudios
Judíos y actuó como presidente de la Sociedad de Estudios Judíos. Fue
vicepresidente de la Alliance Israelite Universelle y ayudó en la creación de
la Jewish Colonization Association. Antisionista en un principio, Reinach prestó
gran colaboración a la colonización en Palestina. Joseph Reinach (1856–1921),
líder político, periodista e historiador nació en París. Graduado en la
Universidad de París. Sus artículos políticos le valieron un prestigio tan
grande que el primer ministro Gambetta lo designó jefe de gabinete. Cuando
Gambetta murió se presentó a elecciones y fue elegido diputado y reelegido. Fue
uno de los primero en reclamar un nuevo juicio para el Capitan Dreyfus, lo que
lo hizo blanco de amargos ataques de parte de los anti-dreyfusards perder su
asiento en la Cámara de Diputados en las elecciones 1898, y fue destituído del
ejército en el cual era capitán de reserva. Luego de la rehabilitación de
Dreyfus, Reinach fue reincorporado y reelegido al parlamento, donde trabajó
hasta su retiro en 1914. Los trabajos histórico de Reinach incluyen siete
volúmenes de la historia del Caso Dreyfus, mientras se hallaba en la lucha por
la rehabilitación de Dreyfus, escribió una historia sobre el caso de Rafael
Levy que fue ejecutado en 1670 bajo la acusación de haber realizado un crimen
ritual.
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