Es bueno enterarse…
Las últimas noticias sobre la magnitud del tesoro del ISIS (o
estado islámico) -2.000 millones de dólares- han captado la atención de una
sorprendida opinión pública. Menos sabido es que quien le sigue en la lista de
las agrupaciones terroristas más ricas del mundo es el movimiento de
resistencia islámico, más conocido como Hamás, que tiene un presupuesto
operativo anual de 1.000 millones.
A diferencia del Isis, HAMÁS no tiene acceso a pozos petroleros ni
controla una región del tamaño de Bélgica esparcida entre dos estados: Gaza es
pobre y diminuta. Pero tiene en su poder algo sumamente valioso a los ojos del
mundo: el destino de 1,8 millones de palestinos.
Como gobernante de Gaza, Hamás
se ha beneficiado de nuevo de esa
generosidad: un grupo de países donantes comprometieron
5.400 millones de dólares en la reconstrucción de la franja. No está
planeado que ese monto enorme llegue a las arcas de Hamás, sino a la sociedad
civil palestina, asumir que aquélla no tomará una porción de la torta es una
fantasía.
Por supuesto, los 1.000 millones con los que cuenta hoy HAMÁS no
proceden de esas donaciones futuras. A lo largo de su existencia, Hamás ha
recibido apoyo material sustantivo de Qatar, armas de Irán, aportes
individuales de ricos saudíes o de colectas entre los propios palestinos.
En 2005, el negocio de los túneles generaba unos 30 millones de
dólares; para 2008, al cabo de un año de gobierno de Hamás, ese monto era la
cifra mensual. El negocio era tan lucrativo y la proliferación de túneles tan
extraordinaria que Hamás se hizo cargo del mismo. Se apropió de los túneles
excavados por la autoridad palestina, prohibió a al FATAH excavar nuevos y
controló los administrados por otros grupos terroristas. Incluso estableció una
comisión reguladora de la actividad en los túneles.
Para 2010 los túneles de GAZA tenían 5.000 dueños y
daban trabajo a 25.000 personas, que aportaban fondos a los hogares de unos
150.000 gazatíes, casi el 10% de la población de la franja. Mientras Hamás
gobierne allí, “el dinero donado a gaza es una inversión en una guerra futura,
no en la paz”, sugirió el comentarista Jonathan Tobin.
LA FORTUNA DE HAMÁS -y la
del Isis, así como la de cualquier otro movimiento terrorista en cualquier
lugar y período de la historia moderna- palidece en comparación con la que
amasó su legendario competidor en el nacionalismo palestino: la OLP tenía
en los años 80 el siglo pasado 7.000 millones de dólares en su poder, según la
revista The Economist.
En 1990 la CIA estimó el valor de los activos de la agrupación
palestina entre 8.000-14.000 millones.
en 1993 el Servicio de Inteligencia Nacional Criminal Británico (NCIS) hizo una estimación que
alcanzaba los 10.000 millones, y le atribuyó un ingreso anual que rondaba los
2.000.
En el año 2000, la inteligencia israelí valoraba en 20.000
millones de dólares el tesoro de la OLP. “la mayor parte de las organizaciones
revolucionarias y terroristas proyectan una imagen de persecución y pobreza”,
escribió el especialista John Laffin en su libro de 1982 THE OLP CONNECTIONS: “la
OLP, en contraste, es un grupo terrorista de luxe”, añadía. “ni es perseguida
ni pobre; opera desde edificios de oficinas con un staff permanente asalariado
con un horario regular, vacaciones anuales y pensiones”.
La transformación de la OLP, que popularizó el secuestro de
aviones y la toma de rehenes y acabó convertida en una auténtica institución
financiera, es un algo muy poco conocido. la organización de Arafat obtuvo
dinero de potentados particulares, estados árabes; de la extorsión, el tráfico
de drogas y de robos, al decir de James Adams (THE FINANCING OF TERROR, 1986),
más espectacular jamás realizado hasta el momento contra un banco: el que tuvo
por objetivo el banco británico del medio oriente de Beirut (1976).
También contó con una cartera de inversiones perfectamente legal, que incluía hoteles en parís y damasco,
una compañía de transporte marítimo en Chipre, duty free shops en Nigeria y Tanzania,
radio Montecarlo y emprendimientos agrícolas en naciones tan dispares como Polonia,
Egipto y el Congo.
En 1981 la OLP entró en el negocio del crédito global al prestar
al gobierno de Nicaragua 12 millones de dólares, con lo que probablemente se
convirtió en la primera organización terrorista en prestar dinero, en vez de
pedirlo. la India, Yemen, el Congo, el Líbano e Irak se cuentan entre los
estados que han recibido créditos de la OLP.
--- La viuda del benemérito YASSER
ARAFAT vive ostentosamente en París con
el dinero de la rapiña de su marido…mientras se desgarraba las vestiduras
por su querido pueblo palestino.
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