Historias reales
ENFERMERÍA
Y MILITANCIA: DIRIGENTES POLÍTICAS. La organización del Partido Peronista
Femenino (PPF) requirió la elección de los “cuadros” estratégicos llamadas “delegadas censistas”, y la responsable “del armado político” en Capital
Federal fue TERESA ADELINA FIORA. Descripta como una
colaboradora excepcional de Evita, tanto en la organización de la Fundación
como en el Partido Peronista Femenino y en la Escuela de Enfermeras de la
FEP. Estuvo encargada de elegir a todas las subdelegadas censistas de la
Capital Federal.
LA
ENFERMERA FIORA, responsable de la Escuela de Enfermeras FEP era una
carismática militante política. Carmen Delia Maldonado otra destacada política
y enfermera, integró también la Escuela en el momento en el cual las mujeres
comenzaban a ejercer el derecho al sufragio y a ser candidatas en las
elecciones.
En
palabras de Eva, “las delegadas son verdaderas
misioneras de la doctrina peronista en la acción y en la prédica, y las mujeres
que colaboren con ellas con desinterés, perseverancia y lealtad serán las
futuras dirigentes del movimiento en cada distrito.”
Esta
ruptura del estereotipo irritó intensamente y confrontó con varios frentes. Por
un lado, con los integrantes de la extinta Sociedad de Beneficencia, SB,
que dirigía mediante las influyentes mujeres adineradas que antes
estaban nucleadas en la SB, las escuelas en las cuales los médicos eran
directores, y en donde se formaban según la FEP “ENFERMERAS
QUE NO ERAN MUCHO MÁS QUE SIRVIENTAS, SIN ENTRENAMIENTO PROFESIONAL”.
Luego,
con los médicos, profesionales conservadores, que veían cómo las enfermeras
adquirían autonomía y revalorización social, porque “se
pretendía formar profesionales, capaces de trabajar en áreas alejados, sin
médicos si fuera necesario.”
Confrontó
asimismo con otros grupos conservadores que nucleaban a muchas enfermeras y
docentes de enfermería quienes se escandalizaban por esta enfermería
“peronista”, fuera
del modelo sumiso y obediente a la IGLESIA CATÓLICA Y LEAL AL MOVIMIENTO
JUSTICIALISTA
En
varios ámbitos producía irritación comprobar que estas enfermeras estaban
integradas a los proyectos de la Fundación, a los que adscribieron, y por los
que militaban abonando al cambio de paradigma.
Seguramente
entre estos grandes aspectos que incomodaron tanto a los grupos conservadores,
integrados también por la propia enfermería, aparecía el hecho de que las
graduadas de la Escuela de la FEP, eran formadas para ejercer con el fin
de materializar los derechos del ciudadano y el cuestionamiento explícito a la
beneficencia y la dádiva dentro del ámbito socio-sanitario.
A
PARTIR DE LA SANGRIENTA DICTADURA que se inicia en septiembre de
1955, las referentes de las organizaciones de enfermería argentina no cesaron
en sus pujas por la hegemonía en la formación y el ejercicio, y es así como las
nucleadas en la ACE (lideradas por Molina) lograron barrer todo rastro de “la milicia sanitaria peronista”
de la EEFEP, valiéndose del Decreto 4161/5 que prohibía “los
elementos de afirmación ideológica o de propaganda peronista”, comenzando una tapa donde las
alianzas con los proyectos de los organismos internacionales, como la
Organización Sanitaria Panamericana, las legitimaría.
Para
esto necesitaron impugnar públicamente en todos los informes que
elevaron a los organismos supranacionales la obra sanitaria de Carrillo
dentro del gobierno peronista y la marca del peronismo en la
enfermería.
Dos
“festejos”
Treinta
años después de la obtención de la RM 3197, en 1988 durante un Congreso de la
Federación Panamericana de Profesionales de la Enfermería, (FEPPEN), realizado
en Buenos Aires y presidido por la argentina Nydia Gordillo Gómez, la
Federación Argentina de Enfermería (FAE) acepta unificar la fecha de
celebración, el 12 DE MAYO, CON LA DEL CONSEJO INTERNACIONAL DE ENFERMERÍA
(C.I.E)
Si
bien la AAED ya no existía como organización desde 1965, y sus miembros se
había fusionado en la FAE, siguió operando en el imaginario de la mayoría de
establecimientos sanitarios, asociaciones provinciales miembros de FAE,
escuelas de enfermería laicas, enfermeros y medios de comunicación “el logro” de la RM
Nº 3197.
A
tal punto llega esta puja que para darle legitimidad a esta celebración,
reconvirtieron su mención en “Día
de la Enfermería Argentina”, o “Día
Nacional de la Enfermería”, intentado vencer la resistencia de
muchos colegas que optaron por el 12 de mayo.
A
modo de cierre.
En Argentina hay dos “festejos” y un discurso falaz sobre la existencia de una
celebración internacional y foránea, y otra propia y nacional. Esto da
cuenta de la impronta religiosa y sus marcas residuales en pleno
segundo decenio del siglo XXI.
Evidenciando
cuan fuertemente continúa la marca DEL CATOLICISMO operando en la identidad
profesional y como se muestra en el perfil público de la
enfermería
Por
lo analizado no puede achacarse esta marca a la etapa fundacional.
Ni
en 1886 la Escuela que funda Grierson tiene prácticas religiosas, su
fundadora profesaba la religión Protestante Presbiteriana. Las enfermeras que
llegaron desde Inglaterra discípulas de Nightingale a la Escuela de Enfermería
del HOSPITAL BRITÁNICO en 1890 tampoco eran católicas. Por lo tanto en estos
espacios de formación y práctica, no se veneraban imágenes religiosas, ni
celebraciones correspondientes a fechas religiosas.
Si
nos referimos a otro ente formador muy influyente como fue la ESCUELA DE
LA CRUZ ROJA Argentina, en 1920, por estar bajo la órbita de la Cruz Roja
Internacional debió haber nacido guiada por los principios fundamentales:
humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y
universalidad. Y adopta los emblemas de la Cruz Roja, y la Media Luna
Roja así como también cuida que esta situación no produzca conflictos
culturales. Sin embargo en Argentina se filtro fuertemente la religión católica
incluso ahí.
Por
otro lado, no menos significativo, aparece la necesidad de la Asociación
Católica de Enfermeras y AAED, actual AECAF, de tramitar una Resolución
Ministerial que le diera legitimidad a su iniciativa, lo que permite inferir la
dependencia y necesidad de reconocimiento de un espacio gobernado por médicos a
la luz de la jerarquía de la iglesia Católica.
Otro
aspecto residual es la constante celebración los 21 de noviembre
ofreciendo misas en los hospitales y escuelas. Esto debería ser motivo de
revisión en un país que está constituido por descendientes de inmigrantes
de diversos orígenes y creencias religiosas, etnias originarias sobrevivientes
del genocidio de la colonización, y posteriormente al
genocidio de la Campaña del Desierto.
Frente
al auge en las últimas décadas de la incorporación en los planes de estudio de
la TEORÍA DE CUIDADOS TRANSCULTURALES de Madeleine Leininger
así como el repudio a las prácticas intolerantes y discriminatorias que no acuerdan
con el valor Salud y con los Derechos de los Pacientes, (CIE 1997 y 2002), las
misas y otros oficios religiosos continúan asociados a la enfermería y
los crucifijos cuelgan de las paredes en los servicios sanitarios, en un país
laico, custodiados fuertemente por una profesión que no parecería haber
desarrollado aún la capacidad de analizar su trayecto identitario.
LA
PRESENCIA DEL DISCURSO COLONIZADOR A TRAVÉS DE LAS “VIRTUDES”
Y LA “DESPERONIZACIÓN”,
MOLDEÓ LA IDENTIDAD DE LA ENFERMERÍA ARGENTINA DURANTE EL SIGLO XX QUE, OBEDIENTE
Y SUMISA, ACEPTO ENAJENARSE DE SUS DERECHOS EN EL CAMPO LABORAL Y NO IDENTIFICO
SU PRAXIS COMO UN ACTO POLÍTICO.
---- COMO LA VIDA ES UNA FOTOCOPIA, LA ENFERMERÍA
BONAERENSE HA VUELTO A SER POLITIZADA, CON MUCHO DE VERSO Y DE ESCASA
FORMACIÓN…TOTAL QUIENES MANEJAN EL SISTEMA PÚBLICO HOSPITALARIO SE ATIENDE EN
CLÍNICAS PRIVADAS, DONDE EJERCEN LA FUERZA E INFLUENCIA PARA OBTENER UNA ATENCIÓN SIN TURNOS NI ESPERAS.
----- Continuará----
(Autor: LA
JERINGA ESCÉPTICA.)
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