Historias reales
LA ENFERMERÍA ENTRE LA ILUSIÓN Y EL DESENCANTO (III.)
LA ENFERMERÍA ARGENTINA.
Fue consecuente con la revalorización de la influencia positiva y
exclusiva del ideario de la Iglesia Católica en su evolución y
desarrollo hecho que se profundizo con la ausencia del liderazgo de
CECILIA GRIERSON.
LA ASOCIACIÓN
CATÓLICA DE ENFERMERAS (ACE), tomó la
iniciativa de construir asociaciones, para representar los intereses
profesionales en el país. Se reservó
para sí este mérito fundacional que
inicia su camino en el año 1936.
Sin embargo, la
primera organización fue la Asociación de Enfermeras y Masajistas, (AEM), se conformó en la última década
del siglo XIX, y a partir de lo cual “… es
garante la idoneidad y moralidad por intermedio del Servicio de la Asociación de Enfermeras y
Masajistas.
La ACE estableció la celebración del DÍA DE LA
ENFERMERÍA en homenaje a la Virgen de los Remedios, el 21 de noviembre, mediante una iniciativa
con la que acordó la ASOCIACIÓN DE ENFERMERAS DIPLOMADAS,(AAED), creada en
1955, en una transformación de la primera, ampliando así su posibilidad
de expansión.
En 1956 tramitaron ante los funcionarios del
gobierno de facto legitimar “su celebración nacional”.
Esta fecha tiene TRES ELEMENTOS SIMBÓLICOS CONTROVERTIDOS
que constituyen una provocación.: la significación de la Virgen de los Remedios
en la colonización de América, el carácter religioso exclusivamente
católico y el contexto de la dictadura cívico-militar-clerical del que se
vale la organización de enfermería AAED/ACE para legalizar la fecha en pleno
quiebre violento del orden constitucional (caída de Perón.)
Vale detenerse, por si lo antedicho fuera poco, en
los dos mandatos de la oración a nuestra Señora de los Remedios,
Patrona de las Enfermeras Argentinas: “Ciñes
corona y vistes manto real, para recordarnos que la vida es imposible, sin
Obediencia, sin Orden, sin Autoridad (…) sé Misionera y sé Redentora.” La
obediencia, el sometimiento a la autoridad, al orden instituido, es una
condición sine qua non para una vida posible. Misionar y
redimir, da cuenta del mandato que aparece naturalizado en las enfermeras
que escribieron partes de la historia de los movimientos asociativos.
En principio, esto resulta contradictorio con el código
DEONTOLÓGICO de la enfermería, o quizás resulte coherente con la idea del
control de las enfermeras para con sus pares, dada la heterogeneidad de sus
integrantes y los intereses a los que adhieren.
LA PATRONA de las enfermeras argentinas es la imagen que
veneraron los conquistadores. Hernán Cortés la entronizó en 1521 en el centro
ceremonial que los aztecas tenían para la veneración de sus Dioses. Por lo
tanto, es una imagen asociada a la violación de la cultura, a la
violencia de la invasión. Usurpadora entronizada de un espacio ceremonial
sagrado de otra cultura. Asociada a las pestes, a las enfermedades y a la
muerte. Lejana de la salud y la vida.
Durante la peste de 1727, fue proclamada “Patrona Menor
de la Ciudad” en Buenos Aires, para conjurar la fiebre tifus. Asociada a la
Conquista, la Virgen de los Remedios, sería “por esencia la Virgen española y la
patrona de los indígenas, que al abrazar la alianza hispana la toman por
especial protectora (….).”
Renunciando a su cultura y sometidos podrían estar bajo
su especial protección. Desde sus inicios las organizaciones de enfermeras
excluyen, entre otras cuestiones, las demás creencias religiosas en las filas
de las organizaciones profesionales
LA
LAICIDAD ACOMPAÑA LA FUNDACIÓN DE ENFERMERÍA MODERNA en
Argentina
LA
ESCUELA DE ENFERMERAS ha venido a trastornar el orden reinante, el ideal
era cuando no sabían ni leer ni escribir (…) en la escuela no se instruye, sino
se educa (…) …Error es creer que la ignorancia sumisa y rutinaria, la
mansedumbre del esclavo sin voluntad, es el mejor cooperador en la asistencia médica dentro de los
hospitales y que era el súmmum de la perfección cuando no sabían leer ni
escribir..
En clara
alusión con la injerencia de las órdenes religiosas que regenteaban el trabajo
de las enfermeras, cuestionadas permanentemente por Grierson, inscripta
abiertamente en la”1º Ola de
feministas donde la
laicidad era una condición indispensable en la esfera de la educación.
DESDE ESE LUGAR LAICO Y PROFESIONAL promovía los derechos
civiles negados a las mujeres y la formación de enfermeras era campo propicio,
quizás aún mejor que en el magisterio. Ella consideraba que los hospitales de
Buenos Aires regenteados por las órdenes religiosas y la administración de la
Sociedad de Beneficencia, no garantizan las condiciones laborales mínimas para
un ejercicio profesional que resguardara los derechos de estos profesionales,
así como tampoco garantizaban, según su evaluación, la calidad en la atención
de los pacientes que allí acudían.
Si bien no era explícita la referencia religiosa de la
Escuela de Enfermeras de del Ministerio de Salud Pública, cuya directora Teresa
María Molina lideró la ACE, lo era en sus imágenes fotográficas y en la
ceremonia iniciática de imposición de tocas.
Rodeada de un halo litúrgico con la presencia de un
sacerdote católico que les tomaba el juramento mientras se escuchaba el Ave
María de Schubert.
El ritual incluía ofrendar tres rosas que significaban “las
virtudes cardinales de nuestras vidas, la blanca rectitud, la amarilla
abnegación y la roja sacrificio.”
En la imagen del texto “JURAMENTO
DE IMPOSICIÓN DE TOCAS” del año 1949 aparecen estas tres rosas al
pie de una cruz rodeada de un halo de luz sobrenatural.
El acto de juramento comenzaba ante la presencia del
sacerdote y cada estudiante debía pronunciar arrodillada ante el
auditorio.
El Padre Cirilo, de la Parroquia de
Nueva Pompeya, con palabras conmovidas se dirigió a la concurrencia,
expresando la importancia y el valor de la vocación en la profesión de
enfermera, recordando a San Francisco de Asís en su amor hacia el enfermo.
La
misericordia y la piedad cristiana fueron una constante en sus símbolos,
y la vocación, propia de las actividades femeninas en el cuidado del enfermo se
entendían por fuera de recompensa económica alguna.
Según el Dr. Manuel Martín:
…la
misión de la enfermera es ardua, titánica, monótona y cansadora en un
ambiente de dolor, como que es todo materia: por eso debe estar su
espíritu bien templado, lleno de bondad y sentimientos generosos para el
enfermo, sólo así cumplirá su abnegada misión como corresponde y solo
entonces será recordada en el seno de cada hogar con ese
afecto particular, con que se recuerda solamente a los buenos, a los que hacen
el bien porque tienen un alma grande y generosa apartada del mezquino
interés material que solo guían
a los que trabajan sin vocación esperando el mendrugo para saciar la materia
y nada más.
Expresado en estos términos desde una publicación
oficial de Ministerio de Salud Publica de la Nación en el año 1951 resulta, en
principio, contradictorio con el proyecto del sanitarista Dr. CARRILLO y
con las ideas de la Fundación Eva Perón para la formación de las
enfermeras.
DESPERONIZAR
LA ENFERMERÍA. Existía un claro contraste entre la Escuela de
Enfermería de la Fundación Eva Perón, (EEFEP), dirigida por Adelina
Fiora, con la Escuela de Molina, MS, ya que en la primera las asignaturas
estuvieron centradas tanto en temas médicos como políticos, ”es
decir, así como la técnica era en la profesionalización de la enfermería,
también contribuía a esa profesionalización la formación política.”
La IMAGEN DE ENFERMERÍA PROPUESTA por la escuela de la
EEFEP esta grabada en la tapa del libro “Fundación
Eva Perón Escuela de Enfermeras”. Ahí se muestra a una joven mujer
decidida, serena y bella, con uniforme de gala, en un desfile público llevando
la bandera nacional que envuelve su cuerpo por efecto del viento, resaltando
las formas femeninas. La bandera tiene bordado el nombre de la escuela. Carecen
del símbolo de la cruz en uniformes, estandartes u otros distintivos.
Señalan Ramacciotti y Valobra que se pretendía enmarcar
las actividades de estas enfermeras en la nueva teoría de los derechos
femeninos en concordancia con la adquisición de ciudadanía política, por lo que
el programa de estudios incluía contenidos que también formara a las jóvenes
ingresantes pues su futura intervención tendría ribetes políticos y
sociales.
Así como en el programa de la Escuela MS (Molina) se
calificaba en cada año de estudio los aspectos: “Obediencia”, “Aplicación”, y “Aspecto Personal”,
en la Escuela de la EEFEP (Fiora) se dictaban cursos “posgraduado”,
que incluían una residencia específica habilitando las especialidades en
enfermería y una mayor autonomía y experticia en el campo profesional.
La Escuela del Ministerio en su “DECÁLOGO DE LA ÉTICA PROFESIONAL PARA LAS ENFERMERAS”
destacó los deberes de estas en la estructura jerárquica de la medicina
y su carácter auxiliar.
Abunda en recomendaciones morales e insiste en cualidades
naturales, la vocación de servicio y la sensibilidad. En ese discurso la idea
de la Enfermería como trabajo remunerado está borrada.
Antagónicamente a esta visión la Escuela de la EEFEP
fortalece la idea de la enfermería como un trabajo, una profesión como medio de
vida, que hacía a las mujeres independientes, en tanto las egresadas del
Ministerio evidenciaban en su Decálogo no tener un claro perfil profesional en
términos laborales y seguían encorsetadas en la vocación de servicio a pesar de
la reformulación de su Código en 1951, que no varió sustancialmente su núcleo
duro.
En contraposición la propia EVA PERÓN había señalado que
en el futuro su deseo era que la Escuela de Enfermeras de la Fundación
fuera administrada por la CONFEDERACIÓN GENERAL DEL TRABAJO (CGT), de esta
manera quedaba explicitado que estas enfermeras se relacionaba estrechamente
con el mundo del trabajo, involucradas con la representación de los
trabajadores, el espacio de la lucha sindical /gremial y fuera de la
órbita de las entidades de bien público.
---- De los mangos nunca se hablaba…y menos si el
sindicalismo fuera el defensor de la ENFERMERÍA
----- Continuará----
(Autor:
LA JERINGA ESCÉPTICA.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario