Es bueno saber…
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A veces pienso
que los hebreos le gustan que le cacheteen..
Polacos, en el siglo XVII,
destruyeron a toda la comunidad judía
masacrando a medio millón de personas.
Antes de la SGM vinieron dirigentes israelies avisando
que se avecinaba un holocausto sobre las comunidades hebreas europeas…muy pocos
escucharon esas voces de alerta. Tres millones y medio terminaron en las
cámaras de gases.
Los polacos, si se les
cuadra volverían a generar nuevos
pogromos.
Los polacos son
uno de los pueblos más corruptos del mundo….
´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´
Por el Rabino Eliahu Birnbaum
Cuando la historia familiar no es contada, cuando los
ancestros no son nunca mencionados y cuando el tema mismo es siempre
silencioso.
Durante Shabat, uno de todos los que pase en VARSOVIA,
la capital de Polonia, unas jovencitas se me acercaron. Una de ellas se
presentó a si misma: Anya, estudiante de comunicaciones en la universidad
local, y me dijo: “mi madre se rehúsa a decirme, quién era mi padre, así que yo
debo de ser judía”. Esto es algo común dentro de la realidad polaca a
principios del siglo XXI: cientos, quizás miles de personas no sabían si tenían
o no, raíces judías. Algunas sentían interés por el judaísmo, y otras lo
reprimían.
COMO ERA ESE ENTONCES. Antes del holocausto, cerca de
3.5 millones de judíos vivían en Polonia. Esta basta tierra era una tremenda
fuente de vida judía por cientos de años, hasta el punto que en Israel, Polonia
era conocida como “Poh-lin” , “Poh-lan-yah”, que literalmente significa : Aquí
está Dios.
Casi todos los judíos de Polonia fueron asesinados durante el régimen nazi, solo un décimo sobrevivió.
Casi todos los judíos de Polonia fueron asesinados durante el régimen nazi, solo un décimo sobrevivió.
En Polonia después de la guerra, fue posible sacarlos.
La mayoría de los sobrevivientes llegaron a campamentos de inmigración, o
hicieron Aliá. Pero, una parte de los judíos sobrevivientes decidió regresar a
sus hogares, en búsqueda de sus familiares y pertenencias, y trataron de
continuar su vida después del disruptivo pasado. Ellos, entre otros judíos que
por diferentes razones se encontraban en Polonia, o en partes de Alemania,
retornaron a Polonia después de la guerra, su base como población judía. En
Cracovia, Varsovia, asentamientos, y pequeñas villas, estos judíos trataron de
recomenzar sus vidas.
Excepto que esta vez, era casi siempre, una vida sin judaísmo, y a veces sin siquiera una identidad judía.
Excepto que esta vez, era casi siempre, una vida sin judaísmo, y a veces sin siquiera una identidad judía.
EN EL AÑO 1948, LAS PUERTAS DE POLONIA SE CERRARON,
como hicieron todos los países del este de Europa, por un período de ocho años.
Durante este tiempo, los judíos empezaron a practicar judaísmo encubierto. Era
muy peligroso ser judío en Polonia, y no era muy conveniente decir: “soy
judío”. Era más seguro mantenerse escondido. Aún después de 1956, cuando la
inmigración era nuevamente una posibilidad, y aún tiempo después, no era bueno
el ser judío. En 1968, Polonia decidió abrirse al antisemitismo, como la
mayoría de la Europa del este. Muchos judíos interpretaron esto como una mala
señal de lo que podría venir, y así una nueva ola de inmigrantes comenzó, la cual
prácticamente vació a Polonia de judíos.
Aliá, a Eretz Israel e inmigración para los Estados Unidos, Canadá, Alemania, Dinamarca, Suecia y otros países: se estima que 40 o 50 mil judíos dejaron Polonia durante este período. Aquellos que no lo hicieron – una vez más practicaron un judaísmo escondido, cambiando sus apellidos, nombres y direcciones. Muy pocos judíos se mantuvieron organizados en comunidades y continuaron una vida abiertamente judía, yendo a la sinagoga y la comunidad. La mayoría se mantuvo encubierto. La tragedia puede ser resumida en un enunciado, que habla de varios períodos y peligros: en los años 50 entre 1939 y 1989, no era bueno el ser judio en Polonia.
Aliá, a Eretz Israel e inmigración para los Estados Unidos, Canadá, Alemania, Dinamarca, Suecia y otros países: se estima que 40 o 50 mil judíos dejaron Polonia durante este período. Aquellos que no lo hicieron – una vez más practicaron un judaísmo escondido, cambiando sus apellidos, nombres y direcciones. Muy pocos judíos se mantuvieron organizados en comunidades y continuaron una vida abiertamente judía, yendo a la sinagoga y la comunidad. La mayoría se mantuvo encubierto. La tragedia puede ser resumida en un enunciado, que habla de varios períodos y peligros: en los años 50 entre 1939 y 1989, no era bueno el ser judio en Polonia.
¿Cuántos judíos podrían vivir una vida en secreto?
Unos miles, probablemente más.
Ellos tuvieron hijos y continuaron su vida, mientras escondían su identidad judía de todos sus alrededores, incluso de su familia y a veces de ellos mismos.
Ellos tuvieron hijos y continuaron su vida, mientras escondían su identidad judía de todos sus alrededores, incluso de su familia y a veces de ellos mismos.
UNA GENERACIÓN ENTERA CRECIÓ SIN CONOCIMIENTO DE SUS
RAÍCES JUDÍAS. Algunos sabían que eran judíos, mientras que otros no sabían de
su condición como tales, a pesar de ser tercera generación de abuela judía.
Hasta hoy en día, es posible revisar viejos expedientes y descubrir con certeza
quién es descendiente de un familia judía, debido a que la documentación fue
meticulosamente creada para hacer notar quién era y quién no era judío.
Una generación entera, creció sin conocer sus raíces
judías, y tan solo descubrió su existencia a los veinte años de edad, aún
cuando sus padres continuaban escondiéndolas de ellos. Algunos son hijos o
nietos de una madre o abuela judía, algunos tienen un padre o abuelo judíos.
Muchas historias se caracterizan por el descubrimiento de gente joven que
descubre que tiene raíces judías. Algunas abuelas o abuelos se lo impartieron a
sus hijos y nietos en su lecho de muerte, diciéndoles que son judíos, como era
el caso de los “Anusim” en España.
Algunas veces un sidur o un par de tefilín encontrado en el ático de la casa, revelaría lo olvidado. Algunas veces un apellido de familia inusual, o parientes que saben hablar yidish era una señal e indicación de sus raíces.
Algunas veces un sidur o un par de tefilín encontrado en el ático de la casa, revelaría lo olvidado. Algunas veces un apellido de familia inusual, o parientes que saben hablar yidish era una señal e indicación de sus raíces.
Una apertura para el retorno
De cualquier forma, hay “NUEVOS ANUSIM”, en Polonia,
Anusim que fueron cortados de la vida judía y vivieron como judíos a escondidas
con miedo y dolor.
¿Cuál es nuestra obligación para con estos nuevos “anusim”? ¿Debemos, quizás, “enterrar” sus sentimientos, y su deseo de regresar a la tierra de Israel junto con nuestro hermanos que fueron enterrados en suelo polaco? Estos anusim de 50 años, tan distintos de los anusim de hace 500 años en España, ¿deberemos esperar otros 450 años para encontrarlos también?
¿Cuál es nuestra obligación para con estos nuevos “anusim”? ¿Debemos, quizás, “enterrar” sus sentimientos, y su deseo de regresar a la tierra de Israel junto con nuestro hermanos que fueron enterrados en suelo polaco? Estos anusim de 50 años, tan distintos de los anusim de hace 500 años en España, ¿deberemos esperar otros 450 años para encontrarlos también?
No hay duda que el estatus halájico de estos jóvenes y
familias que desearían retornar al judaísmo son grandes desafíos para los
poskim. Después de la guerra, una gran parte de los matrimonios realizados,
eran matrimonios mixtos, y los sobrevivientes pensaron: “no hay más judíos en
Polonia”. Otros se asimilaron después de la guerra para sobrevivir, por miedo a
los polacos. Sin embargo, muchos de ellos desean estudiar judaísmo, venir a la
sinagoga, y ayudar a Israel. Y así, sentirse orgullosos de su identidad judía y
pertenecer a la nación de Israel una vez más.
DURANTE MI VISITA EN POLONIA, conocí uno de los
supervisores de Kashrut en la comunidad, un hombre de apariencia judía jaredí.
Conocí a su esposa, también jarediá, los dos habían participado en una
manifestación anti-semita, “skinhead”, neo-nazi, y después con el tiempo
descubrieron que eran judíos, hijos de familias que habían escondido sus
identidades. Recientemente, festejaron el brit milá de su hijo – en tierra
polaca – pero como judíos observantes, y expresando su identidad judía en forma
abierta.
Otra historia, que suena casi como ficción, es la
historia de PRZEMYSLAW PIEKARKSI. Un señor de 40 años, judío polaco con
creencias liberales y democráticas. Piekarski peleaba con su madre por sus
creencias anti-semitas. Habiendo vivido como niño con una abuela que hablaba
alemán, padres políticamente conservadores y con un abierto anti-semitismo. Al
realizar sus estudios universitarios, Piekarski tomó una posición liberal, que
muchas veces le trajo confrontaciones con su madre , quién utilizaba cualquier
oportunidad para expresar su repulsión contra los judíos y el judaísmo. Durante
una discusión, le preguntó a su madre sobre su actitud hacia el judaísmo, y se
colocó una kipá en su cabeza y le dijo a su madre, “madre, supón que fuera
judío, ¿aún así me tratarías de esta forma? ” la respuesta de su madre le
reveló algo que el nunca hubiera imaginado: “no tienes que tratar demasiado”,
le dijo, “tu ya eres judío”, tu abuela, que siempre pensaste que era alemana,
es en realidad judía. Hoy en día Piekarski viene a la sinagoga cada viernes por
la noche, y trabaja actualmente en un diccionario Yidish-Polaco, que pronto se
publicará. El descubrió que aquello que era el alemán hablado por su abuela,
era en realidad Yidish.
CUANDO LE PREGUNTÉ AL GRAN RABINO DE POLONIA, EL RAB
MICHAEL SHUDRICH, si el había pensado que existía alguna posibilidad de que la
vida judía en Polonia renaciera, el me respondió: ¡la vida judía ya está
renaciendo!
No hace falta mirar tan lejos, o buscar mucho para
encontrar pruebas de la renovación del judaísmo en el país. En Varsovia, un
minián es formado tres veces al día. En Lodz, las plegarias de la mañana se
hacen cada día en la sinagoga. En Cracovia se hacen cada shabat. Clases de torá
en diferentes ciudades, están siendo más y más demandadas, y un shiur de daf
iomí, se lleva a cabo cada día en la sinagoga de Varsovia.
NUEVOS RABINOS han empezado a regresar y llenar sus
sillas como líderes comunitarios en cada ciudad. El Rabino Itzjak Rapoport, es
el rabino de Breslau y sus alrededores, y el Rabino Boaz Pash es el rabino de
la comunidad de Cracovia (estos rabinos son también enviados de “Shavei Israel”
en Polonia). Un judío polaco, el Rab Matitiau Abalet, se recibió de rabino
después de la guerra, en la Yeshiva University de New York, y después de 5 años
de estudio regresó y recibió su posición de Rabino y director de la escuela en
Varsovia.
Hay doscientos estudiantes al año en la escuela judía
hoy en día, desde jardín de infantes hasta noveno grado. Hay también clases
para la juventud y los adultos en el centro comunitario de Varsovia, hay más de
cien jóvenes hombres y mujeres que vienen a estudiar hebreo cada semana. En
Cracovia, los estudiantes y los jóvenes se encuentran en una organización judía
llamada “Cholent”
Publicaciones judías son editadas también:
recientemente el jumash con Rashi, fue traducido a polaco, una publicación
mensual de la comunidad llamada “midrash” se distribuye a todas las comunidades
judías en Polonia, cada semana el rabino de Breslau pública un escrito semanal.
“shabat beshabató”, en polaco.
Hay también demanda de comida kosher en Polonia, y shejitá kosher, muchos productos y comida kosher pueden ser encontrados en diferentes comunidades.
Hay también demanda de comida kosher en Polonia, y shejitá kosher, muchos productos y comida kosher pueden ser encontrados en diferentes comunidades.
Pero quizás, la señal más significativa del
crecimiento de la vida judía en Polonia, sean, los niños… cada shabat decenas
de niños llegan a la sinagoga.
Una muestra de lo más significativo, de la profundidad
de la destrucción, fueron las palabras de Joelis Schtruk, el comandante Nazi
que peleó en la guerra de Varsovia, en el 16 de mayo de 1943: “NO HAY MÁS
JUDÍOS EN VARSOVIA”. Hoy hay judíos en Varsovia, niños judíos en las sinagogas
en Polonia…”y también por ello la gloria de Israel no caerá”.
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