Escuche en una radio española que se
va a realizar un simposio, donde se
debatirá la influencia de la REINA ISABEL DE CASTILLA, en la evangelización en
América, supongo.
Su fe católica la practicó con devoción y misticismo.
ISABEL Y SU ESPOSO
FERNANDO DE ARAGON expulsaron a los moros en la Guerra de Granada y así se
terminó con el último bastión musulmán que, por siglos, convivió en
la Península Ibérica. La conquista cristiana corre por cuenta de estos reyes
que multiplicaron el PODER DE UNA IGLESIA que, desde Roma, jugó siempre a punta
de acuerdos papales a favor de los intereses de Isabel desde que se
inició su deseo de convertirse en reina.
Isabel prometió a Dios hacer de su religión la más poderosa del mundo... vaya que lo logró.
Isabel prometió a Dios hacer de su religión la más poderosa del mundo... vaya que lo logró.
LA SANTA HERMANDAD, uno de los primeros
cuerpos policiales organizados de Europa, fue creada en los años posteriores a
la guerra civil que enfrentó a los partidarios de Isabel
de «Castilla» y
a los de Juana «La Beltraneja». En 1476, las
Cortes de Madrigal decidieron unificar las distintas
hermandades de este tipo, que venían existiendo a nivel local desde el siglo XI
en los reinos cristianos, para combatir el problema del bandolerismo en los
campos castellanos. Carentes de tropas propias, los
futuros Reyes Católicos reclamaron a los procuradores de
cada región que levantaran ejércitos leales a la Corona para perseguir a los
bandoleros y a los nobles que habían apoyado a «La Beltraneja». La respuesta
fue la creación de hermandades en villas y ciudades durante la guerra y, al
finalizar del conflicto, la unificación de estas en una hermandad general.
A la tarea evangelizadora de
Isabel, que incluyó LA EXPULSIÓN DE 100.000 JUDÍOS, habría que añadir sus favores para que
la temida SANTA INQUISICIÓN tomara, en 1478, tantas dimensiones y cometiera los
crímenes más perversos en el nombre de Dios. Las convicciones de Isabel y su
afán por construir en grande la hicieron confiar, según explica Delfina Gálvez
en la biografía que sobre su personaje redactara en el 2010, en la expedición
de Cristóbal Colón. Total,
su sueño, cuestionado por los políticos y los científicos de entonces, movía a
un hombre, de la misma forma que a ella le motivó ese anhelo de construir el
reino terrenal para Dios. Hay que añadir,
además, que en esta época JUSTICIA Y TORTURA iban de la mano, y todos
los tribunales empleaban el tormento para lograr confesiones. Pese a ello, no hay que olvidar la
crueldad que empleó el Santo Oficio con muchos de los procesados, y la
pesadilla que supuso para los judeoconversos que lograron escapar de sus
garras. La Inquisición española se extendió después a los territorios colonizados en lo que se
denominaría América.
En México muchos conversos, a pesar de
los servicios prestados a la corona, terminaron en la pira inquisitorial
==== Cuantos cadáveres de gente
inocente abonaron la tierra.
===== La única compensación que
tuvieron los que sobrevivieron que Doña Isabel falleció retorcida de dolor,
aquejada de un cáncer de útero. Su esposo murió después de ingerir una pócima,
una especie de VIAGRA de la época, para rendirle a su joven y exigente flamante
esposa.
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HATUEY era un cacique quisqueyano de la región
de Guahabá, en La Española. Encabezó una rebelión contra los
conquistadores españoles en su comarca. Al comprender lo inútil de su
resistencia, se vio obligado a emigrar hacia Cuba en unión de un grupo de sus
seguidores. En canoas llegaron a la región de Maisí para asentarse en la desembocadura
del río Toa. Considerado el primer jefe que luchó
por la libertad de Cuba.
Una vez capturado, Velázquez lo condenó a morir en la
hoguera, por hereje y rebelde. La versión más aceptada en la actualidad es que
la quema de Hatuey se llevó a cabo en alguna zona de la actual provincia
de Granma.
En Yara existe un
monumento con la figura del cacique, que inicialmente se pensaba que había sido
quemado en Baracoa.
Se cuenta que antes de ser quemado, uno de los religiosos españoles que
acompañaban a la tropa, le preguntó si quería aceptar a Jesús e ir al
cielo. Fray Bartolomé de las Casas narró
en uno de sus escritos que el líder taíno preguntó si los españoles iban al
cielo. Ante la respuesta afirmativa, dijo que entonces él no quería ir allí
para no tener que volver a ver a gente tan cruel.
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Próximamente
me habré de enterar que las CRUZADAS fueron expediciones, que redimieron con la
palabra la fe Cristiana.
Por supuesto
nada habrán de decir que en la Primera MASACRARON, quince mil judíos que vivían
en Colonia.
La Vida es
una fotocopia
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