Es bueno saber….
*Israel en el Islam esta tomado del libro "Tierras por
Paz, Tierras por Guerra"
(Ensayos del Sud: 2002) de Julian Schvindlerman
No es que Israel
sea provocativo; el que Israel sea es
provocativo.
—George Will, columnista del Washington
Post.
Desde la óptica del
Islam existen dos regiones confrontadas: la región del Islam (Dar-al Islam), donde la ley islámica
prevalece, y la región de la guerra (Dar
al-Harb), donde la infidelidad predomina. Entre el reinado del Islam y
el reinado de la infidelidad existe un “estado de guerra perpetuo,
canónicamente obligatorio, el que continuará hasta que todo el mundo acepte el
mensaje del Islam”.21 Esta
noción está basada en la creencia de que el Islam no es simplemente una nueva
religión revelada, sino la fe prevalente que ha venido a reemplazar a las otras
religiones monoteístas. En consecuencia, es obligatorio para los seguidores del
Islam esparcir su mandato por todos los confines de la tierra, “pacíficamente
de ser posible, por medio de la guerra de ser necesario”.22 Dado que raramente
otros pueblos, naciones y religiones se avengan a voluntariamente abrazar el
Islam, la Jihad (comúnmente
traducida como “guerra santa”) es el instrumento adecuado para expandir esta Pax
Islámica.En tanto la infidelidad exista, es mandato para los devotos
musulmanes lanzar una Jihad tendiente
a transformar la región de los infieles en un reinado de fidelidad a Alá. Así
lo explica el académico meso oriental Majid Khadduri:
“La
universalidad del Islam proveyó un elemento de unión para todos los creyentes,
dentro del mundo del Islam, y su carácter ofensivo-defensivo produjo un estado
de batalla permanentemente declarado contra el mundo externo, el mundo de la
guerra (…) Ergo, la Jihad
puede ser considerada como el instrumento del Islam para llevar adelante
su objetivo primordial al transformar a toda la gente en creyentes (…) Hasta
que ese momento sea alcanzado la Jihad, en una forma u otra,
permanecerá como una obligación permanente sobre toda la comunidad islámica (…)
La Jihad ,en consecuencia, puede ser afirmada como una doctrina de
permanente estado de guerra…”23
Por su parte, el
oficial religioso de más alto rango en Egipto, el jeque Muhammad Sayyid
Tantawi, de esta manera explica la importancia de la Jihad:
“Jihad en el sendero de Alá es una virtud que
une a los musulmanes en todos los tiempos, y es una obligación sobre todo quien
pueda llevarla a cabo, y decenas de versos coránicos narran las virtudes de la
Jihad en el sendero de Alá, así como decenas de Hadiths proféticos (…) Jihad
para confrontar al enemigo y liberar la tierra saqueada es una obligación para
los musulmanes en todo tiempo y lugar.”24
Es instructivo notar
que el emblema de la Hermandad Musulmana (un movimiento fundado en Egipto a
principios del siglo XX, precursor de varias agrupaciones fundamentalistas
islámicas) está precisamente representado por el Corán rodeado por dos espadas,
simbolizando como la Jihad por medio de la fuerza defiende
la justicia encapsulada en el Corán.25 El ethos islámico de la guerra afirma una
actitud exclusivista en la que toda creencia ajena al Islam es teológica y
prácticamente rechazada. Es por esta razón que los derechos de las minorías no
musulmanas en el Medio Oriente han sido oprimidos; brutalmente en no pocas
ocasiones. La mentalidad árabe-islámica no admite entidades no musulmanas en el Dar
al-Islam. En este contexto, él establecimiento de un estado no musulmán
dentro de la región del Islam se constituye en un insulto teológico a la
“Nación de Alá”. En consecuencia, la mera existencia de una entidad
independiente judía en medio del Daral-Islam, habitada por un pueblo
que se desencadenó de las restrictivas leyes de la Dhimma -peor aún, por un pueblo al que el
sagrado Corán condenó a la desdicha y a la humillación- se convierte en un
contrasentido teológico de proporciones mayúsculas para los seguidores de la
“auténtica fe”. Arieh Stav articuló claramente este punto:
“El Dar
al-Islam se extiende sobre
un área de alrededor de catorce millones de kilómetros cuadrados, dos veces el
área de Europa, del Océano Atlántico hasta el Golfo Pérsico, e incluye
veintidós países en dos continentes. Todas las nacionalidades y religiones
minoritarias que han demandado autonomía territorial han sido aniquiladas o
reprimidas. Aquellas pocas que han sobrevivido son reducidas en status al de dhimmi,
o personas protegidas, minorías toleradas que viven por la admisión del Islam.
Dentro de la amplia expansión de este Medio Oriente, que limita con dos océanos
y tres mares, hay una entidad soberana no islámica, el estado judío. Como si
esta violación del ethos de la jihad fuera poco, no solamente no pudieron
los árabes extirpar a Israel, sino que cada intento que probaron para aniquilar
a la ‘entidad sionista’ ha sido derrotado en el campo de la batalla, una ofensa
intolerable a una civilización orgullosa (…) Las fronteras de Israel, entonces,
no son la razón de la hostilidad árabe. Esta es una aseveración absurda en todo
caso, dado que el estado judío ocupa tan solo aproximadamente 1/500 del Dar
al-Islam. La hostilidad árabe ha sido engendrada por la propia
existencia de Israel.”26
Hemos visto antes
que un dhimmi no tenía
derecho a defenderse en caso de ser atacado por un musulmán, tan solo podía
pedir piedad. Al haberse defendido exitosamente en repetidas guerras de
agresión que lanzó el mundo árabe con el declarado propósito de evaporar la
existencia soberana judía en la región, Israel violó las leyes de la Sha´aria.
En otras palabras, la terquedad israelí de no dejarse exterminar es en sí misma
una afrenta al Islam. Y esta humillación no debe tomarse a la ligera puesto que
el mundo árabe en 50 años involucró a Israel en seis guerras, implementó campañas
de terrorismo a escala mundial, orquestó maniobras políticas aislacionistas se
impuso un boicot económico contra Israel durante su infancia; un boicot de
extensión terciaria, donde no solo se abstenían los estados árabes de comerciar
con Israel, ni tampoco se limitaban a boicotear a empresas que mantenían lazos
comerciales con Israel, sino que llegaron a sancionar a compañías que
comerciaban con empresas que lidiaban con el estado judío. Hasta aquí, ya
serían significativo agravio al orgullo nacional árabe. Pero además de
sobrevivir, el estado judío tuvo la temeridad de prosperar económicamente
superando en todo indicador económico a sus vecinos árabes; toda una osadía
para un pueblo considerado inferior y divinamente condenado a la desdicha y la
humillación. El PBI anual per cápita israelí supera al de sus vecinos
combinados y, separadamente, al de los países árabes productores de petróleo.
Apenas seis millones de israelíes producen más de $100 mil millones; mientras
que más deochenta millones de árabes vecinos del estado judío (Egipto, Siria,
el Líbano y Jordania) producen $82 mil millones.27 Esta brecha tenderá
a ampliarse en tanto que Israel, como un país high-tech, está muy bien posicionado
para afrontar los desafíos y las oportunidades de la economía del siglo XXI. En
otras palabras, Israel es un cruel espejo del subdesarrollo árabe.
Históricamente,
Palestina ha estado bajo gobierno islámico desde el siglo XII hasta el siglo
XX, cuando pasó a estar brevemente en manos británicas y desde 1948 controlada
por los judíos. La única excepción previa fue durante el período de los
cruzados pero fueron expulsados por Saladino con la conquista de Jerusalén. Por
ende, no es sorprendente que Israel sea actualmente vista como una nueva
excepción efímera condenada a la extinción. Como hemos visto en la sección
anterior, incluso los Acuerdos de Oslo -que en Occidente fueron entendidos como
el preludio de una genuina era de reconciliación judeo-árabe- en círculos
árabes fueron en gran medida vistos como una tregua estratégica en el contexto
de una guerra aún inconclusa. El propio YaserArafat -quien por avenirse a
negociar con Israel fue galardonado con la distinción más noble que la
humanidad confiere a sus miembros, el premio Nobel de la Paz-en repetidas
ocasiones hizo referencias públicas al Tratado de Hudayybia, un tratado que el
Profeta musulmán firmó desde una posición de debilidad y que canceló luego de
haberse fortalecido y estar en condiciones de derrotar al enemigo. Esto podrá
sonar extraño a oídos occidentales, sin embargo, es algo que se encuentra en
perfecta armonía con la cosmovisión islámica de la historia y con el ethos de la Jihad.
Hasta que punto la presencia independiente, soberana y libre de los judíos en
la Tierra de Israel(Palestina) es teológica y mentalmente rechazada por el
mundo árabe-musulmán puede apreciarse con alarmante claridad en las siguientes
citas:
·
“Aláha conferido sobre nosotros el raro
privilegio de finalizar lo que Hitler tan solo comenzó. Dejemos que
empiece la jihad. Maten a los judíos. Mátenlosa
todos ellos”. Gran Mufti de Jerusalén, Haj Amín el-Huseini, 1946.28
·
“Nuestra guerra con los judíos es una
lucha vieja que comenzó con Mahoma (…)Es
nuestra obligación luchar contra los judíos por el bien de Alá y la religión, y
es nuestra obligación terminar la guerra que Mahoma comenzó”. Del periódico Al-Ahram, 26
de noviembre de 1955.
·
“Israel existirá y continuará
existiendo hasta que el Islam lo elimine, tal como ha eliminado lo que
lo precedió” [en referencia a los cruzados]. Hassanal-Banna, fundador de la
Hermandad Musulmana en Egipto.30
·“Seguramente el juicio de Alá está reservado para ellos [los judíos]hasta que Palestina sea
transferida del Dar al-Harb al Dar al-Islam”.Yaser Arafat.31
·
“La conquista sionista de Palestina es
una afronta a todos los musulmanes. No puede haber ningún tipo de
arreglo hasta que todo judío esté muerto o [haya]partido”. El Rey Idris de
Libia.
·
“Enemigos de Dios, enemigos de la
humanidad, perros de la humanidad (…)
los judíos manifiestan en sí mismos una continuidad histórica de cualidades
malvadas(…) son hostiles a todos los valores humanos (…) la envidia, el odio y
la crueldad son inherentes a ellos (…) conspiran (…) mienten (…) adulan a ídolos (…) son pecadores…”
Pronunciamientos sobre los judíos en la Cuarta Conferencia sobre el Estudio del
Islam, Universidad Al-Azhar, El Cairo, septiembre 1968.
·“Prometo
aplastar a Israel y lo retornaré a la humillación y desdicha
establecidas en el Corán”. Anwar Sadat, ex presidente egipcio, 25 de abril de 1972.
·
“Nuestra lucha con los judíos es una lucha entre
la Verdad y el vacío, entre el Islam y el Judaísmo”. Del
Panfleto No. 70, distribuido por el Hamas, febrero 1991.
·“La
conferencia proclama que el régimen sionista es una entidad ficticia e ilegal. Su establecimiento en el corazón del dominio islámico es un complot del
sionismo internacional (…) La
entidad sionista racista es un crimen contra la humanidad”. De una resolución
adoptada por la Conferencia de Estados Islámicos en Teherán, 20 de octubre de
1991. Cuarenta y cinco países árabes e islámicos participaron en la misma.
·“Todo
problema en nuestra región puede ser trazado a este único dilema: la ocupación de Dar al-Islam por judíos infieles”.
Hashemi Rafsanjani, presidente de Irán, 1991
·
“Luchar contra los judíos e Israel es una obligación religiosa y un deber divino”.
De un documento firmado por Ibrahim Ghousha, líder del Hamas, 2 de enerode1993.
·
“La lucha contra el Estado judío,
en la que los musulmanes están involucrados,es una continuación de la vieja lucha de los
musulmanes contra la
conspiración judía contra el Islam”. Sayyd Mohammed Hussein Fadlallah, líder
espiritual del Hizbullah, 1994.
·“Mataremos
y seremos matados, mataremos y seremos matados (…) nuestros hermanos, héroes de la jihad islámica”. Yaser Arafat al dirigirse al pueblo
palestino al día siguiente de un atentado suicida contra un micro israelí en la
localidad de Beit Lid donde veintidós israelíes resultaron muertos. Televisión
palestina, 23 de enero de 1995.
·“El
principal enemigo del pueblo palestino, ahora y siempre, es Israel”. Freih Abu
Meiden, Ministro de Justicia de la Autoridad Palestina, abril de 1995.
·
“No tengan piedad alguna con los judíos,
no importa donde se encuentren, en cualquier país. Luchen contra ellos, donde
sea que Uds. estén. Donde sea que los encuentren, mátenlos.
Donde sea que Uds. estén, maten a esos judíos a esos norteamericanos que son
como ellos -y aquellos que permanecen a su lado- están todos ellos en una
trinchera, contra los árabes y los musulmanes, porque establecieron a Israel aquí, en el corazón latiente del mundo
árabe, en Palestina (…) Alá lidiará con los judíos, vuestros enemigos y los
enemigos del Islam”. Extractos de un sermón pronunciado en la mezquita
Zayed bin Sultán Aal Nahyan en Gaza por el Dr. Ahmad Abu Halabiya, ex rector de
la Universidad Islámica de Gaza, miembro del “Consejo Fatwa” de la Autoridad
Palestina. El sermón fue difundido en vivo por la televisión oficial palestina,
13 de octubre de 2000.
·
“Los participantes afirman que la estrategia que debería ser adoptada al lidiar
con este asunto no puede estar basada en la coexistencia con el enemigo
sionista(…) sino en la erradicación del mismo de nuestra tierra”.
De un comunicado emitido al finalizar la Conferencia Pan-Islámica sobre
Jerusalém, Beirut, febrero 2001. Cuatrocientos delegados de cuarenta países
árabes e islámicos participaron en la misma.
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