UN NUEVO CONTRATO SOCIAL.
El mundo se llama a silencio, mientras
las empresas tecnológicas van destruyendo el mercado laboral, para
reproducir a su imagen y necesidades.
Días pasados vi documental alemán. Un
granjero planta y cosecha ESPARRAGOS, sin más ayuda que unas máquinas que no
necesitan del aporte del trabajador rural. Ver esto alucina.
En EEUU., en los grandes supermercados,
el consumidor, compra, embolsa y paga sin más ayuda que su propio esfuerzo.
Cuanta menos gente, para el capital mucho mejor
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Las empresas ofrecen compras ONLINE,
siendo el producto más barato si uno va al negocio y es atendido por un
empleado.
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Ya los ROBOTS nos asedian y los explotadores de la actividad humana se restriegan las manos, calculando cuánto se
ahorran.
Hay lugares donde los CERRAJEROS sobran.
Hay aparatos que por si mismos copian las llaves.
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Si en los países emergentes los
sindicatos siguen apretando a los GOBIERNOS, y no se toman medidas para evitar
la desocupación que se avecina, las
tormentas no serán del cambio climático, sino del hombre descartable.
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Habrá que firmar un nuevo CONTRATO
SOCIAL, entre el hombre y el Estado. El de
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), en el siglo XXI se puede considerar
como obsoleto..
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