Por
Alicia Benmergui
Los
antecedentes del genocidio más grande sufrido por un pueblo, el Pueblo Judío,
en la historia de la humanidad, pueden ser hallados en el período transcurrido
entre fines del Siglo XIX y el período previo al surgimiento, ascenso al poder,
expansión y derrota del nazismo.
El análisis de
los eventos más importantes que tuvieron lugar en ese período, estará basado en
el examen del proceso en que se fueron sucediendo los hechos que culminaron con
la Shoá. Este es un intento de aproximación para poder comprender como una
atmósfera propicia para la discriminación y el antisemitismo generaron la
indiferencia y el abandono de los principios y valores más elementales para que
un acontecimiento axial haya tenido lugar. En este caso solo nos detendremos en
los hechos que consideramos más relevantes para sostener nuestro punto de vista.
EL JUDÍO INTERNACIONAL DE HENRY FORD.En las cuestiones que intentaremos analizar es necesario tener en cuenta que algunas de ellas están relacionadas con la condición del judaísmo europeo, particularmente en la Europa Occidental y Central donde a fines del Siglo XIX había emergido la nueva condición del judío emancipado.
Para la misma
época el retroceso del liberalismo europeo particularmente en el Imperio
Austrohúngaro, el avance del conservadorismo católico o protestante, siempre
antisemita, los nacionalismos, el imperialismo y todo el bagaje justificatorio,
racista y xenófobo fue el que permitió llevar adelante la despiadada conquista
y sometimiento del mundo colonial. Hubo una competencia por el dominio del
mundo, entre las potencias europeas que lentamente llegaría a provocar la
primera guerra que tuvo lugar a nivel mundial y las terribles secuelas que
sobrevendrían a causa de ella.
Durante todo el
largo período que abarcó la EDAD MEDIA en Europa, la existencia judía estuvo
signada por períodos de una muy inestable seguridad y otros por persecuciones,
ataques y expulsiones. A pesar de que la presencia judía era muy antigua, los
judíos al no ser cristianos estaban marginados, ser europeo para la época era
ser cristiano, o la inversa.
Cuando tuvo
lugar la REVOLUCIÓN FRANCESA una de sus consecuencias más importantes para los
judíos fue lo que se conoce con el nombre de Emancipación, el reconocimiento e
integración de los judíos a los derechos de la ciudadanía. Si bien este derecho
era una novedad para todos los europeos que la habían adquirido, para los
judíos tuvo un sentido mucho más amplio. Representaba por primera vez en la
historia, luego de casi dos mil años, la posibilidad de integrarse y formar
parte de las sociedades en donde residían, asegurándose derechos que por
primera vez les permitirían vivir y prosperar pacíficamente, un sueño
largamente acariciado.
En ese período
del florecimiento del capitalismo, esos judíos protagonizaron un ascenso social
y económico que no tuvo precedentes con respecto a otros sectores sociales.
Habían dejado de ser los habitantes perseguidos y escarnecidos de los ghettos.
Se habían constituido en una nueva competencia para los que estaban en la misma
carrera por el ascenso económico y social, también habían logrado ocupar
importantes posiciones institucionales. Esto generaba un profundo rencor en los
que albergaban en su interior el viejo antisemitismo que les hacía
considerarlos competidores, intrusos o trepadores.
El período de
democratización europea que comenzó a partir de 1870 en la Europa Central
estuvo determinado por un antisemitismo ilimitado, según afirma Eric Hobsbawn. . . “Era un
antisemitismo político, cada vez mas virulento, y donde los judíos iban a ser
marcados e identificados como representantes del capitalismo, banqueros y
empresarios,. . .La caricatura típica del capitalista durante la “belle epoque”
no era únicamente la de un hombre gordo con sombrero de copa y fumando un puro,
sino que además tenía una nariz judía. . .” Bebel, líder socialista alemán
decía que el antisemitismo era el socialismo de los “idiotas”
FUNDAMENTOS DEL ANTISEMITISMO MODERNO EUROPEO. Charles Darwin publicó el libro “El origen de las especies” en 1859, desarrollando una
teoría sobre la selección natural, demostrando que en el mundo de la naturaleza
una especie evolucionaba a partir de otra y en ese proceso continuo de
evolución, las especies más fuertes eliminaban a las más débiles. De estas
ideas derivaron otras que se aplicaron en el terreno de las ciencias sociales,
como la idea de la “supervivencia de los más aptos” expresada por el filósofo
Spencer.
En principio
esto tuvo implicancias morales, pero luego justificó la dominación y
explotación de los pueblos más aptos sobre los más débiles, en una motivación
ideológica del imperialismo. Pero esta justificación del racismo no se detuvo
allí, la doctrina de la selección natural se unió a la desarrollada por
Gobineau, un francés que sostenía el concepto de superioridad de algunas razas
sobre otras, basado en la cuestión de la pureza racial. Fue quien proclamó la
superioridad de la raza aria sobre todas las demás, estas ideas fueron más
difundidas en Alemania que en Francia, influyendo principalmente en el círculo
de Wagner y sus amigos, y muy particularmente en su yerno inglés, Houston Stewart Chamberlain. Este
escribió un libro muy difundido en Alemania y tuvo un gran admirador en Hitler
que fue a visitarlo en su lecho de muerte. Según Chamberlain las dos únicas
razas que habían sobrevivido conservando su carácter esencial eran la raza
germánica y la judía.
Uno de los
temas más importantes de su obra es el contraste existente entre esos dos
pueblos, por esa razón elaboró una teoría demostrando que Jesús no era judío.
Sostenía que era imprescindible conservar intactos los valores germánicos en un
momento en que los europeos se estaban extendiendo por todo el mundo. Había
creado una doctrina sobre una raza de amos.
En Francia a
partir de 1880 existió un potente movimiento antisemita de tipo popular con su
propia prensa y literatura, ambas muy difundidas. El caso Dreyfus fue la expresión más
acabada de este antisemitismo que estaba creciendo por toda Europa. El
nacionalismo extremo en algunos casos reclamaba la asimilación de los judíos en
las diversas naciones, la renuncia a sus rasgos religiosos y culturales. En
tanto que en otros lugares surgieron voces que reclamaban la total exclusión de
los judíos de toda expresión de la vida nacional e incluso llegaron a expresar
siniestras amenazas de un posible exterminio sino emigraban voluntariamente.
El
historiador Mommsen señala
que en las resoluciones del partido Social-Reformista en 1899 se declaraba que
“Gracias al desarrollo de los medios de transporte modernos, es probable que la
cuestión de los judíos se convierta en el curso del siglo XX en un problema
mundial y que como tal sea resuelta por los otros pueblos a la vez y de manera
definitiva, mediante el total aislamiento y (cuando lo mande la legítima
defensa) finalmente la destrucción del pueblo judío”.
ANTISEMITISMO RUSO. En Europa Oriental donde vivía el mayor número de judíos, las condiciones
de existencia de los judíos habían mejorado a partir de 1858 con el ascenso al
trono de Alejandro II, que comenzó un proceso de rusificación de los judíos en
particular de aquellos más educados y adinerados. El objetivo por parte del Zar
era lograr el abandono de la religión ancestral por parte de los judíos. Pero
este zar más benévolo con los judíos, murió a causa de un atentado de una bomba
explosiva.
Los judíos
fueron acusados de ser los ejecutores del ataque, y a partir de allí y para la Semana
Santa de 1881 se desataron numerosos pogroms en un número muy grande de
ciudades y aldeas habitados por judíos. A pesar del temor que estos ataques le
generaban al zar Alejandro III, se dio cuenta rápidamente que los judíos podían
muy bien cumplir con la función de chivo expiatorio ante el descontento de las
masas por las miserables condiciones económicas en que se hallaban sumergidos.
León Poliakov
afirma que por primera vez en la historia moderna el antisemitismo se convirtió
a partir de 1881 en un método de gobierno. La reacción de los judíos ante estos
reiterados ataques se concentró en la posibilidad de la huída ante una
situación tan peligrosa para desarrollar su existencia pacíficamente, en tanto
que otros se inclinaron por el Sionismo o diversas expresiones del
Socialismo.
Se tomaron medidas de gran crueldad hacia ellos, limitando su existencia en áreas de residencia, impidiéndoles la posibilidad de estudiar y el acceso a las universidades. Una gran agitación revolucionaria se desató por todo el Imperio Ruso. Los jóvenes judíos en particular, participaron dentro de las filas de la socialdemocracia, del sionismo, del socialismo y del anarquismo.
Se tomaron medidas de gran crueldad hacia ellos, limitando su existencia en áreas de residencia, impidiéndoles la posibilidad de estudiar y el acceso a las universidades. Una gran agitación revolucionaria se desató por todo el Imperio Ruso. Los jóvenes judíos en particular, participaron dentro de las filas de la socialdemocracia, del sionismo, del socialismo y del anarquismo.
Bajo el reinado
del ZAR NICOLÁS II, éste y sus funcionarios identificaron totalmente al
judaísmo con los revolucionarios, aunque en realidad no fue totalmente
así. Pedro Raschovsky, un
funcionario de la policía secreta del Zar, la Okrana, ideó la difusión de una
literatura que hablaba de una supuesta conspiración judía para apoderarse del
mundo que había comenzado con una Revolución. En diciembre de 1905, el zar
Nicolás daba su asentimiento para que se desatara una acción común
internacional contra los judíos por lo que determinaba una adecuada difusión al
texto “Los Protocolos de los
Sabios de Sión”. La tragedia de la existencia judía en Rusia empeoró
debido a estos libelos que luego fueron difundidos por todo Occidente. Los
Protocolos se convirtieron en uno de los más eficientes difusores del
pensamiento antisemita cuya virulencia sigue ejerciendo una influencia poderosa
aun en la actualidad.
PROLOGO A LA
GRAN GUERRA: ANTISEMITISMO EN ALEMANIA Y AUSTRIA
Alemania se había constituido tardíamente como Estado en relación a otras naciones europeas. Los judíos alemanes que tanto habían aportado a la formación y creación del moderno imperio alemán, adhirieron orgullosamente al patriotismo germánico e integraron en número superlativo las filas de los ejércitos alemanes y austriacos.
En la llamada “belle epoque” ignoraron el creciente antisemitismo que estaba gestando el racismo y se manifestaría en toda su crudeza con la aparición de Hitler en la escena alemana. Un antisemitismo que reconocía sus antecedentes intelectuales en la Francia de Maurice Barrés, Gobineau, Charles Maurras y Drumont, los que proporcionaron los argumentos racistas junto a los del inglés Chamberlain que se desplegaría en Alemania. Allí crecía el sentimiento nacionalista y la convicción del derecho de Alemania a compartir las posesiones coloniales con las otras naciones europeas. El Imperialismo avanzaba a pie firme promoviendo el pangermanismo y el antisemitismo que se difundía cada vez más en Alemania y en Austria. Esa cuestión en la vida política de los grandes países de Europa antes de 1914, particularmente en Viena y Berlín introduce la teoría de la superioridad germánica basada en la pureza de sangre de la que los judíos carecen por lo que fueron excluidos por ser ajenos y diferentes.
Alemania se había constituido tardíamente como Estado en relación a otras naciones europeas. Los judíos alemanes que tanto habían aportado a la formación y creación del moderno imperio alemán, adhirieron orgullosamente al patriotismo germánico e integraron en número superlativo las filas de los ejércitos alemanes y austriacos.
En la llamada “belle epoque” ignoraron el creciente antisemitismo que estaba gestando el racismo y se manifestaría en toda su crudeza con la aparición de Hitler en la escena alemana. Un antisemitismo que reconocía sus antecedentes intelectuales en la Francia de Maurice Barrés, Gobineau, Charles Maurras y Drumont, los que proporcionaron los argumentos racistas junto a los del inglés Chamberlain que se desplegaría en Alemania. Allí crecía el sentimiento nacionalista y la convicción del derecho de Alemania a compartir las posesiones coloniales con las otras naciones europeas. El Imperialismo avanzaba a pie firme promoviendo el pangermanismo y el antisemitismo que se difundía cada vez más en Alemania y en Austria. Esa cuestión en la vida política de los grandes países de Europa antes de 1914, particularmente en Viena y Berlín introduce la teoría de la superioridad germánica basada en la pureza de sangre de la que los judíos carecen por lo que fueron excluidos por ser ajenos y diferentes.
Según esas
ideas, los judíos estaban enquistados socialmente gracias a las ventajas
ganadas con la emancipación pero eran considerados un peligroso enemigo
solapado. Este fue uno de los argumentos más utilizados por el antisemitismo.
Se escribieron numerosas e importantes obras contrarias a la presencia judía
dentro de Alemania. Una de las más importantes fue la de Werner Sombart que escribió en 1912 que los judíos eran
un elemento extraño, totalmente incompatible con la cultura alemana.
Los alemanes
debían protegerse de lo que consideraban la bastardización causada por el
judaísmo, frenando la influencia judía en la vida intelectual y cultural. Gran
parte del pensamiento antisemita germánico fue proporcionado por críticos
sociales que reivindicaban el sentimiento nacional alemán. Esta ideología dio
lugar a la creación de movimiento o ligas juveniles alemanas aparentemente
apolíticas pero imbuidas de un nacionalismo mítico, que reivindicaban la
existencia de una Alemania cuyas raíces se hundían en muy antiguas tradiciones
rechazando las decadentes influencias extranjeras representadas por los judíos porque
entre otras cosas afirmaban que “el judío corriente carece de cierto frescor y
sencillez”.
En tanto en
Austria las cosas no parecían ser mucho mejores, Georg von Schönerer (1842-1921) organizó el nacionalismo
germano radical conduciéndolo a una política antisemita extrema, su
antisemitismo fue mucho más importante que su nacionalismo como fuerza
desintegradora de la sociedad liberal austro-húngara. A pesar de que no logró armar
un gran movimiento de masas como lo hicieron Lueger primero y Hitler después,
logró imponer un estilo agresivo y grosero en el parlamento, desconocido hasta
entonces.
Otro personaje
que tenía muchos puntos en común con él fue Karl Lueger (1844-1910), que entre otros medios utilizó el
antisemitismo para llegar al parlamento habiendo creado el partido social
cristiano.
Cuando estalló
la guerra los judíos germánicos evidenciaron fuertes sentimientos patrióticos y
esto también se daba así a nivel internacional. Esto hay que entenderlo en el
contexto de la época, ese apoyo judío a las naciones germánicas estaba
inspirado en un odio muy profundo contra el zarismo y sus persecuciones y
pogroms contra los judíos.
Poliakov sostiene que los judíos Rathenau
, Ballín y Fritz Haber recuperaron la economía de la Alemania
imperial entre 1914-1918 que casi habían destruido por errores de cálculo los
héroes nacionales, Ludendorff y Tirpiz. Sin embargo no hubo ningún
reconocimiento ni agradecimiento, a pesar de que innumerables judíos ofrecieron
sus vidas combatiendo por Alemania en el frente. Muy por el contrario, el
antisemitismo aumentó ante la derrota responsabilizando a los judíos por todos
los fracasos y errores de quienes habían emprendido la guerra.
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