Que la vida es un esfuerzo inútil, no me cabe la menor duda. Que en Latinoamérica hay
un enorme déficit de seres humanos es una realidad. Sino la gente no viviría tan mal.
Fui devoto de la prensa escrita quizá porque Mis Padres lo eran.
Haciendo un repaso de las distintas realidades que me tocaron vivir puedo decir que lo único que acumulé, a
lo largo de los años, fue un montón de papel picado.
Pienso en la prensa gorila que no
logró evitar el ascenso de Perón. En la prensa adicta que no pudo evitar la
caída de Juan Domingo.
Pienso en esos personajes de la prensa vernácula que alentaron la caída
del expresidente Arturo Illia. Entre
otros: los conspiradores Juan José Güiraldes, Mariano
Grondona y Mariano
Montemayor, Y el camaleón Bernardo Neustadt. Las
intrigantes revistas Confirmado y Primera Plana, ambas fundadas por
Jacobo Timerman. Sin poder obviar las editoriales
tendenciosas de La
Nación y de La
Prensa.
Y la indiferencia
de la prensa democrática que no evitó la
destitución del gran republicano.
Tampoco la prensa israelí no pudo evitar el ascenso de Netanyahu; ni la
estadounidense de los Bush; ni la italiana de Berlusconi; y ni la española de
Rajoy. Y todo quedó reducido a papel picado.
Recuerdo
cuando la prensa mundial describía
con pelos y señales el accionar sanguinario de los
yanquis en Vietnam; quienes no dudaron en reaparecer en
Irak y en Afganistán. Y los diarios terminaron contando las
atrocidades cometidas por los soldados norteamericanos y sus aliados en capítulos, como si fueran parte de una
novela.
Volviendo a estos pagos, recuerdo
el cúmulo de notas publicadas por Página/12
describiendo los zafarranchos del exterminador
del Estado, el ahora denostado, Carlos Menem, quien después de dos gobiernos
consecutivos aún no fue indagado por las
muertes/
asesinatos ocurridas durante su gestión.
Mientras tanto el pueblo riojano lo eligió senador.
Y el resto es papel picado.
Es papel picado cuando los medios gráficos recomiendan no tomar gaseosa,
por sus efectos secundarios; no
exponerse al sol en determinados
horarios especialmente en épocas veraniegas; o no beber alcohol cuando se maneja
y así sucesivamente.
La falta de credibilidad de la mayoría de los medios
gráficos argentinos, es porque sus
dueños tienen el culo sucio.
Cuando escucho quejarse a los propietarios de los diarios
más importantes del país porque dicen
que son censurados, discriminados, o
perseguidos, pienso que tienen una muy mala memoria.
Se olvidan de aquellos tiempos, sin la menor muestra de remordimiento, se comían crudos a los pescados más chicos.
En este momento, pleno siglo XXI, la Argentina no tiene medios gráficos
que representen a los distintos sectores del pensamiento popular. Y esto hace
que mucha gente, habituada a leer, opta
por el diario digital. Y se evita caer en el pensamiento único, tendencioso y
enfermizo.
Hago una
salvedad: la culpa es compartida con el
poder judicial menos creíble que
los propios pasquines.
El enriquecimiento ilícito del funcionario, y las correspondientes denuncias periodísticas, se
resumen en papel picado por la indiferencia de la Justicia,
La vida es una fotocopia y nada va cambiar.
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