El precio de la indolencia.
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Allá por 1950 del siglo XX, CONCORDIA, la ciudad donde yo nací, padecía
una gran inundación.
Nueve años después fue peor aún, llegóó hasta el patio
de mi casa, a más de treinta cuadras de la costa.
En el 2015 se produce record de destrucción, por la misma causa.
En una zona inmersa entre el río y las villas miserias, el exmenemista
AUGUSTO ALASINO, había erigido la
mansión de su impunidad. Con la misma impunidad con la que gobernó su
comprovinciano SERGIO URRIBARRI.
Ni a este mequetrefe, ni a los correntinos, ni a los misioneros, menos a
los santafesinos, que decir de los formoseños ni sus vecinos chaqueños,
mayoritariamente gobernado por un
peronismo al que jamás se le cayó una
idea para superar el tema de las inundaciones. Eso sí, con la indiferencia, los
gobernantes de esas provincias se
convirtieron en nuevos ricos.
Y frente a ellos se halla una masa, no de agua, sino humana que sufre todos los males que provocan las
inundaciones, mientras aquellos que pueden presionar, prefieren romperles las
bolas del Estado, para arrancarle el inconfesable deleite del subsidio.
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Es que el INFUMABLE PERONISMO,
aprendió que una cosa es construir para la comunidad y otra cosa que
sirva. Y así las faraónicas obras jamás se concluyen, pero lo invertido ha
costado más que el presupuesto de la NASA, para mandar sus cohetes al espacio.
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EL PAÍS DE LA CONSTANTE RAPIÑA-.
Cuando te des cuenta que para crear
debes pedirle permiso a los parásitos---
Cuando te encuentras con muchas personas, que se han enriquecido mediante coimas e influencias…más que por el
esfuerzo del trabajo…
Y que las leyes no te defienden frente a esta gente, sino, por el contrario,
a ellos a quienes protegen…
Cuando descubres que la corrupción es la recompensa de la felicidad, mientras la
mayoría solo le queda el sacrificio…
Entonces habrás comprendido que
tu comunidad tiene el destino marcado….”
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