El judío debe honrar a sus muertos
RUSIA. “Su nombre proviene del término ‘Rus--Vikingos del Este’. Aunque la población es eslava, sus primeros habitantes fueron los navegantes escandinavos.”
LOS HEBREOS. Aparecimos en los primeros años de la era cristiana. En el año 722 el emperador León III (n. 680), conocido como el Isáurico (región del Asia menor, frente a Chipre), nos prometió protección siempre y cuando aceptáramos el catolicismo.
Como no podía ser de otra manera se produjo un gran desbande: unos se radicaron en Crimea, otros en las regiones del Cáucaso y un tercer grupo en la desembocadura del Volga, el territorio de los KHAZARES.
Los rusos se las agarraron con los khazares quienes se habían alejado hacia la costa septentrional del Mar Negro. Y nosotros nos fuimos detrás de ellos.
Aquí nos encontramos con los CARAÍTAS, una secta que aceptaba el pensamiento de Anán ben David (n. 715), un secesionista quien había proclamado la necesidad de estudiar las Escrituras de un modo libre, sin tener en cuenta las interpretaciones que le daban los rabinos.
EL CLERO ORTODOXO MOSCOVITA era tan antisemita como el católico. Sus fieles nos pegaron duro y parejo. Para colmo de nuestros males
nuestra población se había incrementado con la llegada de los que huían de la Inquisición.
El primer lugar donde se publicó un LIBELO DE SANGRE fue en Senno (Distrito de Vítebsk, al Noroeste de Bielorrusia), después del arresto de cuatro personas a causa de la aparición del cadáver de una mujer cerca de una taberna propiedad de un hebreo.
EL ZAR ALEJANDRO I (n. 1777), nos acusó de cometer crímenes rituales.
En la localidad de Velizh hubo un juicio que duró diez años. Los involucrados fueron absueltos, sin embargo, se mantuvo la atmósfera antisemita.
EL ZAR NICOLÁS I (n. 1825), consideró que “entre los hebreos había salvajes fanáticos o sectas que requierían de sangre cristiana para su ritual”. El libelo con el sello oficial, sirvió de pretexto para que la gente acometiera contra nosotros.
Durante la Guerra de Crimea, Rusia se enfrentó a una alianza de turcos, ingleses y franceses. Nosotros nos vimos liberados temporalmente de las persecuciones (1854 a 1856).
Las comunidades de Riga, Kiev y Odessa se dedicaron a difundir la Ilustración como una forma de mejorar la relación con la población local.
El banquero y filántropo JOSÉ GUINSBUR, el Rothschild ruso, impulsó el aprendizaje del idioma vernáculo y la modernización de la educación. Pero fracasó del mismo modo que Mendelssohn con sus paisanos alemanes.
En 1861 Alejandro II (n. 1818) permitió a los universitarios ocupar cargos gubernamentales. Sin embargo, los beneficiados se sintieron discriminados porque tenían que permanecer en sus guetos, lo que les impedía desarrollar otras actividades.
En Inglaterra y Estados Unidos de Norteamérica hubo manifestaciones multitudinarias en contra de la política zarista, cuando se tomó conocimiento que se estaban organizando pogromos como un instrumento para la “solución de la cuestión hebrea.”
ASESINATOS EN MASA. En 1881 se produjo un primer gran estallido antisemita. En la ciudad de Elizabethgrad una turba saqueó hogares, tiendas y mató a toda su población, sin que sus autoridades trataran de impedirlo.
En medio de ese ambiente hostil el zar Nicolás II (n. 1868), mantuvo en sus cargos a los ministros más reaccionarios como al jurista Konstantin Pobiedonóstsev (n. 1827), la versión eslava de Torquemada.
En 1897 la próspera ciudad de Shpola, en la provincia de Kiev, fue saqueada y su población asesinada por esbirros del zar.
En KISHINEV, La capital de la provincia de Besarabia, (región situada entre Ucrania y Moldavia), se vio desbordada por la llegada de patotas que contaban con el consentimiento del zar.
Cuarenta y cinco hebreos eran asesinados, centenares quedaron heridos y mil quinientas casas y tiendas fueron destruidas o saqueadas.
El régimen zarista pretendió neutralizar el fermento revolucionario que se estaba gestando en todo el Imperio.
Días después, jóvenes hebreos de ambos sexos, organizaron la defensa de sus comunidades comprometiéndose responder a
cualquier agresión. Serían los futuros protagonistas de la Primera Emigración—Aliá rishoná.
Durante la guerra ruso—japonesa, (1904), TREINTA MIL SOLDADOS
HEBREOS, un número muy superior en proporción al total de su población, demuestran su lealtad al país dejando de lado todas las penurias padecidas.
La derrota rusa provocó la ira de los reservistas quienes se aprovecharon que nuestros soldados aún permanecían en el frente para producir verdaderas sangrías en distintas comunidades.
EL ESTIÉRCOL RUSO ASESINÓ A TREINTA personas durante el ayuno de Yom Kippur en la ciudad ucraniana de Kherson.
En 1905, un cuerpo elite del zar Nicolás II conocido como las “Centurias negras” nos atacaron en pueblos y en grandes ciudades como las urbes industriales polacas de Lodz y Bialistok.
El 20 de marzo de 1911, apareció el cuerpo mutilado de un niño de doce años, en una excavación existente en las afueras de Kiev. Se nos acusó de la muerte de Andrei Yushchinsky.
El ministro de Justicia, un antisemita declarado, organizó una caza de brujas.
En farolero dijo haber visto a Andrei antes de su asesinato, jugando cerca de un horno de ladrillos cuyos propietarios fueron hebreos, y que uno de ellos fue el secuestrador.
A pesar de su falso testimonio el gerente del horno de ladrillos MENDL BEILIS fue encarcelado.
Durante el juicio, el testimonio del farolero fue dudoso y confuso. Un cura católico presentó una evidencia científica: el horrendo crimen tenía todas las características de un ritual satánico.
El Gran Rabino de Moscú, Jacob Mazeh, y dos respetados profesores rusos, refutaron las acusaciones. Beilis fue absuelto.
El Ejército ruso tuvo un desempeño desastroso durante la PGM lo que motivó el inconformismo de la población para con la omnipotencia zarista.
El Zar se vio forzado a conformar la Duma (un cuerpo legislativo). Doce hebreos, entre ellos, el brillante orador sionista SHMARIAU LEVIN y el eminente abogado Maxi Vinaver integraron esta Asamblea de corta existencia. Se la reemplazó por otro Congreso donde prevalecieron los terratenientes, los hombres de negocio y los nobles.
En este período las kehilot recuperaron su función social.
La gente hablaba y escribía en hebreo.
Solamente los grupos conservadores se mantenían dentro de su estructura burguesa como si fueran gentiles, aunque en la vida familiar conservaron sus tradiciones.
EL CALDERO REVOLUCIONARIO. Mientras la Revolución bolchevique se consolidó en todos los frentes, sus opositores se dedicaron a matarnos.
Paradójicamente, en el bando asesino se había enrolado una hebrea quien intentó matar al líder de la revolución bolchevique Vladímir Ilich Lenin (n. 1870.)
DORA KAPLÁN (Fania Yefímovna n. 1883), hija de campesinos y única mujer de entre siete hermanos, militó en grupos anarquistas a una temprana edad, antes de unirse al socialista Partido Social-Revolucionario.
En 1906 participó en el atentado fallido contra un funcionario gubernamental. Fue arrestada y condenada de por vida a un campo de trabajo en Siberia.
La Revolución bolchevique la liberó. A consecuencia de los trabajos forzados, la mujer sufrió de continuas migrañas y ceguera intermitente.
Kaplán se desilusionó de Lenin a causa del conflicto ideológico suscitado entre los socialistas revolucionarios y el partido bolchevique.
El 30 de agosto de 1918, cuando Lenin salía de una fábrica después de pronunciar un discurso, la Kaplán le disparó tres tiros: uno le atravesó el abrigo y los otros dos le dieron en un hombro y en el pulmón izquierdo.
Pese a la gravedad de las heridas, Lenin sobrevivió, pero quedó maltrecho: sufrió dos infartos que lo incapacitaron y acabaron con su vida.
Kaplán fue encarcelada e interrogada por la CHECA (la primera policía secreta y sucesora de la antigua Ojrana zarista.)
El 3 de septiembre de 1918 fue ejecutada sin que ella implicara a ninguno de los enemigos de Lenin.
(continuará)